Precisamente, el papel que Nortel ha concedido a la tecnología wireless durante los dos últimos años -poniendo un menor énfasis en el mercado de redes corporativas- ha tenido su réplica negativa en la drástica caída en los ingresos del último ejercicio, circunstancia que se ha visto agravada en España debido a la clara apuesta que la firma realizó por UMTS y que, en un principio, le dio buenos resultados al lograr contratos con Vodafone, Telefónica Móviles y Xfera. Sin embargo, la práctica paralización de los proyectos de telefonía 3G y las exigentes condiciones económicas de los proyectos logrados ha tenido su fiel reflejo en las cuentas de la compañía. Nortel Networks aprovechó el Congreso 3GSM para expresar su esperanza en el futuro de la tecnología inalámbrica, un segmento que para la compañía ha representado el 40 por ciento de sus ingresos en 2002.
Según Pascal Debon, presidente de la división de Redes Inalámbricas de Nortel Networks, la compañía dispone de una cuota de mercado del 11 por ciento, con clientes en las áreas más representativas de este mercado (redes CDMA 2000, GSM/GPRS o UMTS). Debon apuntó que los servicios de telecomunicaciones generan anualmente alrededor de un billón de dólares a nivel mundial, de los que 350.000 millones proceden de la tecnología inalámbrica. El directivo de Nortel destacó que ya más de 1.000 millones de usuarios manejan la tecnología celular, lo que supone una penetración mundial del 18 por ciento, aunque en los pronósticos van mas allá y prevén que para 2006 alcance 2.000 millones de abonados.
Para Debon una de las claves será los datos, que experimentaron un crecimiento en 2002 del 37 por ciento -sin incluir los SMS-, mientras que el tráfico de voz lo hizo solo al 25 por ciento. El modelo de las telecomunicaciones basado en la voz esta prácticamente terminado y a lo largo de este año será sustituido por otro, cuyo ciclo esta iniciándose, donde las aplicaciones de voz y datos serán la clave, explicó.
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