Microsoft está presionando a sus socios de distribución para que tomen una mayor parte en la venta directa de su software, a lo cual y, de momento, Dixons Group, Staples, Tempo y Electronics Boutique han accedido.
El compromiso de la compañía en la arena de los ASPs con su estrategia .Net, así como las preocupaciones por sus márgenes de beneficio y el coste de las campañas de publicidad para su consola Xbox, han sido factores de peso en la decisión, aunque se cuestione cuál sería el beneficio generado por las ventas de software directo.
El movimiento forma parte de una política global introducida por el gigante del software, que ya está desarrollando iniciativas similares en Francia y España.
Observadores del mercado estiman que Computer 2000, Ingram Micro y, especialmente, Gem, pues suministra todo el software de ocio de Microsoft a Electronics Boutique, serán los distribuidores que se verán más directamente afectados por esta decisión.