Mónica Pérez de Larraya, directora de Marketing de Sistelec. En este contexto, entre las múltiples aplicaciones de la tecnología WIFI, la que más destaca actualmente es la ciudad digital, que surge como el espacio en el que los propios ciudadanos, empresas e instituciones han desarrollado la posibilidad de relacionarse entre sí utilizando el potencial que ofrece el integrar toda la comunicación entre las áreas que conforman una ciudad sin necesidad de cables.
No se trata ya de una necesidad en la que un usuario en su casa o en la oficina quiera disponer de Internet. Se trata de unas infraestructuras de tales dimensiones que sólo pueden ser provistas por áquellos que estén al mando de una ciudad. De momento sigue siendo un reto para algunas ciudades convencerles de la importancia que tiene hoy formar una ciudad digital. Y el peligro de no conseguir esta ciudad digital fomenta una brecha digital que da lugar a un desequilibrio en la competitividad de un país.
Sin embargo, las ciudades digitales deben ir más allá de lo que es facilitar simplemente una conexión de Internet a los ciudadanos. Y es aquí donde las redes malladas (mesh) cobran trascendencia especial de cara al futuro. Las redes “mesh” consisten en tener un punto de acceso wifi tradicional en donde la zona de cobertura se limita lo mejor posible a un radio de algunas decenas de metros. La topología mesh conectaría, el uno con el otro, todos estos puntos de acceso (o “hotspots”), de tal modo que la cobertura global se extendería sobre una zona de varios kilómetros cuadrados.
Las redes malladas proporcionan la manera más sencilla de realizar un despliegue de red sin necesidad de cableado. La naturaleza de estas redes permite disponer rápidamente de una red fiable en amplias zonas exteriores, con redundancia y recuperación ante fallos de manera automática. Además, se complementa perfectamente con las redes metropolitanas de fibra óptica, que ofrecen una mayor capilaridad y, como tecnología Wi-FI, que permite el uso de una amplia variedad de dispositivos como PDA, teléfonos, portátiles… Pero lo más importante es que abren paso al uso de un sinfín de aplicaciones en áreas de servicios como sanidad, formación, turismo, cultura y ocio y Administración con altas cotas de seguridad y permitiendo el incremento de tráfico en las redes a óptima velocidad y con significativos ahorros de costes.
Así, la seguridad y videovigilancia es un componente esencial de una ciudad digital dónde gracias a una tecnología de red mallada se consigue proporcionar una seguridad incluso en movimiento desde cualquier punto de la ciudad. Al crearse un entorno web es más fácil controlar todos los lugares críticos por ejemplo aquellos con posibilidad de incendios o accidentes laborales. Dentro de la ciudad digital destacan los colectivos críticos de policía, bomberos o ambulancias. A través de un despliegue de punto a multipunto o de red mallada se puede conseguir que toda la ciudad disponga de seguridad a través de una videovigilancia por IP con CCTV inalámbrico.
La conectividad a una red troncal o entre sí para los cuerpos de seguridad y servicios de emergencia es de vital importancia a la hora de dar respuesta a las diferentes situaciones con las que se encuentran. La creación de hotzones de conectividad para los policías con PDA o portátiles, el tener conectados y localizados sobre plano a los bomberos que trabajan en la extinción de un incendio o la posibilidad de que el SAMUR y bomberos intercambien información en tiempo real y en el lugar de un accidente permite multiplicar la velocidad de respuesta de estos servicios.
Así, las necesidades cada vez mayores de ancho de banda para diferentes servicios municipales convierten a las tecnologías inalámbricas mesh en la principal alternativa para el desarrollo de las ciudades digitales. A parte de los servicios municipales de seguridad, el control semafórico, telecontrol y telemedida se ven ahora potenciados cuando una población construye una red inalámbrica municipal de este tipo.
Otros importantes campos de acción son la sanidad donde, por ejemplo, se abren nuevos usos de la asistencia médica mediante la telemedicina, cita médicas por Internet, etc; o, el apartado de cultura u ocio, en el que las redes malladas colaboran a que existan servicios de biblioteca por Internet, promoción de productos turísticos por Internet, o también incluso, de gestión de reservas hoteleras, viajes y estancias gestionados desde una misma aplicación.
En definitiva, la red mallada es una de las soluciones de futuro para la e-Administración que persigue nuestra sociedad gracias a la flexibilidad que ofrece para la adaptación a los continuos cambios y al amplio abanico de posibilidades de innovación que brinda.
