La Informática Verde o Green Computing se ha convertido en una de las tendencias estrella del panorama TI y el mensaje ha ganado tal peso en las propuestas de los grandes proveedores que algunos incluso dudan de si detrás del marketing hay un verdadero trasfondo. Y así es, al menos en el caso de IBM, una de las primeras empresas en enarbolar el estandarte Green. “Más allá del componente de marketing, tras el mensaje Green Computing hay componentes regulatorios y financieros claros”, asegura el director del Grupo Software de IBM España, Aurelio Sánchez.
Hablar de eficiencia energética hoy en día es hablar, sin lugar a dudas, de un imperativo. No hay que olvidar, como apunta Sánchez, que “desde 2000 a 2010 el número de servidores en las organizaciones se ha multiplicado por seis y cada dos años se duplica la capacidad de los procesadores”. Además, en un contexto económico en el que los presupuestos TI permanecen más o menos estables, el peso del componente del gasto energético crece exponencialmente. En este escenario, el reto pasa por reducir o al menos mantener bajo control los costes asociados al consumo energético sin afectar el servicio. Con ese objetivo, hasta el momento las estrategias Green IT se han venido focalizando en los CPDs, un acercamiento que se revela insuficiente teniendo en cuenta que éstos sólo suponen el dos por ciento de las emisiones de CO2; de modo que se hace necesario un acercamiento más comprensivo, en el que el software de gestión juega un papel clave. “Muchos clientes están abordando proyectos de virtualización para pasar de muchos servidores a pocos servidores muy bien utilizados; pero hay un segundo conjunto de soluciones enfocadas a la medición del consumo de CPU y del consumo energético puesto que, para tomar decisiones en base a la ecuación consumo versus Acuerdos de Nivel de Servicio (SLAs) con el usuario, necesitamos saber qué aplicaciones están consumiendo más”.
IBM juega en esta arena con su artillería software y, específicamente, con la plataforma Tivoli y sus familias de herramientas IBM Tivoli Composite Application Management (ITCAM), que facilita el control del rendimiento de las aplicaciones; y IBM Tivoli Monitoring, que en su nueva versión IBM Tivoli Monitoring for Green Energy, incluye métricas de consumo de energía y control de temperatura para facilitar la toma de decisiones en base a indicadores medioambientales sin comprometer el cumplimiento de los SLAs. El portfolio Tivoli de IBM incorpora la pestaña ‘eficiencia energética’ El componente ‘eficiencia energética’ ha entrado a formar parte de los proyectos de transformación TI que IBM aborda con sus clientes. El Gigante Azul, rebautizado como Gigante Verde, se anticipa así a la demanda de una función TI cuya responsabilidad va mucho más allá de la gestión de los CPDs y alcanza tres grandes elementos: hardware, software y personas.
Ante este imperativo y como explica el director de Consultoría de Estrategia TI para España, Portugal, Grecia, Israel y Turquía de IBM, Moisés Navarro, “IBM apuesta por la fórmula de las tres ‘ees’: energía, ecología y economía”. Y es que, si bien es cierto que el factor económico suele es el mayor peso en el mundo empresarial, la importancia de los factores energía y ecología no deja de aumentar en un escenario en el que la eficiencia energética supone, ya no sólo una ventaja competitiva, sino una garantía de supervivencia. “El concepto de eficiencia energética significa ser capaces de reorientar nuestro consumo energético sin retroceder en materia de bienestar y progreso de manera que ese progreso no se consiga a costa de contaminar más”, explica Navarro.
