Este tipo de informaciones han dejado en esta ocasión sensaciones de cambio pero también apuntan a la consolidación de tendencias que han ido tomando cuerpo en las organizaciones. Un ejemplo es el uso que se hace de las redes sociales en las empresas; estas ya no esconden que deben ser parte estratégica en su actividad -a pesar de que la gran mayoría dé palos de ciego y no sepan exactamente cómo rentabilizar y sacar partido de estas herramientas-. Así, en nuestro país el incremento de estas plataformas sociales se cifra en torno al 15% de media y queda patente su mayor uso profesional y que ya casi el 30% de las compañías las utilicen. En el ámbito de los dispositivos son el smartphone y la tablet los que mayor atracción despiertan para los estudiosos de los mercados por el auge de su utilidad; con más de dos dígitos de incremento constante, su intensificación en el hogar y su cada vez mayor acercamiento al ámbito corporativo… con previsión de acelerar estos baremos en los meses venideros. Otro dato que aporta la ONTSI, quizás manido de informes precedentes, es el que señala que el 98% de los servicios públicos digitales básicos de la AGE son totalmente accesibles en Internet, con lo que España supera en 24 puntos la media europea del 74%… Aunque en este punto siempre surge el mismo interrogante: saber cuántos ciudadanos se conectan con la administración por esta vía, y con qué finalidad, ya que poco o nada se sigue haciendo para que así sea. Mientras tanto, observamos que baja la aportación de la I+D respecto al PIB, con lo que se vuelve a niveles de 2008 y se confirma que España se aleja más de Europa en innovación, algo que ya deja de sorprender, y que el sector público no contribuye como debiera. Y un apunte que también quisiera reseñar incide en las empresas de consultoría españolas, que por primera vez desde que se tienen datos comparables ven cómo descienden sus ventas en medio punto -sería del 4,5% si nos ceñimos al mercado nacional-. Queda por mencionar el ‘caso Gowex’, firma tecnológica protagonista del verano que ha ligado su carácter innovador con la mala gestión y la corrupción; lo que es un caso más que sirve para erosionar la imagen de la empresa y las TIC españolas.
Atonía estival
El periodo estival es proclive a mostrar diversos indicadores sobre la evolución de los mercados durante la primera parte del año y al mismo tiempo adelantar previsiones para el resto del ejercicio.
Publicado el 08 Sep 2014
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