¿Cuál es el soporte tecnológico de Safe Creative en general y el del registro de proceso creativo en especial y como de disruptor es en el mercado del registro de la propiedad Intelectual?
Safe Creative se basa en utilizar al mismo tiempo tecnologías veteranas y probadas al tiempo que emplea las más modernas y disruptivas de forma conjunta. De cada fichero obtenemos varias huellas digitales y sellados de tiempo redundantes e incluimos de forma indirecta todos los elementos de prueba en un fichero diario de blockchain. Esto se aplica tanto en el registro de la obra acabada como, ahora también, en cada elemento vinculado al proceso creativo que se va añadiendo según se construyen las futuras obras. Este sistema revoluciona totalmente el papel de los registros basados en la tecnología. Hasta ahora se contemplaba, emulando los registros analógicos, la obra acabada final. Nosotros vamos varios pasos más adelante y creamos una prueba que fluye desde la primera noción de crear una obra, sus diversas fases hasta la obra final. Así la tecnología sirve de forma mucho más eficaz a los creadores. Esto sólo es posible si se aplica la tecnología de forma eficiente y se custodia toda esa información en la cuenta del creador o titular de derechos.
El uso de la tecnología de blockchain ya no es tan novedosa, pero sí lo es en la aplicación a un registro de la propiedad intelectual, ¿es así? ¿Qué valor aporta el sellado de tiempo y la aplicación de la tecnología de Blockchain a la comunidad internacional de artistas y creadores de contenido?, ¿es una tecnología que haga defendible la autoría sobre una obra en cualquier lugar del mundo?
Lo cierto es que la tecnología de blockchain se lleva aplicando ya un tiempo en registros tecnológicos, aunque la mayor parte de los que empezaron a usarlo o lo hicieron mal, de forma precipitada o han desaparecido ya. Nosotros llevamos estudiando la tecnología y su posible aplicación desde hace ya muchos años, antes de que se aplicara de forma práctica por otros, pero hemos preferido ser prudentes y buscar una implementación que no comprometa, por ejemplo, los datos de carácter privado de nuestros usuarios. Así que nuestra implementación se lanzó en 2019 una vez que gran parte de la “tecnología de moda” se había moderado. En general la principal ventaja es que mediante esta aplicación de blockchain, cualquier experto informático podrá verificar en el futuro, sin necesidad de recurrir a Safe Creative, la validez de los registros y declaraciones hechas en el pasado. Eso será así mientras la red de blockchain de Ethereum exista y, por supuesto, se podrá hacer en cualquier lugar con un sistema judicial basado en el estado de derecho y se haya firmado el Convenio de Berna, la mayor parte del mundo.
Lleváis respaldando a artistas desde 2007, ¿la madurez tecnológica de los mercados en los que estáis incide en el grado de aceptación de la validez del registro?
Sin duda. La tecnología de pruebas digitales que empleamos ha sido aceptada, copiada e imitada por cada vez más instituciones, tanto nacionales como internacionales, y hablamos de instituciones oficiales y privadas de todo tipo. Lógicamente no son implementaciones completas como la nuestra, y son bastante básicas en algunos casos, pero en cualquier caso se refrenda que lo que en su día nosotros propusimos es, tal y como afirmamos, el camino correcto: usemos la tecnología para afrontar los desafíos que la tecnología nos trae. Cada vez existe más formación de peritos informáticos forenses, abogados y jueces en este tipo de pruebas. Pero, además, y esto es muy importante, las principales plataformas tecnológicas, donde hoy en día se dirimen la mayor parte de los conflictos en materia de derechos de autor, como Facebook, Amazon, Twitter o YouTube, entienden bien el tipo de tecnología que aplicamos a nuestras pruebas, evitando así que muchos autores tengan que llegar a judicializar sus reclamaciones.
¿Vuestra tecnología es propietaria?, ¿contáis con desarrollos propios? ¿Cuál ha sido el papel que ha ocupado la tecnología en el éxito de Safe Creative?
Todo lo hemos programado en la casa para ser lo más independientes posible. Hay algunos servicios accesorios en los que empleamos adaptaciones de programas de código libre, pero en general, todo lo hemos hecho nosotros. La clave ha sido automatizar de forma profunda y drástica toda la operativa de registro de forma que la eficiencia sea la clave y todo se pueda mantener con un equipo muy reducido de profesionales expertos. Además, estamos continuamente innovando para que el uso de la plataforma sea más sencillo, los propios usuarios puedan automatizar registros, y tengan, además otros servicios para la generación de evidencias digitales complementarias como www.safestamper.com que emplea la misma tecnología.
¿Qué diferencia el registro del proceso creativo de Safe Creative de otras herramientas similares?
Muy en general, porque cada día nace un nuevo servicio que a los dos o tres meses desaparece, y es difícil seguir a todos, los registros se basan en obtener las huellas digitales de los ficheros con las obras finales que el autor está obligado a guardar localmente por si necesita probar su autoría en el futuro. Nosotros custodiamos los ficheros por si el autor los pierde o modifica en el futuro (las huellas no coincidirían) de forma que podemos probar no sólo la totalidad de la obra, sino partes de ella, y con el proceso creativo, custodiamos, también, todos y cada uno de los elementos que el autor crea conveniente ir guardar para documentar y reforzar la prueba final. Esto, lógicamente, requiere unos procesos serios, maduros y fiables que otras plataformas simplemente no quieren o pueden mantener.
También nos centramos en la generación de la prueba tecnológica, siendo independientes de lo que luego el autor quiera hacer con la obra al comercializar o solicitar remuneraciones. La independencia de Safe Creative es fundamental para que no exista conflicto de intereses, y dentro de Safe Creative la independencia de la tecnología de sellado cualificado por la UE y blockchain, son dos de los principales avales con los que contamos.