La innovación es el siguiente paso tras la transformación digital, entendida como ese proceso permanente que, entre otros beneficios, hace posible que la empresa se adapte ágilmente a cualquier circunstancia del mercado. Los últimos años han dejado muy claro que la adaptación al cambio, tanto si es esperado como si no, tiene que formar parte del decálogo empresarial para la sostenibilidad.
La mayoría de las empresas establecen unos objetivos muy ambiciosos, esto es lo normal, pero ha de tenerse en cuenta que la única forma de alcanzarlos es plantear fases que nos acerquen progresivamente al objetivo final. Y, en cada paso que finaliza, hay que saber innovar para cumplir con éxito el paso que comienza. Innovación significa reflexión, análisis, asignación de recursos de forma inteligente y una gran capacidad de adaptación.
En los últimos años hemos asistido a una evolución del CIO que lo ha situado como el estratega de negocio clave. Cada vez son menos las iniciativas empresariales que no contemplan la tecnología como un factor esencial. El CIO es quien está impulsando la transformación digital y, ahora, deberá saber cómo impulsar la innovación en cada etapa de la organización.
Innovar aumenta el valor empresarial
Hasta hace pocos años la inversión en tecnología se consideraba un gasto, literalmente. Hoy, la mayoría de las grandes organizaciones la consideran una inversión esencial y parte integral del valor que ofrecen al mercado.
La visión de las TIC está madurando, pero todavía conviven diferentes niveles de madurez en el mercado. La analista de mercado Forrester organiza esos niveles en tres estadios: TI tradicional, donde el CIO y el departamento de TI se centran en cubrir las necesidades, generalmente coyunturales, de la empresa; la TI moderna, que ya contempla las tecnologías como un actor asociado; y, en el estadio más avanzado, Future Fit IT, es decir, las TIC adaptadas al futuro, que comparten la responsabilidad de la dinámica de la organización, participando en las decisiones y responsabilizándose de sus resultados.
Innovación significa reflexión, análisis, asignación de recursos de forma inteligente y una gran capacidad de adaptación
Según este análisis de Forrester, los departamentos TIC que se adaptan al futuro crecen un 3,5% más rápido respecto a la media de su sector. Pero esta tendencia todavía está en sus inicios y, de hecho, la mayoría de las organizaciones todavía ven al CIO y al departamento TIC (58%) desde un punto de vista tradicional. Solo el 3% de las empresas encuestadas por la analista se consideran preparadas para el futuro y, en ellas, el CIO es uno de los principales generadores de valor para la organización. Esta es la evolución que impulsa a una empresa por su valor, por su capacidad para innovar. Pero no es lo único que el CIO debe abordar en este momento.
Innovar no es el único foco del que se ocupa el CIO. De hecho, debe continuar atendiendo al resto de las variables del negocio, como lidiar con la inflación a la hora de realizar las compras de TI, la retención del talento, la resolución de las brechas de seguridad, mantener y aumentar la satisfacción del cliente y enriquecer su experiencia o avanzar con la automatización de la organización, entre otros frentes abiertos.
Su evolución hasta el resultado final todavía está por ver, pero, por la trayectoria que ya conocemos sobre las responsabilidades e iniciativas de este rol en la empresa, está claro que la forma tradicional de hacer negocios y gestionar una empresa ya no es viable. Dependerá del CIO adecuado que la empresa evolucione positivamente en su sostenibilidad y capacidad de innovación.