El espacio para el avance es importante teniendo en cuenta que “en Europa se desperdicia el 20 por ciento de la energía consumida debido a ineficiencias, lo que se traducirá en 100.000 millones de euros en 2020”, como apuntó el técnico, antes de recordar que “entre 2000 y 2010 se multiplicará por seis el número de servidores y por 69 la capacidad de almacenamiento, mientras que la utilización de los servidores Wintel y Unix estará entre el tres y el 30 por ciento”. Estos niveles de ineficiencia en los CPDs son insostenibles en un entorno caracterizado por el incremento del precio del suelo y la energía; sin olvidar la inminente presión regulatoria visto, como indicó Navarro, que “en el marco de la Agenda Energética, la Unión Europea está trabajando en varias directivas para normalizar esta situación y específicamente en una directiva para el entorno de los CPDs -Code of Conducto on Data Centers”.
Acción en tres frentes
El puesto de usuario, la red y el CPD son, de acuerdo con IBM, los tres ámbitos principales en los que es posible ganar en eficiencia energética. “En el primer entorno con la virtualización del puesto de trabajo y la gestión de residuos; en el segundo, con la optimización de la tecnología de red incluyendo el cableado y, en el tercero, atacando desde la refrigeración hasta los sistemas de alimentación”.
Echando por tierra el refrán de ‘en caso del herrero, cuchillo de palo’, IBM ha empezado por aplicarse el cuento internamente y desde hace varios años destina una inversión anual de 1.000 millones de dólares a la mejora de su situación en cuestión de eficiencia energética y al desarrollo de tecnologías y soluciones para que ayudar a sus clientes a superar un reto que, como subraya Navarro, contempla “duplicar la capacidad de cómputo sin incrementar el consumo energético y reducir un 40 por ciento la emisión de CO2, lo que se traduce en un ahorro de 250 millones de dólares”.
La propuesta del Gigante Verde en este campo se concreta en la iniciativa Green Data Center, que cubre diversas áreas: diagnóstico, gestión y medición, enfriamiento, virtualización y construcción. De hecho, la refrigeración y la alimentación son dos de los ámbitos que requieren una actuación más urgente visto que “en los CPDs”, afirma Navarro, “se destina más energía -55 por ciento- a la refrigeración y al alimentación, que a los propios sistemas de información, con un 45 por ciento”.
Éstos también son objeto prioritario de mejora ya que “dentro de los sistemas TI, el 70 por ciento de la energía se destina a alimentación, memoria, ventiladores, placas y dispositivos, mientras que el procesador sólo consume el 30 por ciento”; y, además, “del volumen total de energía que consumen las CPUs, se estima que está ocioso una media del 80 por ciento”.
De acuerdo con Navarro, para atacar estas ineficiencias “lo primero es hacer un diagnóstico del nivel de madurez en cuanto a eficiencia energética”. A partir de aquí, se pueden tomar acciones en diversas vertientes, sea la de las infraestructuras con tecnologías como iDataPlex, que posibilita la compartición de una única fuente de alimentación por varios sistemas; o sea en la de sistemas más modernos de refrigeración. Pero, en cualquier caso, “los clientes tienen que pedir a los proveedores que los sistemas que fabrican permitan hacer reporting de gestión de los pasa dentro del sistema a nivel de consumo y temperatura”, subraya Navarra.
En esa línea, IBM incorporó hace unos meses en su portfolio Tivoli la pestaña de eficiencia energética consciente de que “una buena gestión de la infraestructura y una buena gestión del servicio permiten optimizar el consumo energético”.
En esa línea, el Gigante Verde también está lanzando una serie de innovadores servicios entre los que Navarro destacó el denominado IT Carbon Strategy, que “permite analizar el impacto de la huella de carbono de las organizaciones procedente tanto de sus recursos TI como no TI”; el modelo de componentes enfocado a segmentar la funcionar TI identificando aquellos componentes con un potencial impacto directo a nivel energético; o el servicio Distributed IT Energy Efficiency Assessment que, aplicado en un organismo público del Reino Unido, ha sido distinguido con la Medalla de Oro en la edición 2007 de los BritishComputer Society IT Industry Awards. Asimismo y en el marco de su proyecto Big Green, que se encuentra en su segunda fase, IBM trabaja en proyectos pioneros como una iniciativa para la creación de redes de suministro inteligente, sistemas avanzados de transporte y diversas investigaciones medioambientales; unos esfuerzos que han granjeado a la compañía su reconocimiento como Top Green IT Company.
