El vicerrector de Tecnologías de la Información e Innovación Docente de la Universidad de Cádiz (UCA), Eduardo Blanco, ha presentado a la comunidad investigadora el nuevo equipo de cálculo intensivo de la UCA, cuyo uso público se abrió a los investigadores el pasado 5 diciembre tras finalizar un curso que ha llevado a la formación de 30 personas en formas de acceso, herramientas disponibles y técnicas de paralelización. El equipo, denominado CAI (Cluster de Apoyo a la Investigación), entra en explotación justamente cuando se cumple un año desde que la Universidad de Cádiz adjudicará a HP Española el correspondiente concurso; una convocatoria a la que concurrieron del orden de 12 empresas, incluyendo fabricantes como IBM, SGI, Sun y Dell, así como grandes integradores como Telefónica de España o Iecisa, entre otros. Finalmente, HP resultó adjudicataria por un montante de 450.000 euros, una inversión que se ha gestionado como proyecto FEDER conjuntamente por el vicerrectorado de Investigación y el de Tecnologías de la Información e Innovación Docente. “Las máquinas, que se ensamblan en Grenoble (Francia) llegaron en febrero y, después de su instalación y configuración, se han venido realizado distintas pruebas y es ahora el cuando el equipo entra en plena operatividad”, explica el responsable de Sistemas de la Universidad de Cádiz, Abelardo Belaustegui.
Las labores de instalación y configuración del hardware, así como los servicios de formación han sido provistos por la empresa malagueña Tedial. El técnico comenta que entre los aspectos que primaron en el concurso, se encontraban “el precio, la capacidad de computación bruta en Teraflops, la velocidad de la red de cálculo y la experiencia de la compañía en estos menesteres”.
El CAI se basa en una arquitectura cluster y está compuesto por cinco chasis clase-C (c7000 de) de HP, cada uno de los cuales alberga 16 nodos BL460c, es decir, 80 nodos biprocesador Intel Xeon 5160 a 3 Ghz, sumando un total de 320 núcleos de computación. Cada nodo dispone de 8 Gb de memoria RAM, de forma que el conjunto del cluster suma una memoria principal de 640 Gb, que le permite alcanzar un pico de 3,8 TFlps, es decir, 3,8 miles de millones de operaciones en coma flotante por segundo. Los chasis soportan los 16 nodos con sólo tres fuentes de alimentación, aunque por redundancia se dispone de seis unidades. Además, la refrigeración del equipo está garantizada por 10 ventiladores Parsec. El almacenamiento local se realiza en una unidad de disco SAS (Serial SCSI) de 72 Gb de cpapacidad y 10 krpm, en tanto que el almacenamiento global se implementa en una SAN MSA1000, con una capacidad de almacenamiento para datos temporales (scratch) de 2,4 Tb brutos. En cuanto a la interconexión se distinguen tres redes basadas en switches ProCurve de HP. La red de cálculo, innaccesible desde el exterior, es Gigabit Ethernet y permite el intercambio de información entre los nodos. Las redes de consolas y gestión interna permiten, por su parte, el manejo de los nodos, la clonación y configuración de los mismos. Como es habitual en este tipo de diseños, la Universidad de Cádiz ha apostado por Linux como software para el CAI, concretamente Suse Linux, que se consideró como la opción más potente y flexible. Con el nuevo equipo, “el personal investigador contará con una herramienta clave para la aceleración de los cálculos, ampliando la cota de cómputo disponible hasta ahora y mejorando la cantidad y capacidad productiva”, indica Belaustegui. Y es que hasta el momento la Universidad de Cádiz no disponía de un equipo específico para el desarrollo de estas tareas de cálculo intensivo. No obstante “hace años el personal investigador podía enviar trabajos al equipo Cray de la Universidad de Sevilla (CICA) y además en los 90 se utilizaron algunos equipos Alpha con este objetivo”, señala Belaustegui. El técnico explica que actualmente existen tres grupos de investigación que se verán especialmente beneficiados: “el grupo impulsor, que trabajan con nanoestructuras tiene ahora la posibilidad emular los resultados de sofisticados microscopios, de hecho, había cálculos que con 8 workstation tardaban meses en dar resultados y ahora se consiguen en minutos; asimismo, hay un grupo de investigadores en química que aplicarán el sistema al estudio molecular para la investigación de nuevos materiales y un matemáticos que desarrollan todo tipo de cálculos”.
Por otro lado, Belaustegui comenta que “esperamos poder ampliar el acceso a los estudiantes utilizando varios esquemas como el doctorado, becas, visitas a instalaciones e incluso acuerdos con profesores de asignaturas relacionadas o interesadas en su uso”. Con esta iniciativa, la Universidad de Cádiz gana posiciones en el ranking a tenor de su disponibilidad de equipamiento para el desarrollo de cálculos intensivo y, de hecho, ya se contempla su inclusión en futuro próximo en la recientemente constituida Red Andaluza de Supercomputación.