El panorama bancario mundial está en constante cambio. Los bajos tipo de interés que implican bajos márgenes de intermediación, los sistemas heredados, los clientes cada vez más exigentes con mejor y mayor información, los nuevos competidores como los neobancos y los continuos cambios en la regulación están poniendo a las entidades bajo presión y redefiniendo su papel. Sólo aquellos bancos que utilicen las nuevas tecnologías de forma inteligente podrán conseguir ventajas competitivas decisivas.
En la era digital, las entidades deberían convertirse en compañías tecnológicas operando dentro de las limitaciones de una licencia bancaria. Sin embargo, aunque la mayoría ha invertido mucho en tecnología durante décadas, gran parte del presupuesto se ha utilizado en mantener los sistemas heredados, que no están diseñados para las necesidades de la banca abierta. De hecho, los bancos tradicionales gastan alrededor del 80% de sus presupuestos de TI en el mantenimiento de sistemas críticos.
Al mismo tiempo, cada vez más clientes son nativos digitales y quieren una experiencia bancaria verdaderamente omnicanal. Esperan más servicios en tiempo real que les asesoren y acompañen en su estilo de vida móvil las 24 horas con procesos sencillos y usables. Algunos ejemplos, como Mox Bank de Hong Kong, creado con la colaboración de GFT sobre la arquitectura de core banking de Thought Machine, están atendiendo este segmento de mercado. En Mox Bank los clientes pueden abrir una nueva cuenta en tres minutos, reciben asesoramiento financiero y tienen acceso a nuevos productos totalmente adaptados a sus necesidades, como tarjetas que se transforman de débito a crédito con un click en la aplicación móvil, créditos instantáneos, etc.
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Presión por mejorar la experiencia de usuario
La pandemia ha cambiado los hábitos bancarios, impulsando el crecimiento de la banca digital. En España, la adopción digital es muy alta comparada con otros países. La aceptación de la banca online y móvil, así como el pago sin efectivo y sin contacto, ha progresado considerablemente. Independientemente de la COVID-19, los bancos tradicionales ya estaban sintiendo una gran presión para actualizar su experiencia de usuario. Sin embargo, los neobancos han subido el listón mientras los sistemas heredados hacen difícil contrarrestar este desafío.
Por otro lado, los organismos reguladores internacionales también están impulsando el cambio. Una reciente oleada de normativas -empezando por la PSD2 en Europa- dicta que la banca debe ser más abierta, innovadora y competitiva. Así, los consumidores pueden compartir sus datos con terceros autorizados. Esto cambia las condiciones: las entidades pueden ser competidores en algunas áreas y socios en otras. Además, muchos bancos centrales han concedido nuevas licencias bancarias para impulsar la innovación, estimular la competencia y promover la inclusión financiera. Algunas de ellas son exclusivamente digitales.
La redefinición del cloud con ahorros de hasta el 70%
Toda ello supone un gran reto para muchos bancos tradicionales. Con los tipos de interés en mínimos históricos y la proliferación de los neobancos, los márgenes están sometidos a una gran presión.
Asimismo, los bancos digitales, construidos sobre una nueva generación de tecnología de core bancario cloud nativo, han redefinido la economía de la banca. Sin el lastre de la tecnología heredada y operando en la nube, los recién llegados ofrecen un enfoque que prioriza la flexibilidad y escalabilidad de sus negocios a un coste más bajo. Sus sistemas son rápidos y fáciles de implementar y personalizar, por lo que reducen el tiempo de comercialización de nuevas prestaciones o, incluso, de bancos enteros.
El uso de la tecnología más avanzada es mucho más rentable que la heredada. Así lo corrobora un un estudio de Thought Machine realizado en colaboración con Bain & Company que asegura que el potencial de ahorro en el coste operativo total de una oferta de servicios digital puede ascender entre un 60% y 70% respecto a un sistema bancario central heredado, lo que lo convierte en una propuesta muy atractiva.
En este contexto de cambio radical, muchas entidades tradiciones se enfrentan a una elección sencilla: digitalizarse o ver cómo se reduce su negocio. ¿Cuáles son las posibilidades? A grandes rasgos, tienen tres opciones:
- Construir un nuevo core digital que implica “eliminar y reemplazar” el existente. Es arriesgado, caro y desalentador para los que cuentan con infraestructuras complejas.
- Construir desde cero nuevos bancos es lo han hecho muchas entidades para migrar todo el negocio. Ofrece un nuevo comienzo, con nuevos equipos y tecnología, pero la falta de conocimiento y experiencia puede frustrar el progreso.
- Modernización progresiva es la opción que permite a los bancos aprovechar la flexibilidad de las tecnologías más avanzadas, incluido el cloud, para con un enfoque progresivo tener más posibilidades de éxito. Mitigando el riesgo, se acelera el progreso y se alinean los costes con los beneficios del negocio. Esta opción está ganando adeptos en la banca tradicional.
Un viaje guiado a la nube
Cada banco es único, pero todas las entidades se enfrentan a retos similares. Para seguir siendo relevantes para una nueva generación de clientes, tienen que ser tan ágiles, receptivos y centrados en ellos como sus nuevos competidores digitales. Para competir en términos de rentabilidad, tienen que reducir sus costes de TI. La respuesta es sustituir los costosos e inflexibles mainframes por una plataforma core de nueva generación como la de Thought Machine. Con el enfoque adecuado, esta transformación puede alinearse con beneficios de negocio específicos.
Un proceso de transformación progresivo puede comenzar casi en cualquier lugar y, normalmente, tiene sentido con un reto de negocio, como por ejemplo para participar en la banca abierta. La tecnología avanzada puede ofrecer una solución combinada que permita a un banco seguir procesando en su tecnología básica mientras los nuevos desarrollos se construyen en tecnología avanzada cloud.
Las propuestas más avanzadas de arquitecturas core banking como la que ofrece Thought Machine están moviendo cargas de procesos a la nube y, también, están transformando las operaciones de sus clientes bancarios al cloud nativo, diseñándolas específicamente para estos nuevos entornos. Esto les permite una flexibilidad total en el diseño de productos, la capacidad de implementar nuevos servicios o cambiarlos de forma rápida y sencilla y tener un nivel máximo de resiliencia. En definitiva, ofrece una enorme oportunidad de crecimiento rápido de sus nuevos modelos de negocio.
Estas arquitecturas ofrecen nuevos productos, combinando características de activo y de pasivo en una única plataforma. Históricamente se habían pensado de forma separada: Quiero contratar un depósito, necesito un crédito, etc., pero ahora los clientes quieren moverse de una forma fluida entre distintos productos. Estas nuevas arquitecturas de core banking como las de Thought Machine lo permiten gracias al diseño de Vault, un motor universal de producto que permite que éstos se creen y lancen fácilmente. Además, el propio diseño de la solución asegura la alta disponibilidad y resiliencia, así como su escalabilidad horizontal, para permitir trabajar con cientos de productos para millones de clientes y en tiempo real, mejorando la experiencia del usuario final.
En definitiva, las posibilidades que ofrece el cloud a las entidades financieras tradiciones son inmensas. Se trata de un proceso complejo. Sin embargo, gracias a la transformación progresiva y a las herramientas que ponen a su disposición los mejores especialistas, ofrece un gran abanico de ventajas para que los bancos encuentren su camino hacia el futuro digital.