El CIO llega al corazón del negocio

A raíz de la pandemia de la Covid-19, los procesos de digitalización de las organizaciones se han acelerado notablemente, por lo que el papel del CIO ha adquirido cada vez mayor relevancia en el plan estratégico de las empresas. La falta de flexibilidad por parte de algunos proveedores de TI durante los meses más duros de la pandemia, la evolución del CIO hasta llegar al comité de dirección o la falta de talento TIC, son algunos de los temas que tocan los expertos.

Los meses de confinamiento han supuesto una reducción, cuando no un parón, de la actividad para muchos negocios. En este contexto, los CIO han echado en falta “un poco más de flexibilidad por parte de los proveedores de TI” a la hora de cumplir las condiciones de los contratos, ya sean gigantes tecnológicos o empresas más pequeñas, con un modelo de pago por uso o un modelo de licenciamiento tradicional. La reversibilidad de los proyectos tecnológicos en el complejo ecosistema actual -con la externalización de servicios, la intervención de diferentes actores y la diversificación de los negocios-, es cada vez más complicada.

Sin ir más lejos, la compañía inmobiliaria Merlín Properties abrió una nueva unidad de negocio el año pasado, la de la construcción da data centers. “Vamos a construir cuatro data centers en la Península Ibérica: Madrid, Barcelona, Bilbao y Lisboa, con el fin de hacer de España un hub tecnológico para el sur de Europa”, cuenta Alberto Ontañón, CIO de Merlín Properties. La compañía de gestión de activos inmobiliarios es nueva en el mundo de los centros de datos, pero es consciente de que son activos que se gestionan como un espacio más. “La nube en realidad está en el suelo, y las compañías especializadas en centros de datos son como empresas inmobiliarias que en vez de invertir en pisos invierten en naves logísticas que luego alquilan a proveedores cloud”. Ontañón defiende que, al contrario de lo que se pueda pensar, “en el ámbito inmobiliario se innova cada vez más, y tecnologías como Internet de las Cosas (IoT) están irrumpiendo en el negocio para hacer una gestión más eficiente y sostenible de las instalaciones; como la gestión de los sistemas de control de accesos, la iluminación, la climatización, la gestión de parkings, la calidad del aire, etcétera”.

Es posible que los fondos europeos generen una sobrecarga de proyectos y no exista personal suficiente para desarrollarlos

La sostenibilidad es una cuestión que afecta de lleno a Iberdrola, la cual ha puesto en marcha un plan de inversión en energías limpias. “Aunque ya éramos la compañía energética número uno en renovables, para 2025 vamos a invertir 75.000 millones de euros en multiplicar por tres nuestra capacidad de producir este tipo de energías”, asegura Fernando Lucero, CIO de la compañía. “También hemos entrado en un proceso de internacionalización comprando activos en Japón, Australia, Suecia y Rumanía, entre otros países”. Estos proyectos suponen una transformación “enorme” que nos lleva a repensar todos los procesos, “pasando de los sistemas tradicionales a entornos más flexibles y escalables que impulsen el valor de la eficiencia, como es el caso de la cloud, la gestión de activos con sensorización y tecnología IoT o el desarrollo de contadores inteligentes”.

Lucero califica la etapa actual como “muy divertida a nivel comercial”, y dice estar viviendo un momento “parecido al que vivieron las compañías de telecomunicaciones hace años, con un entorno cada vez más abierto, nuevos players y mucha concienciación con los criterios ESG (Environmental, Social and Governance)”. La sensibilización llega al punto de que la compañía tiene en cuenta los programas de sostenibilidad de los partners a la hora de adjudicar sus proyectos. “Antes de la pandemia no existía tanta sensibilidad con la sostenibilidad, pero ahora se crean cada vez más iniciativas, también porque la sociedad lo demanda”.

La Administración de la eficiencia

La competitividad en la Administración Pública se mueve en términos de eficiencia, para la que van destinados todos los procesos de transformación. “Nosotros diseñamos servicios para las personas y las empresas, por lo que la simplificación de los procesos y, por tanto, de la información y la normativa, es esencial”, afirma Fernando de Pablo, director general de la Oficina Digital del Ayuntamiento de Madrid desde hace cerca de un año. “La concienciación y la implicación con TI de la Administración en los últimos años ha aumentado considerablemente, sobre todo, desde que la administración electrónica ha mejorado la relación con el ciudadano, que es mucho más directa en el caso de un ayuntamiento”.

No obstante, ofrecer servicios fáciles e intuitivos, tanto para el funcionario como para el ciudadano, precisa de talento. “Los profesionales y especialistas en nuevas tecnologías es el recurso más escaso que acusamos, por no hablar de las competencias digitales de la población y su acceso a Internet, otra brecha que en muchas ocasiones tenemos que salvar”. Por eso, el consistorio madrileño ha diseñado un Plan de Capacitación Digital para sus cerca de 27.000 empleados. Además, “queremos dotar a Madrid con las infraestructuras necesarias -logísticas, de 5G, centros de datos…-, para ser una ciudad digital y sostenible”.

Para los organismos públicos, la pandemia de la covid sí ha supuesto un revulsivo sin precedentes. Era digitalizarse o colapsar. Pero, aunque esta evolución son lentejas, la transformación cultural y de los sistemas legacy sigue preocupando a expertos de TI como Carlos Escudero, gerente de Informática de la Seguridad Social. En la gerencia comenzaron a implantar un plan estratégico de transformación digital en 2018 poniendo en el centro al ciudadano “para ofrecerle aplicaciones sencillas y usables”. Para ello, el Gobierno ha creado la Oficina de Transformación Digital y la del Dato, nombrando al primer chief data officer, en el marco del Plan de Recuperación. En este sentido, Escudero defiende que los “fondos actúan de catalizador de muchos proyectos, pero en ocasiones se convierten en un problema de gestión porque someten a la Administración a continuas auditorías”.

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