La pasada semana se confirmaban los rumores que desde principios de febrero apuntaban a la posible reducción en un 25 por ciento de la fuerza de ventas de Terra Lycos, tras la recepción el jueves 22 de marzo por parte de la plantilla de la empresa de un comunicado en que la compañía hacia anunciaba una ‘racionalización’ que, dependiendo de las fuentes, podría afectar a entre un ocho y un 10 por ciento de los empleados, o a un porcentaje superior.
Ante la noticia la Asociación de Accionistas de Terra, Accter.com, no tardó en emitir un comunicado en el que aseguraba que “de ser Terra una empresa independiente esos despidos no se producirían” y acusaba a Kim Faura, presidente de la filial de Telefónica, de tener el encargo de “liquidar” Terra. Accter considera que los despidos son consecución de la mala gestión de Telefónica y no de Terra, e insiste en que “convertir a Terra en un departamento de Telefónica es, desde el punto de vista societario, totalmente ilegal”.
Según publicaba Cinco Días en referencia a fuentes de la propia Terra-Lycos, los despidos afectarían principalmente a Terra Networks y a Terra Latam, responsable de las actividades en Latinoamérica; justamente las dos organizaciones que no tienen representación sindical, como ha indicado Comisiones Obreras a este semanario. Representantes de ese sindicato se reunieron el lunes 26 con los dos representantes de UGT en Terra España a fin de ofrecer asesoramiento a los trabajadores, respecto a los que espera que el Grupo Telefónica asuma su responsabilidad cuando se presente el Expediente de Regulación de Empleo.
Tras el despido en 2001 de un 15 por ciento de su plantilla (570 personas en su mayoría en Estados Unidos, es decir, Lycos), Terra-Lycos contaba al cierre de 2002 con 2.900 empleados, un número que ha venido disminuyendo progresivamente hasta situarse a finales del pasado año en 2.300 personas. Pero esos ajustes no han bastado para llevar a la empresa a los números negros; y es que aunque Terra Lycos consiguió Ebitda positivo en el último trimestre de 2003, la compañía cerró el ejercicio con unas pérdidas netas de 172,7 millones de euros y un descenso de su facturación del 12,1 por ciento, hasta 546,6 millones de la misma moneda.