La experiencia práctica es el camino más directo al conocimiento. En base a esa premisa, el responsable senior técnico de Ventas en IBM España, Javier Llorente, aprovechó el evento para realizar una presentación práctica del potencial de las herramientas software de la artillería de IBM para automatizar el consumo de potencia energética.
La prueba, desarrollada en un entorno formado por dos chasis de blades alojando el sistema de monitorización IBM Tivoli Monitoring (ITM) 6 y WebSphere Application Server (WAS), respectivamente, consistía en provocar carga en el entorno de la aplicación desde una máquina RTP, monitorizando la actividad y, en función de ésta, aumentar o reducir automáticamente el consumo energético.
A la tarea de monitorización estaban dedicadas, como explicó Llorente, varias piezas Tivoli, así como otras específicas del entorno hardware, concretamente el sistema IBM System Director que, incluido en los blades de IBM, permite hablar con el hardware y recolectar datos relativos al consumo energético, potencia y temperatura; además de posibilitar la recepción de órdenes del exterior para modificar el consumo mediante, por ejemplo, la reducción de la velocidad del procesador. En este punto Llorente destacó que “IBM System Director es capaz de hablar tanto con elementos hardware de IBM como de otros proveedores, así como con las unidades automáticas de energía”, es decir, que “es una solución compatible para entornos gobernados por otras piezas software”. Además, basta con un único servidor IBM System Director para gobernar blades, racks, etc.
Los datos recolectados por IBM System Director se presentan en el escenario propuesto a través de la consola de Tivoli Express Portal que permite integrar, como indicó Llorente, “alrededor de 70 tipos de agentes distintos, sean de Windows, de WebSphere, de Unix, etc. ; si bien en este caso el más importante es Active Energy Manager, que habla con IBM System Director”. En base a estas métricas, cuya presentación puede configurarse con niveles máximos de personalización, es posible establecer el lanzamiento automático de notificaciones en caso de superarse alguno de los valores establecidos, definir alertas que disparen acciones dirigidas a establecer cambios en el consumo energético, así como generar informes de forma automática. La misma interfaz permite también ejecutar acciones sobre las máquinas u otros elementos, tanto de forma manual como automática, a través de una serie de comandos que son obedecidos por IBM System Director.
El sistema es muy flexible y cubre variables energéticas como la temperatura, de forma que “es posible fijar la frecuencia de las mediciones para que, en caso de cumplirse una determina premisa, notificar o realizar cierta acción previamente establecida”, describe el técnico.
De esta forma y al disponer, a través de la herramienta de monitorización, de información sobre el número de solicitudes o peticiones, y el tiempo medio de respuesta del servidor de aplicaciones; es posible elevar automáticamente el consumo de potencia en caso de un momento de carga importante o reducirlo en un escenario de carga baja.
Jim Fletcher, arquitecto líder y jefe de arquitectura de Tivoli Green Datacenter “Con Tivoli ya es posible conocer el coste asociado al gasto energético de cada recurso”. Los asistentes al evento ‘La eficiencia energética del Centro de Datos empieza en el Software’ tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano las ideas del arquitecto líder y jefe de arquitectura de Tivoli Green Datacenter, Jim Fletcher, que puso de manifiesto el amplio alcance de la apuesta ‘green’ en su Grupo de Software. “Estamos haciendo muchos avances en software”, afirmó el experto, que apuntó en primer lugar a la colaboración: “el software de colaboración evita desplazamientos y estamos trabajando en la compresión de los datos en Lotus Notes y, en consecuencia, en la reducción de la huella de carbono”.
