Jugar con las expectativas es un arma de doble filo para una nueva tecnología. Las experiencias de los últimos años, con el lento despliegue del UMTS como mejor ejemplo, no parecen enseñar la lección a los fabricantes y operadores sobre la importancia de prometer calendarios de desarrollo creíbles y alcanzables. Una planificación de desarrollo agresiva estimula a los inversores, pero no cumplirla puede provocar el desaliento y el abandono de muchos proyectos.
La historia se repite. Hace pocos días el WiMAX Forum –organismo promovido por los fabricantes impulsores de esta tecnología de red inalámbrica— ha anunciado que la certificación del estándar IEEE 802.16-2004 se retrasa seis meses más. Esto quiere decir que CETECOM, Centro Tecnológico andaluz elegido recientemente por el WiMAX Forum como único laboratorio mundial de certificación, no podrá recibir los primeros equipos a analizar hasta julio de 2005.
El proceso de certificación de una tecnología garantiza la interoperabilidad de los equipos, lo cual quiere decir que una red desplegada con equipos WiMAX certificados puede estar compuesta por elementos de distintos fabricantes. Esto es un requisito para que en las líneas de producción se comience a fabricar dispositivos de manera masiva, ya que los equipos que se fabriquen antes de que exista una certificación sólo servirán como prototipos y laboratorios de pruebas para los proveedores de servicio pioneros. Sin la certificación, y por tanto el comienzo de la fabricación en serie, los precios de los dispositivos no podrán estar por debajo del umbral necesario para su éxito en el mercado, que para hacernos una idea, deberían ser similares a los de los equipos Wi-Fi de los que disponemos en la actualidad.
Este retraso afecta seriamente al despliegue comercial, ya que con el nuevo calendario previsto, los primeros equipos certificados no podrán salir al mercado hasta 2006, y los ordenadores portátiles con esta tecnología integrada no estarán en las tiendas hasta 2007. Este es un grave contratiempo que puede producir que muchos fabricantes y operadores se bajen del carro del WiMAX y concentren sus esfuerzos en otras tecnologías que pudieran emerger. Los pocos operadores que ya están ofreciendo redes WiMAX experimentales en algunas zonas con tecnología previa a la certificación serían los mayores afectados en sus inversiones.
En cualquier caso, el mayor perjudicado en este retraso sería Intel, que es el fabricante que más esfuerzos ha puesto desde el primer momento en esta tecnología, y que posiblemente sea uno de los principales responsables de los cambios en el calendario de certificación.
La demora en la certificación del 802.16-2004 debería servir como lección para que los fabricantes pongan todos sus esfuerzos en evitar que se posponga aún más la salida al mercado de la siguiente revisión, la IEEE 802.16e, conocida como Mobile WiMAX, que es la que realmente podría ofrecer una alternativa sólida a las redes de telefonía 3G, y en la que hay depositadas mayores expectativas comerciales. Un consenso rápido por parte de los fabricantes en la certificación podría ayudar a convertir al Mobile WiMAX en la tecnología 4G dominante en el mercado.
De todos modos, no debemos olvidar que si finalmente los plazos y las expectativas se cumplen, la mayor batalla para el éxito de WiMAX se librará en el entorno regulatorio. WiMAX opera en bandas de frecuencia libres (5,8 GHz) y en otras bandas actualmente en poder de los operadores de LMDS (3,5 GHz). Dado que las bandas libres son menos adecuadas técnicamente para ofrecer movilidad, los propietarios de licencias LMDS -así como aquellos operadores que obtengan licencias para comercializar WiMAX en sus futuras versiones- gozan de una excelente posición para competir adecuadamente con la telefonía celular.
Aún hay demasiadas incertidumbres para poder afirmar que el WiMAX será el caballo ganador en la carrera del 4G. Hay que jugar muy bien con las expectativas y no prometer de nuevo calendarios demasiado optimistas, que crean recelo al no cumplirse.
