Las nuevas tecnologías han transformado nuestra sociedad y son ya una realidad integrada en los procesos de negocio. Las empresas y las administraciones públicas están obligadas a redefinirse en este nuevo entorno, en el que las necesidades y expectativas de clientes y ciudadanos son el driver fundamental de los procesos de cambio. La transformación digital no es ya una opción; es una exigencia apremiante que no solo implica el uso de las nuevas tecnologías, sino un cambio cultural que exige el concurso de todos los agentes de la organización. Es imprescindible, por tanto, diseñar una estrategia que sepa aprovechar las oportunidades del ecosistema en el que operan las compañías, y que incorpore una visión prospectiva que permita ganar competitividad en un entorno de aceleración de los cambios tecnológicos. La consultoría TI, que ofrece un asesoramiento personalizado e integral desde una posición de liderazgo en el dominio de las nuevas tecnologías, es, sin duda, un aliado estratégico en estos procesos de transformación.
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Cifras del sector
Así lo ha reconocido el mercado, como demuestran las cifras de actividad del sector de la consultoría TI en estos últimos años. Según el último informe anual del sector, publicado por la Asociación Española de Empresas de Consultoría (AEC), en 2017 las empresas españolas de consultoría tuvieron unos ingresos cercanos a 13.000 millones de euros. Las ventas crecen por cuarto año consecutivo, han aumentado un 6,2% respecto a 2016 y se espera que en 2018 el crecimiento supere el 5%. La propuesta de valor que ofrecen las empresas de consultoría no sería posible sin sus principales activos: el talento de los profesionales, cuya cualificación y experiencia son esenciales en la calidad de los servicios prestados, y su permanente vocación de innovación e inversión en I+D+i.
Las consultoras tienen un papel relevante en la innovación, no solo por su propia inversión en I+D+i, sino como catalizadoras de la inversión innovadora de las empresas de todos los sectores. Los proyectos de TI son claves para la competitividad de España como país, y, en consecuencia, es necesario que exista un marco normativo favorable en este ámbito. La apuesta del sector por el talento es innegable. En 2017 ocupó a más de 170.000 personas, un 3,4% más que el año anterior. Además, las empresas de consultoría han apostado por la contratación de recién titulados contribuyendo así a la creación de empleo cualificado y de calidad.
Sin embargo, las consultoras tienen problemas para incorporar en sus compañías los perfiles que necesitan, ya que el número de estudiantes y egresados en carreras STEM (Science, Technology, Engineering y Mathematics) es cada vez menor. Y, hoy por hoy, la formación profesional no proporciona las capacidades que se necesitan. Mitigar la escasez de talento es prioritario para la AEC y sus empresas asociadas, que están llevando a cabo iniciativas encaminadas a fomentar las vocaciones tecnológicas en edades tempranas a la vez que participan en proyectos de formación dual.
Carencia de mujeres
En las empresas de consultoría, al igual que en todas las empresas que demandan perfiles tecnológicos, hay además una carencia importante de mujeres. Según datos de Eurostat, en 2017 los empleos en el sector TIC en la Unión Europea se situaron en casi 8,5 millones, pero solo el 17,2% eran mujeres, un porcentaje que se ha reducido cinco puntos en los últimos diez años. En España, los datos son incluso más preocupantes, ya que son poco más del 16% las mujeres que ocupan puestos técnicos. Por ello, las consultoras están adoptando iniciativas específicas para incrementar la diversidad de género en todos los niveles de la organización.