Además de Lotus, todos los equipos de software de IBM están trabajando con un enfoque green, desde WebSphere a DB2 que, a día de hoy, puede presumir de ofrecer el mejor grado de compresión de la industria, algo fundamental teniendo en cuenta que “más datos en menos espacio significa menos consumo”, apuntó Fletcher, quien destacó los avances conseguidos a nivel de gestión dentro de Tivoli y, específicamente, en materia de gestión energética con IBM Tivoli Monitoring for Green Energy.
El experto comparó esta multitud de iniciativas ‘green’ con el concepto de ‘tormenta perfecta’, en el que muchos elementos diferentes se alinean para provocan una tormenta de enormes dimensiones, en este caso ‘green’ que, efectivamente, es necesaria: “los Centros de Proceso de Datos cada vez requieren de más potencia en menos espacio y los precios están aumentando rápidamente”, indicó Fletcher, para recordar que “los costes eléctricos comerciales en EEUU han aumentado un 10 por ciento entre 2005 y 2006”. Esta escalada de los costes energéticos tiene un impacto directo en los CPDs teniendo en cuenta que “los costes energéticos de los CPDs, por pie cuadrado -0,3 metros cuadrados-, son de 10 a 30 veces mayores que los asociados a un típico edificio de oficinas y la mayoría de los profesionales de TI ni siquiera saben cuánto consume su CPD porque hay alguien que paga la factura”. No hay que olvidar tampoco que “el 87 por ciento de los CPDs fueron construidos antes de 2001”, de modo que albergan equipos muy grandes con elevados requerimientos energéticos. Y las previsiones contemplan que el uso de energía por parte de los CPDs se doblará en un periodo de cuatro años.
En este escenario, Fletcher entiende que “cualquier acción que podamos llevar a cabo para reducir el impacto de la emisión de CO2 es muy importante” y esa es la meta del amplio rango de iniciativas ‘green’ que impulsa IBM y que contemplan desde el diagnóstico y diseño de CPDs y recursos computaciones, hasta la virtualización de hardware, pasando por nuevas tecnologías de refrigeración y reciclado, sin olvidar el software de gestión.
IBM llama asimismo la acción inmediata puesto que “cualquier acción que hoy llevemos a cabo para ser más eficientes tendrá un impacto directo a futuro” y los beneficios son, además, directos: “una mejora de la eficiencia energética del 20 por ciento puede suponer un ahorro de hasta 36.000 millones de kilovatios o 22 millones de toneladas de CO2; lo que equivale a retirar de la carretera 3,5 millones de coches y camiones ligeros, o plantar 500 millones de años y que crezcan durante 10 años”.
Deteniéndose específicamente en el software de gestión Tivoli, Fletcher destacó su evolución para alcanzar a recursos que tradicionalmente quedaban fuera de su cobertura y que suponen un elevado consumo de energía: “en los CPDs gastamos más dinero en refrigeración y energía, que en los sistemas de información, los procesadores y la utilización de recursos”.
Para ello y como explica Fletcher, “hemos tomados las tecnologías que teníamos y las hemos extendido, dando como resultado soluciones como IBM Tivoli Monitoring for Green Energy, que posibilita el entendimiento del impacto de los CPDs ecologías a nivel de servicio al negocio, en cuanto que permite tener un conocimiento detallado de los activos, sus relaciones y su impacto a nivel de servicio, posibilitando acciones como la reducción de la capacidad de un determinado servidor cuando el servicio que éste soporte sólo se utilizan un 10 por ciento y, por tanto, el negocio puede seguir cumpliendo sus objetivos”.
Visualizar el impacto ecológico
Hay que destacar en este sentido, los acuerdos establecidos por IBM con compañías como Siemens o Libert, entre otros, que han abierto la puerta a la recolección de datos de carácter energético de los recursos no TI de los CPDs para su integración en Tivoli Monitoring y Tivoli Common Reporting. En este sentido, cabe destacar el trabajo conjunto de IBM con Synapsense, que posibilita la instalación de sensores inalámbricos en cualquier del CPD para recoger información e integrarla en Tivoli Active Energy Management, que da cobertura hasta 100 servidores. “Antes no podíamos hacer una contabilidad del consumo energético, pero una vez Tivoli utiliza un gestor de contabilidad y se nutre de los datos de los recursos TI es posible conocer el coste asociado al gasto energético de cada recurso”, afirma Fletcher.
