Los principales dinamizadores del crecimiento del mercado español de seguridad (PKI) serán, entre otros el incremento de tráfico de datos y de usuarios que acceden a información/transacciones a través de dispositivos móviles. Según fuentes de Safelayer, una firma española centrada en el ámbito de la seguridad, en el año 2005 habrá en Europa alrededor de 200 millones de usuarios de dispositivos móviles con capacidad para realizar transacciones on line, lo que generará 104.000 millones de euros en 2005 (17,3 billones de pesetas) y un tráfico de 6.300 millones de Mbps por mes.
La misma fuente asegura que las PKI movieron en nuestro país una cifra de negocio de 862 millones de pesetas en el año 2000, una cantidad que habrá de elevarse un 102 por ciento hasta colocarse, al cierre de este ejercicio, en 1.740 millones de pesetas. Ya de cara a 2002, los datos del informe aseguran que el crecimiento de este mercado será superior al 84 por ciento y en 2003 del 88 por ciento, cifrándose los respectivos volúmenes de negocio en 3.260 millones de pesetas y 6.049 millones de la misma moneda.
La bajada llegará coincidiendo con el año 2004, ejercicio en el que se prevé un crecimiento del 53 por ciento, lo que significará un montante de 9.258 millones de pesetas, para subir levemente en 2005, año en que se crecerá un 55 por ciento hasta situarse en 14.430 millones en 2005. Por último, en 2006, el crecimiento volverá a descender, situándose en un 36,9 por ciento, generando la cifra ya citada de 19.800 millones de pesetas.
Banca, administraciones públicas, prestadores de servicios de certificación y firma avanzada, y telecomunicaciones son los sectores que, hoy por hoy, controlan el 80 por ciento de la demanda.
Desde el punto de vista de Adrián Moure, director de Alianzas Estratégicas de Safelayer Secure Communications, existen distintas razones que explican la explosión de este mercado el crecimiento del B2B y los marketplaces; el creciente acceso a los recursos de las firmas en red; la evolución de la legislación y la creciente concienciación hacia la seguridad por parte de los directivos. No obstante, asegura que a pesar de las cifras, la seguridad es la gran asignatura pendiente dentro del entorno tecnológico. Los obstáculos que encuentra la seguridad en su expansión son, según Safelayer, la inexistencia de políticas de seguridad en las empresas e instituciones; la dificultad de elección de una solución apropiada a las necesidades; la capacidad de integración de soluciones de seguridad y aplicaciones preexistentes; el desconocimiento de la oferta y la escasez de personal cualificado para implantar estas soluciones.
