La empresa española debe abandonar su conservadurismo

Aunque el 33 por ciento de las empresas españolas ya tiene definido algún plan de captación de ideas y programas para incentivar el proceso de innovación, lo cierto es que deben reforzar y potenciar aún más su compromiso con la innovación.

Publicado el 03 Mar 2008

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Aunque el 33 por ciento de las empresas españolas ya tiene definido algún plan de captación de ideas y programas para incentivar el proceso de innovación, lo cierto es que deben reforzar y potenciar aún más su compromiso con la innovación. Y es que España ocupa la posición número 30 en la clasificación de países por grado de competitividad. Esta es una de las conclusiones que se han extraído del estudio sobre Innovación que ha realizado Deloitte entre 30 grandes compañías nacionales como Caja Madrid, Cepsa o Endesa para conocer y comprender la situación general de la innovación en España.
Uno de los obstáculos que ha detectado la consultora en su informe es que existen importantes diferencias en la forma que cada empresa tiene de entender la innovación. Como ha explicado Jon Gamuza, gerente y coordinador del estudio, “hay planteamientos muy diversos entre sectores respecto al alcance de la innovación, primando la concepción clásica de enfoque hacia productos, procesos y tecnología”.
Igualmente los resultados de las encuestas realizadas indican que las empresas españolas están más orientadas hacia mejoras sobre productos y mercados ya existentes lo que pone de manifiesto su falta de ambición y su conservadurismo a la hora de decidir si debe o no invertir en una idea. Algo que no ocurre a nivel mundial donde las prioridades para innovar son entrar en otros mercados y obtener productos complementarios a la oferta actual. “Las empresas españolas están muy focalizadas en innovaciones funcionales, esto es, ideas de bajo impacto. Por ello, deben flexibilizar sus estrategias, aprovechar al máximo el potencial existente explotando el potencial de colaboración con socios externos, como las universidades, y evolucionando en sus modelos de relación con terceros”, recomienda Jon Gamuza.
Otros consejos que Deloitte aporta son saber reconocer la importancia de la innovación para la sostenibilidad y el crecimiento; incorporar la innovación a la agenda de los directivos; asignar y establecer los recursos adecuados; sistematizar la gestión del proceso de innovación; y rentabilizar la propiedad intelectual. “La receta para mejorar la innovación es establecer una cultura innovadora y una estrategia que implique al consejo de administración, implantar la innovación como un proceso más, instaurar políticas de retribución asociadas a la innovación, y mantener una cultura de competición en un ecosistema gobernado por la selección natural”, especifica Francisco Bas, director del área de Innovación en Deloitte.
Y precisamente para asesorar tanto al sector público como al privado, Deloitte ha creado esta nueva división de Innovación, “para ayudar al sector público a establecer políticas de gestión de los fondos destinados a la innovación (dos por ciento del PIB en 2010), y ser los consultores de cabecera de las empresas privadas para ayudarles en la profesionalización de la innovación”, apunta Francisco Bas.

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Redacción

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