El experto puso asimismo el acento en la potencia de la solución Maximo Spatial a la hora de presenta visualmente el impacto en los CPDs de los cambios de temperatura o las relaciones entre el uso de energía y la temperatura o las presiones de airea. “Cualquier recursos del que puedo tomar datos es susceptible de visualizarse en Maximo”, señaló Fletcher, quien avanzó que “no hay un límite definido para el tipo de funcionalidades que podemos incluir puesto que la actual es una foto viva en la que seguimos trabajando”.
Este conocimiento resulta clave a la hora de llevar a cabo acciones informadas en distintos campos como, por ejemplo, la gestión del almacenamiento, que tiene un gran impacto a nivel energético: “IBM TotalStorage Productivity Center con IBM Tivoli Storage permiten a las organizaciones ser más efectivas a nivel de recursos humanos y materiales a través de la compresión de los datos y la eliminación de datos duplicados”.
Fletcher finalizó su exposición poniendo en acento en los beneficios conseguidos a través de este tipo de iniciativas por la propia IBM, que hasta el momento ha destinado más de 1.000 millones de dólares a su estrategia Green. “Entre 1999 y 2005”, destacó el técnico, “las acciones globales de conservación energética nos han permitido eliminar un 40 por ciento de las emisiones de CO2 que registrábamos en 1999”.
Gonzalo de la Hoz, director técnico de Tivoli del Grupo Software de IBM España “El coste de un servicio TI debe repercutirse no sólo en cuanto a hardware y software, sino también en cuanto a consumo energético”
¿Cómo encaja la pieza Tivoli en la propuesta Green Computing de IBM?
Para gestionar un data center en cuanto a rendimiento energético, lo primero que hay que hacer es monitorizar, poder medir el consumo energético para poder actuar sobre él, por ejemplo bajando los ciclos de CPU o quitando un servidor de un cluster; y todo ello sin impactar en la gestión del servicio que se está realizando. En Tivoli nos dedicamos a la gestión del servicio y tenemos muchas herramientas precisamente para medir y obtener métricas que se incluyen en la gestión del servicio como pueden ser rendimiento, disponibilidad, tiempos de respuesta, etc.
Ambos elementos son importantes; por un lado, el consumo energético y, por otro, la medición del impacto que éste tiene en la gestión del servicio. También resulta clave poder tomar esas métricas y utilizarlas para diseñar mejor los CPDs desde un punto de vista energético; además de poder repercutir el coste energético a los diferentes departamentos. Hay que tener en cuenta que al final lo que estamos haciendo es dar un servicio al negocio, de modo que el coste de ese servicio se repercute y no sólo en cuanto a hardware y software, sino también en cuanto al consumo energético. Todas esas funcionalidades están disponibles en Tivoli y no hay ningún otro proveedor en el mercado capaz de abarcar tantas áreas.
¿En qué medida la gestión TI es un elemento clave dentro de una estrategia de sostenibilidad?
El software de gestión es clave y es importante entender por qué IBM ha entrado en este mercado. Los clientes quieren ahorrar energía bien para ahorrar costes o bien para cumplir normativas ya que cada vez hay más regulaciones que están ahogando a nuestros clientes. Además hay un tercer factor medioambiental y la única forma de poder cumplir con esos tres objetivos es mediante un software de gestión.
Es absolutamente necesario para poder monitorizar el negocio, una línea de negocio o un servicio concreto, tener sondas de monitorización de absolutamente todo, no vale dejarse nada fuera porque precisamente ese algo que se queda fuera puede estar impactando un negocio importante. Todo debe estar monitorizado y ese todo incluye el hardware que hay en el CPD y no sólo elementos de TI sino también activos energéticos como la luz, aire acondicionamiento, potencia… Se trata de integrar todo lo que ya hacíamos bien, que es la monitorización de sistemas, con la monitorización de otros elementos.
