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La ética de la IA
La ética en la inteligencia artificial (IA) tiene que ver con los principios y normas que guían el desarrollo, uso y aplicación de la IA de manera responsable y ética. Esto implica considerar cómo se diseñan los algoritmos, cómo se recopilan y utilizan los datos, y cómo se aplican los sistemas de IA en diferentes contextos.
La IA en la actualidad
La inversión mundial en sistemas cognitivos y de Inteligencia Artificial ya los 60.000 millones de dólares, según IDC. Si bien es cierto que su incorporación de estas tecnologías traerá a las empresas innumerables cambios y beneficios (mayor eficiencia, reducción de costes, mejor experiencia de cliente, aumento de la productividad…), también es cierto que su aplicación entraña riesgos y, en ocasiones, consideraciones éticas que deben ser tenidas en cuenta.
Desafíos éticos que presenta el uso de la IA
Desde sus orígenes, la inteligencia artificial (IA) ha venido alcanzando grandes hitos en diferentes sectores de la actividad humana, desde la asistencia médica hasta el transporte autónomo y la atención al cliente. Estos avances han transformado nuestras vidas de muchas maneras, pero también han planteado importantes desafíos éticos.
Sanidad
Es el caso de la asistencia médica, que se utiliza para se utiliza para diagnosticar enfermedades, personalizar tratamientos y mejorar la eficiencia en la atención médica, pero que sin embargo puede colisionar la privacidad de los datos de salud, la equidad en el acceso a la atención y la responsabilidad por las decisiones clínicas tomadas por algoritmos.
Transporte
Otra controversia se produce en el transporte autónomo. Los coches autónomos son diseñados para mejorar la seguridad vial y la eficiencia del transporte. Sin embargo, surgen cuestiones éticas sobre quién es responsable en caso de accidentes, cómo se toman decisiones en situaciones de riesgo y cómo se abordan las preocupaciones de privacidad al recopilar datos de ubicación.
Atención al cliente
Los chatbots y sistemas de atención al cliente basados en IA proporcionan respuestas ágiles y personalizadas a las consultas de los clientes. En este caso, el reto se centra en la transparencia sobre el uso de sistemas automatizados, la equidad en el tratamiento de los clientes y la necesidad de supervisión humana para situaciones complejas.
Predicción del comportamiento humano
Los algoritmos de IA se elaboran para predecir el comportamiento humano en áreas como el marketing, la política y el cumplimiento de la ley. Esto plantea preocupaciones éticas sobre la privacidad, el sesgo algorítmico y la posibilidad de manipulación de las decisiones individuales y colectivas.
Los 5 principios éticos fundamentales de la IA
Conscientes de que la revolución tecnológica que vivimos ha cambiado las normas del juego a todos los niveles y que la Inteligencia Artificial es, sin duda, uno de los principales motores de ese cambio, Paradigma Digital define los 5 principios fundamentales que guían y establecen un marco de buenas prácticas en el desarrollo de la IA en Paradigma, y que sientan las bases de cómo trabajamos con nuestros clientes en esta área.
1. Desarrollo de una IA justa y libre de prejuicios
Para velar porque los sistemas de inteligencia artificial sean justos, evitando la discriminación de personas y grupos con las decisiones que tomen, salvaguardando por encima de todo la dignidad humana. Para ello, es necesario asegurarse de no usar conjuntos de datos sesgados y controlar la posible discriminación algorítmica utilizando métricas avaladas por expertos humanos.
2. Cumplir y ayudar a cumplir
Paradigma reconoce la importancia de identificar de manera clara y precisa la responsabilidad de las decisiones tomadas por sistemas autónomos. Por ello, la compañía se marca el objetivo de ayudar a sus clientes a reflexionar sobre su responsabilidad en el uso de este tipo de sistemas. Asimismo, como diseñadores y desarrolladores de estos sistemas, Paradigma garantiza que el desarrollo del software está siempre de acuerdo con las normas legislativas y estándares de la industria. Y también se compromete a ayudar a los clientes en la estimación y evaluación de las posibles consecuencias negativas y positivas de la implantación de sistemas autónomos en sus grupos de interés y en la sociedad en su conjunto.
3. Conocer el algoritmo y hacerlo transparente
Confiar en los sistemas inteligentes que se desarrollan es fundamental. Conocer los algoritmos que se crean y poder explicar su funcionamiento es la base de “la explicabilidad” de los algoritmos. Por eso Paradigma se compromete a que sean transparentes para poder saber cuál es la lógica que emplean y las consecuencias que se pueden esperar. Para ello diseñan sistemas inteligentes trazables en todas sus etapas, desde la captura de datos, las interacciones con terceros y la toma de decisiones. Así se garantiza que cualquier intervención de un sistema autónomo en una decisión siempre tendrá una explicación satisfactoria y auditable.
