Linux en empresas españolas

La adopción de Linux por parte de las empresas en nuestro país se antoja como un fenómeno de lento asentamiento. No obstante, ya han comenzado a darse los primeros pasos en este sentido y de ahora en adelante los pronósticos parecen optimistas.

Publicado el 24 Oct 2001

Si bien es cierto que la penetración de Linux en España, y de acuerdo a los datos publicados por IDC, es inferior a la del resto del mundo, no es menos cierto que esto no hace más que constatar algo que ya ha ocurrido en repetidas ocasiones en la adopción de otras tecnologías innovadoras, y para muestra basta el botón de la telefonía móvil.

Las razones para que esto sea así se deben contemplar desde distintas ópticas. En primer lugar, hasta la adquisición de las divisiones de servidores y servicios profesionales de SCO por parte de Caldera, no existía ninguna empresa Linux en España capaz de impulsar y respaldar proyectos con esta plataforma. La ausencia de una fuerza comercial que aportara soluciones ha hecho que las empresas se lo tomen con cierta calma esgrimiendo la máxima de que experimenten otros primero. Ahora bien, muchas son las cosas que cambian cuando existe una empresa con presencia local como Caldera, que al hacerse con los activos de SCO adquiere de un plumazo la experiencia que esta organización había desarrollado -desde que en el año 1993 llegara a España- en lo que a la implantación de soluciones críticas de empresa se trata.

Habiendo mencionado el carácter conservador de nuestras empresas en lo que a adopción de nuevas tecnologías se refiere, cabría echar un vistazo ahora a la credibilidad de Linux como plataforma empresarial en áreas críticas. Linux ha penetrado con extraordinaria fuerza en todas las áreas relacionadas con Internet, habiendo desempeñado con éxito las tareas que se le han encomendado, pues bien, no hay gran diferencia en lo que a requerimientos del sistema respecta entre un servidor de correo electrónico o servidor web y un servidor de aplicaciones críticas, por tanto, el argumento de la estabilidad o fiabilidad inferiores a otros sistemas no es válido, ahora bien, queda pendiente el asunto de la escalabilidad, ahí es donde quizás se puede poner algún pero. Este punto es uno de los aspectos determinantes que lleva a Caldera a adquirir la tecnología de SCO. Cada vez son más los fabricantes de software que han anunciado que Linux será en breve una de sus plataformas prioritarias de porting y que habían planteado con cierto recelo las dificultades de escalabilidad, ahora bien, esto es un asunto totalmente resuelto al haber sido Caldera capaz de anticiparse a sus competidores al ver la sinergia que existe entre Linux y UNIX. Caldera, con su estrategia de unificación de UNIX y Linux, promueve el desarrollo o identificación de una aplicación en el mercado que satisfaga las necesidades del cliente, pero que esta aplicación funcione sobre plataforma Linux y que según las circunstancias donde vaya a ser implantada, se haga sobre plataforma Linux o UNIX, siempre utilizando la misma versión Linux de la aplicación escogida, lo que posibilita un ahorro de costes importantes al poder ofrecer la misma solución desde los sistemas más pequeños hasta los grandes entornos corporativos.
Quedan por reseñar otros dos aspectos que pueden haber influido en la baja adopción por parte del mercado español la asociación de Linux con free, permítaseme el anglicismo, y el riesgo de fragmentación ante la existencia de tantas diferentes distribuciones. La ausencia de un modelo de negocio claro entorno a Linux que garantice su desarrollo futuro en la oferta de soluciones a las empresas ha sido determinante, y es que cuando alguien se hace con un producto por el que no ha pagado, renuncia al derecho de exigir las garantías de funcionamiento del mismo. En Caldera, primera empresa Linux que ha establecido un modelo de negocio sostenible en el tiempo, mantenemos que Linux ha de preservar su halo de free desde la perspectiva de libertad, libertad de elección, libertad de acceso a la innovación, libertad para modificar su código si fuera preciso, y estimamos que quedarse sólo con la acepción de gratuidad no es positivo ni para la plataforma ni para las empresas que decidan utilizarla, ya que para que un departamento de sistemas de información decida apostar por una u otra tecnología, al menos ha de tener la confianza que en el futuro habrá una puerta a la que llamar ante posibles eventualidades y esto sólo se puede hacer poniendo sobre la mesa un modelo de negocio sostenible.

En lo que al riesgo de fragmentación respecta, se han dado pasos muy importantes para que no asistamos de nuevo, a algo que ya ocurriera en el pasado con Unix, donde las aplicaciones disponibles para los diferentes sabores de éste no son fácilmente transportables de uno a otro. La solución que la comunidad Linux se ha dado a si misma para atajar el problema se llama LSB (Linux Standard Base), como herramienta fundamental para garantizar que una aplicación puede ser llevada de una distribución de Linux a otra sin necesidad de practicar modificaciones en la misma, este es un aspecto que ahonda en la libertad de elección que antes mencionaba. Hasta ahora los clientes podían fácilmente elegir entre múltiples fabricantes de hardware y aplicaciones, donde el apartado de los sistemas operativos no estaba totalmente resuelto, ya que el cambio del mismo solía conllevar necesariamente el cambio de la aplicación. Mediante LSB la libertad se extiende a todos y cada uno de los elementos de la cadena de valor de un sistema de información.

Para finalizar, simplemente mencionar que por nuestra idiosincrasia quizás no somos los más vanguardistas en adopción tecnológica, pero una vez se ha generado la confianza necesaria, el crecimiento es exponencial. Paciencia, todo llega y hay que estar preparado para el futuro.

Jesús Vega, director general de Caldera para España y Portugal.

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Redacción Computing

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