Siempre es conveniente aprovechar los aniversarios para volver la vista atrás y reflexionar sobre lo conseguido o cambiado. Por ello, si pensamos cómo de ‘digitales’ éramos hace 20 años vemos realmente el cambio tan profundo que tanto las empresas como la sociedad han experimentado.
Ideas que nos parecían imposibles se han convertido en realidades (almacenamiento ilimitado en la nube, accesibilidad desde cualquier parte, movilidad total en la palma de tu mano,…). Todo ello nos hace pensar que no hay límites para nuestra imaginación porque la tecnología lo hará posible y ello nos debe animar a ser muy ambiciosos en nuestros planteamientos. Además ahora son nuestros clientes y empleados los que se adelantan a las iniciativas de las empresas y nos fuerzan a evolucionar demandándonos nuevos servicios, mientras que en el pasado era al contrario.
Si nos centramos en nuestras tareas, quizás lo que más ha cambiado han sido las funciones y actitudes del CIO y del área de informática en las empresas. En muchos casos nos vemos ‘invadidos’ en tareas tradicionalmente ‘propietarias’ como Innovación o decisiones de software donde los requisitos técnicos son cada vez menos relevantes. Por otro lado, estamos tendiendo más hacia un modelo de empresa de servicios, con sensibilidad hacia el negocio, con transparencia e iniciativa en vez del tradicional departamento opaco que nadie entendía y todos temían. Todo ello nos lleva a redefinir nuestra función como empresa de servicios para nuestros clientes internos, capaz de integrar ágilmente soluciones internas con soluciones de terceros de muy distintos modelos de provisión, actuando como verdaderos ‘brokers de soluciones’. No obstante, un reto que sigue pendiente es el de ser capaces de que el resto de la organización entienda la complejidad y dificultad de nuestro trabajo en un mundo acostumbrado a que todo es posible, inmediato y muy sencillo de usar.
Intentar imaginar lo que ocurrirá en los próximos 20 años se me antoja imposible pero me imagino una sociedad aún más conectada donde la tecnología permita inventar nuevos negocios y nos obligue a transformar muchos de los existentes, como ya está ocurriendo hoy.
La clave de nuestro futuro como CIO es la capacidad de aplicar nuestro conocimiento de las TIC y nuestra visión holística de la empresa para conseguir los objetivos de negocio que nuestras empresas y clientes persiguen.