Los carriers como proveedores de infopistas

La transformación del mercado español de las telecomunicaciones con la liberalización ha supuesto la aparición de compañías que, denominados carriers de carriers, basan su modelo de negocio en ofrecer servicios de red a otros operadores.

Publicado el 20 Jun 2001

La aparición de nuevas compañías de telecomunicaciones -aspiraciones de convertirse en operadoras alternativas a Telefónica- con amplias necesidades de infraestructura de red que les permitiera ofrecer un servicio eficiente de forma rápida se ha confirmado como terreno abonado para la llegada de nuevas compañías, que si tradicionalmente han decidido vender sus servicios a otras operadoras, últimamente se han dado cuenta de las posibilidades de crecimiento del mercado empresarial.

Los carriers de carriers nacieron al amparo de la necesidad del mercado de disponer de redes de larga distancia, tanto nacionales como a nivel mundial, y de los servicios que se han generado a su alrededor desde el simple alquiler de estas infraestructuras -en ocasiones bajo la modalidad de fibra oscura– hasta la venta de capacidad o ancho de banda, tránsito IP, voz etc.

Actualmente, el desarrollo experimentado por el mercado en los últimos años ha dado como consecuencia la especialización de este tipo de compañías, muchas de las cuales han reorientado sus negocios en busca de una mayor rentabilidad que les permitiera sobrevivir a la crisis experimentada por las telecos en los mercados bursátiles.

El primer gran grupo de este tipo de firmas está integrado por operadoras con clara vocación internacional orientadas en un principio hacia la venta de ancho de banda para, pasar en una segunda, a brindar servicios de valor añadido muy enfocados hacia el segmento empresarial.

Aunque algunos de ellos pueden lucir una trayectoria de varios años en España, como Telia -antes Unisource-, Global One, Equant, e incluso BT, la apertura del mercado ha dado paso a la entrada de nuevas compañías, principalmente con vocación europea, entre las que no se puede obviar a KPNQwest, Colt Telecom, Carrier1, Teleglobe o Ebone -antes GTS-, entre otras. Todas ellas además de ofrecer servicios de capacidad a otros operadores, tránsito internacional -con un complejo sistema de transacciones cruzadas- o voz, han girado hacia una nueva gama de servicios dirigidos hacia el sector corporativo -cada vez con mayor peso en su cuenta de resultados- caracterizados por las redes privadas virtuales (VPN) y los circuitos punto a punto. Su nueva apuesta aparece muy ligada a los servicios IP, incluyendo desde conectividad y alojamiento en los nuevos centros de datos hasta otros más especializados (gestión, diseño de páginas, consultoría, etc.)

A mayor escala que los operadores continentales hay que mencionar a un grupo que en España por está encabezado por Flag Telecom y Global Crossing como proveedores de grandes redes transoceánicas, que compite a nivel internacional de forma directa con Tycom y 360networks. Su planteamiento, aprovechando su infraestructura mundial, se basa mayoritariamente en la venta de servicios de capacidad a las grandes operadoras mundiales, si bien algunas de ellas ya están girando hacia los servicios empresariales.
Otro gran grupo, meramente nacional, son las compañías que, tradicionalmente procedentes del sector de las utilities han descubierto en las demandas ocasionadas por la reestructuración de las telecomunicaciones españolas una nueva mina de oro. Renfe, máximo exponente de este grupo, las eléctricas (Unión Fenosa, Iberdrola, etc.), las compañías de autopistas y en menor medida las de redes de aguas (Canal de Isabel II) o incluso el propio Metro de Madrid, han sabido aprovechar sus infraestructuras para revender la denominada fibra oscura (alquiler de fibra óptica por un largo periodo de año donde la compañía contratante se encarga de añadir a la red los dispositivos de electrónica auxiliares).

Compañías como Colt Telecom o Metrored o incluso Ebone, además de contar o estar desplegando una infraestructura a nivel nacional, apuestan por invertir en redes metropolitanas dirigidas especialmente a las áreas de negocios de las ciudades, un aspecto que se está demostrando prioritario para el futuro de las telecomunicaciones en cuanto que los crecimientos principales del sector han de llegar de la mano del segmento corporativo.

