El impacto TI del Plan General Contable

Este año, todas las empresas han tenido que cambiar la manera de presentar sus números, una situación que afecta también a los sistemas de gestión empresarial.

Publicado el 22 Ene 2008

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Ya está en marcha el Plan General Contable, del que no se escapa ninguna empresa. Las organizaciones han tenido que adaptarse a la nueva normativa NIC (Normas Internacionales de Contabilidad) para sujetarse al nuevo reglamento europeo que fija un nuevo reajuste de los datos contables y financieros de las empresas, y a las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF). En el caso español, el Gobierno decidió ajustar también dicha normativa al Plan General Contable, lo que significa que las pymes también han tenido que cambiar la forma de presentar sus números. En opinión de Manuel González, gerente senior de Accenture especializado en Finance and Performance Management, desde un punto de vista conceptual, la adaptación para las grandes empresas no ha supuesto grandes problemas, dada la convergencia de la reforma con las NIC que ya se venían aplicando para la obtención de los estados consolidados. Pero el problema surge con las pymes, cuya reforma sí es novedosa, por no haberse visto obligados a operar bajo NIC. “A pesar de existir una versión más simple de Plan Contable para ellas, la reforma implica cambios relevantes y de calado a nivel de práctica y teneduría contable, cuya asimilación está en proceso”, confirma. Como es lógico, todos estos cambios también suponen un impacto tecnológico, puesto que los sistemas informáticos que contienen un software de contabilidad han tenido que actualizarse, con un consecuente gasto derivado no sólo de su renovación, sino también de la necesidad de precisar un servicio de mantenimiento que permita la adaptación a futuros cambios legislativos y cursos de formación especializada. No obstante, “si analizamos el problema desde una perspectiva de sistemas, su alineamiento con el nuevo plan se puede abordar con relativa facilidad, salvo si se aprovecha la oportunidad para acometer iniciativas de mayor envergadura, que permitan simplificar y agilizar el proceso de cierre y obtención de estados financieros”, opina González.
El principal cambio se centra en los sistemas transaccionales de naturaleza contable. Fundamentalmente, se ha tenido que incorporar la codificación del nuevo plan, y además, aunque no es de obligatorio cumplimiento, pero sí sería lo recomendable “alinear en determinados casos las reglas de contabilización automática a los nuevos criterios de valoración y adaptar la estructura de los estados financieros, dando respuesta a las nuevas necesidades que origina el Estado de Cambios en el Patrimonio Neto y Estado de Flujos de Efectivo”, aclara el analista. Junto a esto, sería necesario “abordar un proceso de conversión del balance de cierre para aperturar conforme al nuevo marco y ser capaces de tener una base comparativa”, especifica.
Por su parte, los fabricantes de aplicaciones contables y desarrolladores de ERPs han resultado ser los grandes beneficiados, puesto que han incrementado considerablemente sus oportunidades de negocio. Por este motivo, han dedicado buena parte de su inversión a elaborar campañas informativas gratuitas en su mayoría, para informar sobre los nuevos cambios y sus implicaciones.

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Lucía Bonilla

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