El considerado padre de la telaraña Web considera que en la actualidad, que “las amenazas a la web son muchas y reales, desde la desinformación y el uso de propaganda política cuestionable hasta la pérdida de control sobre nuestros datos personales”. No obstante, no arroja la toalla: “Sigo comprometido con poder garantizar que la web sea un espacio libre, abierto y creativo para todos”.
Berners-Lee cree imprescindible conectar a todo el mundo y asegurar que la web funcione en beneficio de las personas, los grandes objetivos fundacionales de la Web Fundation, que él mismo creó.
Centra sus aspiraciones en tres puntos: que la web funcione en beneficio de las personas, incorporar a más personas en el debate del futuro de la Web y cerrar la brecha digital.
Berners-Lee cree imprescindible conectar a todo el mundo y asegurar que la web funcione en beneficio de las personas
Con respecto a este último, “la brecha entre las personas que tienen acceso a internet y las que no lo tienen está aumentando las desigualdades ya existentes; desigualdades que plantean una grave amenaza mundial”. Berners-Lee constata que es más probable estar desconectado si se es mujer, pobre, habitante de un área rural, de un país de bajos ingresos, o cualquier combinación de los anteriores. Hoy en día estar desconectado significa ser excluido de oportunidades para aprender y ganarse el sustento, de acceder a servicios valiosos y de participar en el debate democrático. “Si no invertimos seriamente en acabar con esta brecha, miles de millones de personas podrían tener que esperar hasta el año 2042 para poder tener acceso a internet. Eso implicaría dejar atrás a toda una generación”, alerta el experto.
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En beneficio de las personas
La web a la que muchos se conectaron años atrás ya no es la web con la que se encontrarán los nuevos usuarios. La rica variedad de blogs y sitios web de aquella época se ha visto comprimida bajo el aplastante peso de unas pocas plataformas dominantes. “Esta concentración de poder da lugar a un nuevo conjunto de custodios de la red, permitiendo que un puñado de plataformas tengan control sobre cuáles serán las ideas y opiniones que se podrán ver y compartir”, advierte.
Además estas plataformas afianzan su posición dominante creando barreras de entrada a sus potenciales competidores, absorbiendo startups y contratando los mejores talentos de la industria. También se amplía el impacto de quienes utilizan la web como arma para difundir noticias falsas en redes sociales, interfiriendo en los procesos electorales y, también, los grupos criminales que se apoderan de los datos de las personas. “Un marco legal o regulatorio que tenga también en cuenta los objetivos sociales podría contribuir a aliviar esas tensiones”, concluye.
Debate sobre el futuro de la web
El futuro de la web no trata únicamente acerca de todos aquellos que ya estamos conectados, sino también sobre aquellos que aún no lo están. La poderosa economía digital actual exige estándares sólidos que permitan equilibrar los intereses de las empresas y los de los ciudadanos conectados. “Para ello será necesario pensar en cómo podemos alinear los incentivos del sector tecnológico con los de los usuarios y la sociedad en general, consultando a una muestra representativa y diversa de la sociedad en el proceso”, resume.
Dos mitos limitan actualmente nuestro imaginario colectivo: el mito de que la publicidad es el único modelo de negocio posible para las empresas digitales, y el mito de que ya es demasiado tarde para cambiar la forma en que operan las plataformas. Para resolver estas dos cuestiones deberemos ser un poco más creativos.