A todos ellos se han venido a sumar un nuevo grupo de operadores surgidos al amparo de seis nuevas licencias de acceso inalámbrico al bucle local (LMDS) concedidas en marzo de 2000 por el Gobierno. Su gran diferenciación procede de utilizar redes inalámbricas en vez de las clásicas infraestructuras terrestres, lo que permite una rapidez de despliegue que, cuando se habla de acceso al usuario, adquiere un valor prioritario en el competitivo mundo de las telecomunicaciones. Mientras que Banda Ancha (gestionado por Aló) y Banda 26 (Jazztel) habrán de servir para que sus matrices de servicios genéricos puedan acelerar su implantación en el mercado, el resto (Broadnet, Neo, FirstMark y SkyPoint) tienen planeada una estrategia asentada de forma mayoritariamente en la venta de la capacidad a otros operadores, para que sean éstos los que aprovechen la banda ancha proporcionada por la tecnología LMDS para añadir servicios hasta los usuarios, cuyo núcleo principal deberá estar integrado por las empresas.

El potencial de estos operadores, que ya han comenzado a prestar servicios, se basa en la capilaridad de su red inalámbrica, con amplia cobertura en las principales ciudades españolas.

A todos ellos ha venido a sumarse un caso peculiar, es el de Alúa, que con una infraestructura tecnológica basada en una red inalámbrica óptica, ha surgido como alternativa clara al segmento tradicional de carriers de carriers. Actualmente con una amplia cobertura en Madrid, en los próximos meses espera contar con presencia en las ciudades españolas más importantes, de forma que sus servicios de venta de capacidad de banda ancha se convierten en atractivo para muchos operadores a la hora de llegar a sus clientes de forma rápida.
Sin embargo, muchos de estos carriers de carriers, con un modelo de negocio basado en la venta de capacidad, se encuentran pendiendo de un hilo debido, además de a la inestabilidad del mercado bursátil, a la caída en picado de los precios del ancho de banda acaecida durante los últimos meses.

Con una fuerte inversión en fibra óptica a la que hacer frente, han tenido que revisar sus planes de negocio intentando asumir unos menores ingresos al tiempo que continuaban desplegando sus infraestructuras. De hecho, hay informes que apuntan que la utilización de las redes de fibra ópticas europeas se encuentran prácticamente en mínimos, existiendo un exceso de capacidad que se ha cubrir a la espera de la llegada de nuevos servicios que demanden mayores megabits.

La bajada en caída de los precios se ha convertido en otro punto crítico para los carriers de carriers que, a pesar de que jurar que ya habían contemplado estos recortes, se están viendo afectados de forma que alcanzarán el punto de equilibrio en sus resultados financieros con algún tiempo de retraso con respecto a sus previsiones iniciales. España, aunque con un desarrollo de infraestructuras más lento -debido a que son pocas las redes concluidas en su totalidad- también se ha visto afectada por esa tendencia a nivel mudial.

Aunque es un tanto difícil especificar sin temor a equivocarse cuál ha sido la caída, algunos especialistas sitúan el porcentaje en el 50 por ciento e incluso, en algunos casos sobrepasan esta cifra. En concreto, y como ejemplo, si nos atenemos a informaciones del mercado de ancho de banda on line Iber-X, el MB para Internet al mes se sitúaba en alrededor de 810.000 pesetas de precio en febreo de 2000, mientras que un año el coste rondaba las 220.000 pesetas. Hace apenas un par de meses, desde Colt Telecom, Ángel Rojo, director general, reconocía que los precios se movían en una horquilla que podía variar desde las 150.000 hasta las 400.000 pesetas por MB, aunque dependían de factores como la calidad del ancho de banda.

De cara al futuro, es de esperar que los precios continúen un ligero camino descendente, si bien ya hay sólidos indicios que apuntan que a su estabilización. Es más, incluso podrían verse pequeñas correciones al alza.

La otra gran apuesta de los carriers de carriers son los centros de datos. Casi toda gran compañía de este tipo ha apostado por la comercialización de servicios de valor añadido basados en Internet (alojamiento, conectividad e incluso diseño y consultoría) de forma que se encuentran manos a la obra inmersos en la construcción de centros de datos que permitan completar su oferta de cara a sus clientes.

Es por eso que un equilibrado plan de negocio que vaya asumiendo los posibles cambios de rumbo del mercado, la comercialización de soluciones globales y una adecuada política de alianzas con compañías que sepan ofrecer valor añadido a su oferta de servicios se convierten en las claves para ganarse un hueco en el segmento de los grandes carriers, Aunque, como decía Andrés Bande, presidente de Flag Telecom, también es necesario una cierta dosis de intuición,… y quizás sea el factor más determinante.

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Redacción Computing

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