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Que la pandemia ha sido un revulsivo para la digitalización, sobre todo de la Administración pública, no es una sorpresa para nadie. “De repente los CIO fueron considerados esenciales, todos los departamentos querían digitalizarse”, cuenta Guzmán Garmendia, quien lleva dos años como director general de Telecomunicaciones y Digitalización del Gobierno de Navarra. Aunque ahora se exige, además, un componente de innovación en los proyectos digitales. “Tenemos tres planes de transformación: uno de conectividad, otro de capacitación e inclusión digital y otro de estrategia digital, que incluye todos los proyectos de todos los departamentos de la organización, unos 130. También tenemos unos 4 o 5 macroproyectos”. La preocupación por la sostenibilidad también ha impulsado la digitalización. “Colocar sensores en los bosques para controlar los incendios conlleva la implementación de tecnología IoT”.
Xabier Arrieta, director de Informática y Telecomunicaciones del Gobierno Vasco, también identifica el tiempo de pandemia como un reto para su gestión. “De la noche a la mañana nos convertimos en el centro de todo: la gestión de los contagios, las vacunas, etcétera. Contamos con gran cantidad de aplicativos que tienen que dar servicio 24/7, por lo que un error se puede pagar caro”. Hace un año tuvieron problemas con la herramienta de business intelligence para contabilizar los ingresos hospitalarios. “Por un lado, no tenemos capacidad para actualizar las versiones de los sistemas a la velocidad que la tecnología avanza y, por el otro, se necesita contar con la presencia de un consejero de TI de los hospitales de Osakidetza (Sanidad vasca) en el Gobierno Vasco para tratar cualquier tipo de incidencias”.
La Administración necesita un consejero que tenga una visión transversal de lo que es la digitalización
La directora de Transformación Digital y Emprendimiento del Gobierno de Euskadi, Leyre Madariaga, apunta a la “falta de transversalidad” como otro de los obstáculos de una digitalización fluida y resiliente. “Las decisiones de TI repercuten en todas las áreas, que necesitan trabajar conjuntamente de forma ágil en muchas ocasiones, y la Administración realiza una gestión muy jerarquizada y estanca. Se trata más de una cuestión organizacional que tecnológica. Por este motivo, la AAPP necesita la figura de un consejero que tenga una visión transversal de lo que es la digitalización”. Así se aceleraría cualquier proceso de transformación ya que, “aunque la Administración ha puesto el turbo para digitalizarse, la ciudadanía es más exigente que hace un par de años, y sigue existiendo un gap entre ambos”.
¿Qué le falta a la AAPP?
“Agilidad” es lo primero que se oye al formular la pregunta, “tanto por falta de herramientas como de personal y capacitación interna”, afirman Ana Belén Eguskiza y Laura Sanzberro, responsable del Área de Ayudas y técnica en el Área de Ayudas – Proyecto Tramitación Electrónica de la Fundación HAZI, respectivamente. Quienes también acusan un “ritmo demasiado lento de la actualización de las tecnologías”. Curiosamente, la palabra inversión no sonó de las primeras, a pesar de que “no hay ninguna Administración a la que le hayan aumentado los presupuestos de manera sustancial, por lo menos en el business as usual; aunque igual con los fondos NextGenerationEU se incrementan”, dice Alex Etxeberria, director general del EJIE. “De hecho, que en tres años el presupuesto del EJIE se haya triplicado no significa que el Gobierno haya invertido más, sino que se ha centralizado en el EJIE el gasto que antes estaba más repartido”.
