Esther Málaga asumió en enero de este año la función de CIO en Ferrovial, una compañía de unos 95.000 empleados a nivel mundial. En sus inicios en la firma, hace unos 20 años, se incorporó al área económico- financiera, más tarde ejecutó “un proyecto muy atractivo para implantar la movilidad” y trabajó en Servicios para gestionar las aplicaciones -en Ferroser-. Pasó a la gerencia de la Gestión Comercial y Compras; en 2013 a la Dirección de Relación con los Negocios y, en 2015, se incorporó a Tecnología como CTO.
Después de diez meses como CIO en Ferrovial. ¿Cuál ha sido el principal reto que ha tenido que acometer?
E. M.: Sin lugar a duda, el cambio de organización. En enero unimos las tres direcciones en una sola. Cuando entro empiezo a pensar en las ineficiencias que hay en mi departamento, tenemos una organización tradicional con hardware, software y demanda, y empiezo a pensar en cómo estamos y dónde deberíamos estar. Pero cuando se hacen cambios disruptivos de muchísimo impacto, como este, lo más importante son las personas. Hablamos en este caso de más de 105 profesionales, a los que quise explicar que no podía afectar negativamente al negocio, con los proyectos que teníamos más el mantenimiento de aplicaciones, y que era el momento de replantearnos absolutamente todo.
¿Qué pasos hay que dar para que tenga éxito?
E. M.: Tengo claro que hay tres etapas en la gestión cuando cojo un nuevo equipo: primero, hay que escuchar, entender y aprender; si te saltas esa primera fase tienes un problema. La segunda es cambiar, si hace falta, y explicar muy bien de dónde venimos para saber a dónde vamos; y la tercera es cuidar el modelo, que es donde estoy ahora. Cuando me nombraron CTO propuse una reunión para preguntar al equipo: qué hacéis, qué hacéis y no deberíais hacer, que no hacéis y deberíais hacer, y qué queréis ser de mayores. En este caso ha sido algo similar, con mi equipo y los usuarios principales.
Lo que está claro es que el modelo de trabajo ha cambiado…
E. M.: Hace 20 años, los usuarios contaban con los sistemas que nosotros les dábamos, era todo más fácil. Ahora hay tres grandes ejes que confluyen: la tecnología se ha ‘comoditizado’ en muchos sectores, hay SaaS, dockers, containers, que hace que sea más accesible para todo el mundo y de forma diferente. También es cierto que hay otra forma de trabajar, necesitamos imprimir velocidad a lo que hacemos y meter mucha eficiencia con la nueva tecnología, en beneficio del negocio. El tercer eje se podrá llamar generación millennial, o lo que sea, es talento nuevo que se incorpora a las empresas, no buscan pertenecer a una grande, sino otra cosa. Se preguntan: “Qué voy a hacer y qué saco yo de todo esto?”. La ‘Gig Economy’ habla de la economía de los encargos, más enfocada a proyectos y es algo que quiero plantear a partir de enero de 2019.
Hemos puesto a los usuarios, de verdad, en el centro siendo más ágiles, flexibles e innovadores
¿Es fácil plantear una reorganización de este tipo?
E. M.: Cambios de este tipo ni los puedes delegar, ni subcontratar, ni hacer tú sola. La información que te da tu propio equipo y tus propios usuarios es muy valiosa. Y no tiene por qué haber resistencia al cambio si se plantea un modelo basado en lo que te están pidiendo. En marzo expliqué hacia dónde vamos a ir y la gente lo entendió. Además, la palabra innovar no existía en nuestra nueva dirección. Si no hacemos nada, en dos años shadow IT seremos nosotros, porque negocio tiene que poner tecnología en sus procesos y apoyarse en ella para competir o abrir nuevas líneas de actividad.
Es extraño que no se hable de innovación en TI.
E. M.: En Ferrovial la innovación va en el ADN, con un área específica. Otra cosa es en nuestro caso. Es cierto que no nos tenemos que meter en tema de drones, pero robótica y RPA tiene que ver con nosotros, big data tiene que servirnos e incluso blockchain, donde ya estamos empezando un piloto. A nivel de grupo se mira a IoT; este año, el ejemplo es Wondo, la plataforma de movilidad para el sector del transporte; o Zity… Después están los drones en obras o el uso de 3D en procesos de licitación.