Comienza 2023 con una corriente transformadora que prolifera en las organizaciones de cualquier tamaño y sector de actividad. Los oídos se nos llenan de mensajes ligados a algo ya tan de moda como el metaverso, a lo cuántico o a algo en evolución llamado IA adaptativa. Son grandes promesas que liderarán los próximos desarrollos empresariales y que irán acaparando a mayor ritmo los titulares a partir de este año. Sin embargo, por mucho que nos empeñemos en acoger tan revolucionarias tecnologías, la realidad nos debe hacer ser cautos y madurar con tiempo el momento adecuado para su implantación. Es algo que ya se ha visto con anterioridad, como en torno a la nube, teniendo en cuenta que el término cloud computing fue acuñado a finales de la década de los 90 del siglo pasado.
La inteligencia artificial debe evolucionar, por ejemplo, con métodos que permitan aplicar principios éticos a los modelos de IA y también considerando el creciente papel de la robótica en el tejido empresarial. En cuanto al metaverso, es un mundo virtual en pañales donde queda todo por hacer.
Las tendencias que veremos en este 2023 tendrán más que ver con dos clásicos: la consolidación del dato como eje estratégico junto con la ciberseguridad. Los saltos en ambos campos serán evidentes. Sin ir más lejos, en el segundo de ellos, ya se habla del ‘Sistema inmunológico digital’ para describir una estructura de ciberseguridad que debe funcionar como un sistema inmunitario biológico, detectando y eliminando el virus casi en el mismo instante en que se introduce en el sistema. Mientras que, en el terreno de la analítica, ya no hay organización que se precie que no encumbre a la figura del CDO o tenga una línea estratégica centrada en el dato; como eje de la transformación digital, el paso para algunos es evidente: pasar del ‘cloud first’ al ‘data first’.
2023 será un año de expectativas lideradas por unas corrientes tecnológicas que, de nuevo, servirán como estímulo para acelerar la metamorfosis que va empapando a las organizaciones. Eso sí, habrá que rodearse de unas tecnologías que puedan contribuir al cumplimiento de muchas de las metas establecidas dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, será la mejor forma de maximizar su impacto.
