Leyendas urbanas de la tecnología

Al igual que las leyendas urbanas, que se presentan como crónica de hechos reales sucedidos como el fantasma del espejo o la chica de la curva, en tecnología también tenemos relatos escalofriantes.

Publicado el 23 Dic 2011

Llegan cuando menos te lo esperas y es tu Outlook el que te avisa de que has recibido nuevos mensajes, como el de tu tía que te avisa de que no abras un email con un determinado asunto, el comercial que te dice que tu ordenador está infectado y pederás todo, o la amiga que te avisa de que si no sigues la cadena de mensajes te sucederán cosas horribles. Y cuando les comentas que se dejen de tonterías, muchos te responden, “Ey, que lo leí en Internet o me lo ha dicho fulanito”.
Más allá de los Hoax y demás ataques de phising, hay otras leyendas como el del RFID, al que comparan con el gran hermano que todo lo ve. La tecnología de radiofrecuencia permite transferir información a través de ondas electromagnéticas y es muy útil en las etiquetas con chips RFID que contienen la información del producto, fácilmente leíble mediante un escáner. Lo escalofriante de esta tecnología para muchas personas es que piensan que cualquiera que tenga un lector puede escanear a distancia su DNI, pasaporte o tarjeta de crédito y robar su identidad. Deberían decirlas que para eso es necesario acercar mucho el lector para que pueda leer la información, y claro ahí ya se darían cuenta de la intrusión.
Otra historia macabra que puede terminar con las ventas trimestrales de un fabricante, es la batería que explota en tu cara. Es cierto que ha habido casos de peligro en lo que ha explotado un ordenador portátil por un defecto, debido la mayoría de las veces al fabricante de la batería, que o bien ha cometido un error, o porque ha disminuido el control de la calidad. Y también es verdad que pasa más a menudo de lo que nos creemos. Por ejemplo, Dell tuvo que retirar masiva e inmediatamente todos sus equipos del mercado por el riesgo de explosión ante un fallo de la batería de Sony. Y dos años más tarde, Sony también tuvo que retirar sus propios equipos por una razón similar. Pero otra cosa es cuando la gente empieza a extender el rumor de que tal dispositivo explota cuando te llaman, o cuando cargas la batería; y con la sombra de la leyenda urbana, “ten cuidado, que a menganito le pasó”.
Por otro lado, tenemos las advertencias de fabricantes especialistas en seguridad que te alertan de que algo terrible le está pasando a tu ordenador. ¿Quién no se ha encontrado mientras navega por Internet un banner de “¡Peligro!, ¡su ordenador está infectado! Descargue este elixir informático y todos sus problemas se habrán terminado”. Yo, creo que al igual que el quitaarañazos del coche que venden en la teletienda, es sólo eso, una crema y nada más; y estos fabricantes deberían tener cuidado en utilizar tales técnicas porque pueden perjudicar su reputación.
Ya para terminar, no podía faltar la alerta social de que el móvil causa daños cerebrales y cáncer por las radiaciones que emanan de la antena. Se ha investigado mucho sobre este tema y muchas de sus conclusiones han creado todo un conflicto entre la población (no digo usuarios, porque mi abuela, que no usa, cada vez que me ve con el móvil, me dice, “¡niña, que te va a dar cáncer de cerebro!”); pero es cierto que aún no se ha demostrado que genera tumores. Concluyendo, muchos pueden creer en estos terrores tecnológicos, y otros negar la “verdad” que se oculta tras ellos, pero antes de seguir fomentándolos, por favor, infórmense bien antes de seguir contribuyendo al ciclo de la ignorancia.

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Redacción

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