Desde hace quince años, el Servicio vasco de Informática Judicial (SIJ) ha gozado de la autonomía presupuestaria y de acción suficiente para desarrollar sus planes informáticos, sin depender de las políticas tecnológicas desplegadas por el Gobierno de esta Comunidad. Esta situación le ha permitido diseñar concursos, tramitar expedientes y adquirir, en definitiva, los recursos materiales más convenientes en cada caso, así como establecer las políticas de evolución tecnológica para el futuro
En este plazo de tiempo, se han implantado tres planes de informática que han llevado a los sistemas de información de la Administración de Justicia vasca a convertirse en un referente nacional por su amplitud, capacidad de integración e innovación.
Tras la transferencia al País Vasco, en 1998, de las competencias en materia de Justicia, el Servicio de Informática Judicial puso en marcha el Plan de Informática de la Administración de Justicia (PIAJ), en el cual no sólo se contemplaron los recursos tecnológicos (aplicativos, comunicaciones, equipamientos) necesarios para modernizar esta actividad, sino que también se fijó el personal y los presupuestos para llevarlo a cabo en el plazo de cuatro años.
Tras el PIAJ, finalizado en 1996, el SIJ puso en marcha otro nuevo programa de modernización bajo la denominación de PINJ (Plan de Informática Judicial), cuya culminación en 1999, dio paso al actual PITJ (Plan de Informática y Telecomunicaciones Judiciales) con el que la Administración de Justicia vasca se introduce en las nuevas tecnologías, dando un salto cuántico en sus arquitecturas de proceso, redes de telecomunicaciones y uso de Internet para ofrecer servicios a sus usuarios, a colectivos de profesionales y, por supuesto, a los ciudadanos.
En opinión de Ana Molina, responsable del Servicio de Informática Judicial, los dos primeros planes citados permitieron trazar una situación tecnológica estable con todos los puestos de la Administración de Justicia informatizados, una red de comunicaciones (Frame Relay) que aportaba el suficiente ancho de banda a cerca de 3.000 usuarios y un sistema de información que cubría todas las funcionalidades y procesos de la actividad. Sin embargo, la siguiente vuelta de rosca era precisamente dar a conocer el servicio prestado y acercar la Justicia a los ciudadanos.
El actual plan tecnológico en fase de despliegue y, en algunos casos, prácticamente finalizado, ha supuesto el diseño e implantación de una nueva arquitectura de sistemas; la evolución de la red propia de comunicaciones con un importante crecimiento del ancho de banda; el desarrollo de un nuevo sistema de información sobre un entorno Java y la potenciación de JustiziaNet, un servicio Internet, intranet y extranet que no para de incorporar nuevas prestaciones a sus usuarios.
Desde una arquitectura basada en terminales que atacaban a un servidor central HP/UX y una base de datos Oracle, el SIJ tomó la decisión de evolucionar hacia una solución de futuro con el concurso de Java, aunque manteniendo la confianza en los mismos suministradores: HP sigue siendo el proveedor del servidor central, Oracle amplía su presencia con un servidor de aplicaciones y Apache sigue siendo la apuesta para la web. Una plataforma de futuro que integra todas las soluciones bajo un mismo paraguas protagonizado por el entorno J2EE. Creemos que esta arquitectura está suficientemente consolidada en el mercado y que nos ofrece toda la integración que necesitamos entre los entornos de sistemas de información y los servicios web en continuo crecimiento.
Bajo el nuevo entorno de trabajo se ha desarrollado Justicia BAT (Justicia UNO), el nuevo sistema de información que arranca este mismo mes de febrero y cuyo despliegue completo está previsto en el plazo de un año. Durante este tiempo, el SIJ tendrá que hacer frente a un cambio cultural y organizativo de la Administración de Justicia para adaptarse a las nuevas tecnologías. Una evolución que se ha analizado en profundidad con el fin de matizar su impacto, pero que sin duda trastocará en profundidad la forma de trabajar de los usuarios. Justicia BAT no es sólo un sistema de información diseñado sobre un nuevo entorno de trabajo, si no que ha supuesto una reingeniería de todos los procesos, cambios en el puesto de trabajo y una evolución de los flujos de la información. A todo ello han de amoldarse personas que tenían perfectamente solucionado su trabajo con el sistema antiguo. Por esta razón, tenemos que ser cautos en la implantación del nuevo sistema, lo haremos por fases y evaluando en cada caso el impacto final, afirma Molina. Para el desarrollo de la nueva aplicación, el SIJ ha confiado en la UTE formada por Ibermatica y Syntex.
Un impacto que se ha querido aminorar al máximo con la nueva infraestructura de comunicaciones. Justicia BAT cubre las nuevas expectativas multimedia de la Administración de Justicia donde, por ejemplo, la grabación de los juicios ha pasado a formar parte de la tramitación de cualquier procedimiento judicial. Estas nuevas exigencias exigen mayores anchos de banda que reduzcan los tiempos de respuesta de las aplicaciones y de acceso a la información. Por este motivo, otro de los proyectos incluidos en el PITJ es la creación de una nueva infraestructura de comunicaciones que se ha constituido a través de una red dorsal ATM con una velocidad de transmisión de 34 Mbps. Esta red une los 14 edificios de otros tantos partidos judiciales distribuidos por las tres provincias de la Comunidad, conectando tres mil puestos de trabajo con todas las funcionalidades multimedia que aportan las nuevas tecnologías, explica la responsable del SIJ.
Ibermatica ha colaborado con el SIJ en el desarrollo de JusticiaNet, un servicio Internet, intranet y extranet plenamente integrado con el sistema de información Justicia BAT para alcanzar la mayor homogeneidad en el tratamiento de los datos y en su posterior acceso.
Todos los servicios que proporciona este portal se verán potenciados tras la implantación generalizada de la firma digital. Actualmente, el SIJ está negociando con izempe, la Autoridad de Certificación del Gobierno Vasco, el desarrollo de procesos de firma digital adecuados a la tramitación de expedientes judiciales, cuya peculiaridad exige una mayor simplicidad. Como señala Molina, estamos tratando de simplificar los procesos de firma para adecuarla a las necesidades de los jueces y otros actores judiciales.
Hasta que llegue ese momento, el SIJ ha desarrollado diferentes servicios que están teniendo un amplio respaldo de los usuarios.
En Internet, se ha abierto una página donde los ciudadanos solicitar certificados de nacimiento, defunción y matrimonio, que son alimentados por los correspondientes registros civiles. Además, puede accederse a páginas de subastas judiciales, exposición de bienes (robados), a un rincón del opositor que contiene toda la información relativa a las oposiciones a la carrera judicial y, próximamente, a otras dos sobre el sistema de jurado y quejas de los ciudadanos.
Desde el punto de vista extranet, JusticiaNet incorpora servicios para tres grandes colectivos: abogados y procuradores, policías y profesionales de la justicia. El primero de ellos se verá especialmente potenciado con la firma digital, ya que los profesionales podrán acceder a los procedimientos donde están personados, consultar toda la información pertinente a sus causas e incluso presentar escritos con el mismo valor legal que si los dejaran en la ventanilla del juzgado.
Para una etapa algo más lejana queda abierta la posibilidad de que cualquier ciudadano pueda acceder a los expedientes judiciales que le afectan, aunque este objetivo se encuentra inmerso en una fuerte polémica judicial. Desde un punto de vista técnico no habría ningún problema, pero el asunto escapa a cualquier planteamiento tecnológico, resume Ana Molina.