4. Seguridad y privacidad, pilares clave en los sistemas de IA
Los sistemas inteligentes no deben corromper la privacidad de ninguna persona y deben funcionar de forma segura. Por eso, el equipo de seguridad de Paradigma se asegura de que todos los proyectos cumplan la legislación vigente, poniendo especial atención en el GDPR y en las normas locales de los países o regiones donde trabajan. Para ello establecen las medidas de seguridad más adecuadas para proteger los datos y asegurar que se implantan los medios necesarios para que las personas puedan ejercer sus derechos. Además, Paradigma es consciente de que los sistemas basados en IA no deben decidir sin que exista supervisión humana suficiente. Todo individuo tendrá derecho a no ser objeto de una decisión basada únicamente en un tratamiento de datos personales automatizado, que pueda perjudicarle, discriminarle o excluirle.
5. Orientación hacia el propósito y el impacto positivo
Paradigma apuesta por crear una inteligencia beneficiosa para el mundo y para las personas, en donde la prosperidad económica creada por la IA sea compartida por toda la humanidad mejorando así los procesos sociales. Persigue e incentiva que los sistemas de inteligencia artificial altamente autónomos estén alineados con valores y comportamientos humanos, siendo compatibles con los ideales de dignidad humana, derechos, libertades y diversidad cultural.
Actores relevantes en el uso ético de la IA
Los actores relevantes en la ética de la inteligencia artificial (IA) son múltiples y bien diferenciados por su rol dentro de este ecosistema. Su colaboración es crucial para abordar los desafíos éticos asociados con el desarrollo y el uso de la IA.
Desarrolladores de IA: Los ingenieros y científicos de datos que diseñan y construyen sistemas de IA deben jugar un papel fundamental en la incorporación de principios éticos en el desarrollo de algoritmos y modelos.
Investigadores en ética de la IA: Los expertos en ética que estudian y analizan las implicaciones éticas de la IA, así como las mejores prácticas para abordar estos problemas, son esenciales para orientar el desarrollo ético de la tecnología y evaluar el impacto social de la tecnología.
Reguladores y responsables políticos: Los gobiernos y las organizaciones reguladoras tienen la responsabilidad de establecer marcos legales y normativos que promuevan el uso ético de la IA y protejan los derechos y la privacidad de las personas. Es el caso de la UE y su recién aprobada Ley de IA Europea que entra en vigor en 2026 y marca las líneas rojas del uso ético de la IA.
Industria y empresas: Las empresas que desarrollan y utilizan sistemas de IA tienen la responsabilidad de incorporar consideraciones éticas en sus prácticas comerciales y garantizar la transparencia, la equidad y la responsabilidad en el diseño y la implementación de la tecnología.
Organizaciones de la sociedad civil: Grupos de defensa de los derechos civiles, organizaciones no gubernamentales y grupos de la sociedad civil desempeñan un papel importante al abogar por prácticas éticas en el desarrollo y el uso de la IA, así como al promover la participación pública en estos temas.
Academia: Los académicos y las instituciones de investigación contribuyen al avance del conocimiento sobre la ética de la IA a través de la investigación, la educación y la colaboración con otros actores en el campo.
Usuarios y ciudadanos: Los usuarios finales de la IA y la sociedad en general también son actores importantes, ya que su participación y preocupaciones pueden influir en el desarrollo y la implementación de la tecnología, así como en la formulación de políticas.
Límites éticos de la Ley Europea de la IA (AIA)
La Inteligencia Artificial (IA) está experimentando un nuevo hito con la implementación de la primera regulación a nivel mundial: la AIA. Este marco normativo se centra en promover la ética y proteger los derechos humanos en el desarrollo y uso de la IA. Entre sus medidas destacadas, la AIA prohíbe la IA de alto riesgo, como la manipulación social o la vigilancia masiva, y establece requisitos de transparencia y explicabilidad para los sistemas de IA considerados de riesgo no alto. Además, crea un marco para evaluar y certificar la conformidad de estos sistemas.
Sin embargo, la AIA enfrenta desafíos y críticas importantes. La falta de definiciones precisas, las excepciones a la prohibición de la IA de alto riesgo y la limitación de su aplicación a la Unión Europea son aspectos que generan preocupación. Además, las críticas apuntan a la falta de ambición, el exceso de burocracia y la ausencia de participación pública en su desarrollo.
Para superar estos desafíos, es crucial garantizar la efectiva aplicación de la ley, promover la armonización global de regulaciones, reducir la carga administrativa para las empresas y fomentar la participación pública en el debate sobre ética de la IA y la elaboración de futuras regulaciones.