Una perspectiva proactiva

Actualmente el Director de Sistemas de Información tiene la responsabilidad de apoyar los requerimientos tecnológicos en función de las necesidades de cada área corporativa, así como la de innovar partiendo desde un conocimiento puramente tecnológico.

Publicado el 21 Feb 2003

El tiempo en el que los Directores de Sistemas podían mantener una postura reactiva respecto a las necesidades del negocio se ha acabado y se espera que este profesional no sólo asuma la responsabilidad de satisfacer las necesidades de cada área del negocio, sino también que sea el órgano impulsor de la implantación de soluciones de negocio innovadoras que saquen el máximo partido de la evolución tecnológica.
Este cambio en la perspectiva de la responsabilidad de los Directores de Sistemas de la Información implica una alteración dramática en su nivel de cualificación, así como un incremento sustancial de su nivel de remuneración en los mercados más maduros, como es el caso de Estados Unidos. En ese país en particular, el conocimiento exigido para asumir estas funciones en una gran empresa incluye una fortísima componente de negocio, además del profundo conocimiento de la tecnología disponible y de los avances y perspectivas previstas para los próximos años. Aún así, continua habiendo confusión respecto a las responsabilidades específicas que debe asumir este profesional, lo que nos lleva a categorizarlos en cuatro modelos distintos
El gestor. En esta categoría, el profesional asume la función de gestión de la infraestructura y de las operaciones de los procesos relacionados con las TI con el objetivo de mantener la eficacia operacional. Este profesional generalmente no determina cómo se utilizará la tecnología para el soporte de negocio de la organización, una responsabilidad que suele recaer en un superior. Generalmente, un Director de Sistemas con estas funciones reporta a un alto ejecutivo de la compañía, que a su vez reporta al presidente o al CEO. El profesional que asuma estas funciones deberá tener profundos conocimientos operacionales, experiencia probada en la gestión de la tecnología y una gran habilidad para liderar grandes estructuras de Recursos Humanos.
El pensador. El Director de Sistemas como Pensador emplea la mayor parte de su tiempo en validar la forma en que la tecnología puede utilizarse internamente en su negocio para permitir la implantación de nuevos modelos de negocio, aumentar la facturación de la compañía y la ventaja competitiva. Sus responsabilidades en este modelo incluyen tecnología punta, análisis de la competencia, benchmark tecnológico, laboratorio de prototipos, gestión de socios tecnológicos, así como planificación y definición de estándares de arquitectura tecnológica. El Director de Sistemas podrá reportar tanto al CIO como al CEO y generalmente tiene un pequeño equipo de profesionales altamente cualificados, aunque en algunos casos pueda trabajar solo. Así, el profesional básicamente trabaja en una posición de influencia, pero no tiene una función de control directo. Generalmente un Director de Sistemas en esta posición conoce muy bien la organización y ha trabajado en ella un periodo de tiempo razonable, de forma que tiene una reputación consolidada internamente y el respeto de los niveles decisorios.

El visionario. Este modelo se encuentra generalmente en empresas de nueva economía o compañías en las que las TI son un factor clave en la estrategia de negocio. También es muy común encontrar este modelo en pequeñas o medianas empresas (según los patrones americanos) e incluso en subsidiarias de multinacionales donde la figura del CIO no se localiza en cada país, sino que suele tratarse de una sola persona que dirige desde la central todos los demás países. También en este modelo el Director de Sistemas es responsable de definir cómo puede utilizarse la tecnología para implementar la estrategia del negocio, así como implantar y operar las soluciones tecnológicas. En este sentido deberá poseer una excelente combinación entre conocimiento tecnológico y de negocio, de modo que pueda definir y diseñar de forma eficaz tanto los aspectos técnicos como los aspectos funcionales de la estrategia del negocio para construir una organización de los sistemas de información que pueda implantarse. A semejanza del primer modelo, este profesional también acumula las funciones de director de operaciones e infraestructuras, y es responsable de todos los aspectos tecnológicos de la compañía. Generalmente reporta al CEO de la compañía, aunque en algunos casos puede reportar adicionalmente al CIO de la empresa a nivel mundial, cuando esta figura exista en la estructura.
El tecnólogo. Este modelo de profesional organiza sus esfuerzos en el uso de la tecnología para diseñar y construir nuevos productos y servicios para los clientes de su empresa. Es una figura muy habitual en las empresas de consultoría, ya que aporta mucho valor a los productos y clientes de la compañía. Su principal función es desarrollar el plan tecnológico estratégico para la organización a través de la identificación, implantación y acompañamiento de las nuevas y, posiblemente, revolucionarias tecnologías emergentes. La estructura de Recursos Humanos del Director de Sistemas no es grande en este modelo, entre 10 y 50 personas en función de la dimensión de la empresa. Este profesional reporta al CEO o al presidente de la empresa, siendo sólo responsable de ayudar al senior management de la compañía a obtener sus objetivos de negocio, además de verlo como un relaciones públicas en todos los aspectos relacionados con la tecnología.
No hay duda de que a día de hoy el Director de Sistemas ya asume un papel de gran importancia en la consecución de los objetivos de negocio de las empresas, siendo un factor diferenciador en el competitivo mercado actual, pero a pesar de esto, cada empresa deberá disponer de un determinado perfil de profesional compatible con la realidad del momento. Así, siempre que una empresa necesite contratar un profesional para gestionar sus sistemas de información, deberá efectuar un auto análisis de su situación en el mercado en el que compite, de forma que seleccione un profesional que pueda aportar el conocimiento necesario para obtener el máximo partido de las oportunidades de evolución en el contexto del modelo de negocio de la empresa.
Roberto Haig, socio-director de Novabase Consulting España

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Redacción Computing

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