Un 77% de los negocios planea operar globalmente en dos años, y un 80% de las empresas consideran que la crisis ha sido el catalizador para sus ambiciones y crecimiento internacionales, según un estudio de la compañía Truphone.. Los beneficios de la internacionalización que manifiestan las empresas son numerosos: incremento de la base de clientes (64%), incremento de los ingresos (42%), reconocimiento de marca (45%) y mayor potencial de alianzas (51%).
En paralelo, la movilidad ha experimentado un desarrollo espectacular que continúa imparable. En 2017 Forrester estima que 2,3 billones de personas tendrán smartphones. Al mismo tiempo, los usuarios, han elevado enormemente sus expectativas con respecto a la experiencia móvil: un 62% espera que los websites tengan versión móvil y un 42% espera que tengan aplicaciones móviles disponibles.
Todo esto supone para las empresas un replanteamiento de sus negocios, ya que la Movilidad les impacta en todos los aspectos del mismo, incluyendo la forma en que interactúan con sus clientes. Las organizaciones deben prepararse para una interacción con el consumidor intensiva, un desarrollo de producto más rápido y mayores necesidades de cumplimiento normativo que en el pasado. Y esto en un contexto internacional implica que las soluciones de Movilidad puedan cruzar las fronteras y proporcionar una experiencia móvil a la altura de lo que exigen los clientes.
Con este contexto, una de las principales barreras que encuentran las compañías internacionalizadas, o que prevén serlo en breve, es la calidad y coste de las comunicaciones internacionales, tanto entre sedes de diferentes países como en roaming.
