IBM se presenta históricamente como la multinacional tecnológica por antonomasia, pero bajo ese estatus de proveedor de TI la compañía que lidera Sam Palmisano también es un usuario más; de hecho, la tecnología que emplea se hace crítica para el desarrollo de su negocio. Al frente de la organización mundial de TI se encuentra Brian J. Truskowski, como vicepresidente y CIO de IBM, que asume un papel muy diferente al que históricamente se atribuye al director de Sistemas tradicional y se convierte en uno de los principales baluartes de la filosofía con que pretende IBM empapar a todos sus clientes. Ese paradigma viene dado por la innovación y la capacidad que proporciona ésta para transformar los procesos de negocio, incrementando la eficiencia y la productividad.
Truskowski hace un repaso mental de los últimos años y apunta que “para entender la situación del CIO es preciso mirar antes la del CEO, que desde hace ya algún tiempo está hablando de la innovación como una de las claves para alcanzar el éxito”. Pero, ¿por qué es tan importante la innovación? El directivo lo tiene claro: “el reto para muchas compañías es ir incrementando su facturación, pero al mismo tiempo reducir los costes y eso no se consigue si uno se limita a hacer lo mismo que hizo en el pasado”.
Por este motivo, Truskowski indica que “mi misión no es la tecnología per se, sino más bien cómo utilizamos esta tecnología para mejorar tanto a IBM como a nuestros propios clientes”. En el horizonte de la organización que lidera el experto destacan sus esfuerzos por, entre otros, lograr que la fuerza comercial sea más productiva o que el trabajo de sus desarrolladores se simplifique, teniendo siempre una perspectiva muy diferente de lo que es la tecnología y los procesos.
Sin embargo, no siempre resulta sencillo innovar, más aún en un contexto en el que el crecimiento de los presupuestos destinados a TI se ha ralentizado dramáticamente en los últimos tres años. Tanto es así, que la consultora independiente McKinsey prevé que en 2006 este incremento se situará en torno a un paupérrimo tres por ciento.
El CIO de IBM resuelve esta ecuación apoyándose en que “parte de la innovación va dirigida a ganar en eficiencia en nuestros procesos operacionales diarios, somos capaces de ser más eficientes y aprovechar esos ahorros conseguidos revirtiéndolos en transformaciones que posibilitan de nuevo la innovación”. Se trata, en esencia, de un proceso circular que se retroalimenta. Desde su perspectiva, es de una cuestión de métricas, de redefinir el modo en que se gastan los presupuestos anuales.
Ésta es una de las razones por las que el departamento de I+D y el de TI guardan una muy estrecha relación; el propio Truskowski sirve de perfecto puente de unión entre ambas organizaciones porque, como él mismo precisa, “si realmente queremos mejorar el desarrollo y compartir nuestra experiencia es necesario innovar e impulsar la colaboración entre los empleados para ser más productivos”.
Precisamente este aspecto, el de la colaboración entre los empleados, es uno de los puntos a los que más atención presta el CIO, hasta el punto de que su intranet, auténtico caldo de cultivo para el intercambio de experiencias, está considerada entre los diez mejores web sites.
Paralelamente, el directivo bromea cuando asegura que “una de las primeras cosas que vi cuando fui nombrado CIO en una compañía donde los productos principales son las TI, es que tienes más de 300.000 empleados expertos en TI repartidos por todo el mundo. Y eso puede llegar a facilitar mucho el trabajo del CIO”.
Un buen ejemplo de ello es el Plan de Adopción Tecnológica, puesto en marcha en la multinacional que dinamiza el espíritu innovador de los empleados. A través de este programa, Truskowski indica que “proporcionamos al empleado la tecnología necesaria para que desarrolle su idea y la pruebe en esa infraestructura, de modo que tenemos alrededor de 45.000 early adopters que prueban las capacidades de nuevas tecnologías”. Lo más sorprendente y, a la vez satisfactorio del programa, es que en muchos casos esas ideas llegan a ser desarrollos comerciales. De hecho, el CIO afirma que “algunas de las novedades que traerán próximas versiones de Lotus provienen de ese programa de adopción tecnológica”.
Si se realiza un repaso sobre los últimos grandes proyectos emprendidos por el equipo de Truskowski sobresale la operación de venta de la división de PCs a la multinacional china Lenovo. Bajo una operación de naturaleza aparentemente comercial subyace una extraordinaria labor de la organización de TI. El propio director de Sistemas apunta que
</em>El experto asegura que el proceso requirió mucho tiempo y energía, si bien es cierto que concluyó con éxito y, además, respetando el imperativo de que en ningún momento se produjeran disrupciones en los respectivos negocios de IBM o Lenovo.
A la hora de acometer un proyecto de esta envergadura la seguridad es uno de los puntos más críticos; en palabras del responsable de IBM, éstos se concretaban en <em>“los requerimientos de seguridad para los accesos de los empleados porque, obviamente, Lenovo es una compañía independiente de IBM, pero en cuyas filas trabajan ahora los que fueron nuestros empleados, así que había que asegurar su acceso a los sistemas necesarios para de-sarrollar su negocio y a nada más”.
</em>En realidad, se trata de realizar el proceso inverso que se produce cuando IBM adquiere una nueva compañía, a la que es preciso integrar en la infraestructura del Gigante Azul. Algo, por otro lado, <em>“en lo que creo que somos muy buenos por toda la experiencia que tenemos”</em>, puntualiza Truskowski. Este tipo de integraciones tratan de realizarse lo más rápidamente posible, máxime cuando la empresa adquirida apoya su negocio en infraestructura de competidores como HP. <em>“En IBM hay una organización global de servicios que, según la estrategia marcada, es capaz de soportar equipos de terceros sin ningún problema”, añade el CIO, “si bien es cierto que acometemos la migración final de ese entorno al nuestro en cuanto no afecta al desarrollo de negocio”.<br /></em><br />