¿Cómo se materializan en Tivoli estas funcionalidades?
Tenemos un producto de monitorización que se llama Tivoli Monitoring y del cual existe una versión denominada ITM for Green Data Center, que se integra con el hardware de IBM, el cual tiene piezas que sacan métricas de consumo energético –temperatura, potencia, etc.- para presentar en un único portal los datos de consumo energético en integración con otras métricas de negocio.
Los analistas destacan el acercamiento holístico y las mejoras, en cuanto a funcionalidad e integración, de Tivoli. ¿Qué mejoras destacaría en esas dos vertientes?
En Tivoli nos dedicamos básicamente a tres conceptos: visibilidad, es decir, que cada persona dentro de una organización de TI tenga visibilidad de aquellos elementos sobre los cuales puede actuar, desde el operador de BBDD hasta el consejero delegado de las líneas de negocio en cuanto a disponibilidad y rendimiento; por otro lado, aportamos control de los activos y las interdependencias entre esos activos, qué sucede cuando quito o modifico un activo y; por último, tenemos el área de automatizar para intentar automatizar todos los procesos y todo esto según los las mejores prácticas de ITIL para mejorar los procesos que componen un servicio determinado.
Respecto a las mejoras, últimamente hemos adquirido algunas empresas entre las que destacaría la de MRO y su línea de productos Maximo que nos permite gestionar los activos empresariales. Gracias a la tecnología de Maximo puedo plantear un diseño de CPD que sea óptimo en cuanto a consumo energético aprovechando las capacidades espaciales de este software. En el área de integración, destacaría la adquisición de CIMS Lab, una empresa que compramos precisamente para integrar los logs o registros de usuarios de todas las plataformas para definir quién está utilizando qué, un dato fundamental para poder repercutir los costes.
Al calor de ITIL todos los grandes proveedores de software de gestión están evolucionando sus plataformas. ¿Cuál es, hoy por hoy, el valor diferencial de Tivoli?
ITIL cubre muchos procesos, los más comunes son gestión de cambios y configuración, donde destaca la CMDB; gestión de versiones, gestión de incidencias y problemas; todo esto constituye el corazón de ITIL y es a lo que nos dedicamos la mayoría de los proveedores. En IBM vamos más allá y estamos hablando también de gestión financiera de las TI, que es algo que no hace nadie. Gracias a la funcionalidad de integración que comentaba antes, podemos repercutir costes y optimizar el servicio desde un punto de vista financiero, y eso es un valor único, siendo también un proceso de ITIL: IT Financial Management; que otros proveedores dejan de lado para dedicarse a los procesos más habituales.
IBM está haciendo un esfuerzo por simplificar la organización de Tivoli, una plataforma que, por extensa, puede ser muy compleja. ¿Cómo es esa nueva organización y qué ventajas supone para los clientes?
Efectivamente, en Tivoli tenemos más de 300 productos y estamos haciendo esfuerzos para agrupar y simplificar la oferta; en primer lugar, en cuanto a nomenclatura ya que hay muchos productos que tienen nombres que son difíciles de relacionar, por ejemplo, toda la familia de Composite Application Management, que llamamos ITCAM, se está reagrupando y al final vamos a dar toda la funcionalidad sólo con tres productos, lo cual supone una importante simplificación para nuestros clientes.
Dentro del mundo de la monitorización en general hemos simplificado mucho la oferta, reduciendo el número de productos, si bien no así la funcionalidad. Este era el área donde más necesitábamos esta reagrupación. En seguridad ya se hizo una reagrupación hace dos años y ahora mismo tenemos un portfolio muy entendible y bastante sencillo, en el área de almacenamiento también, en el área que denominamos de Performance Automation también se llevó a cabo una reorganización el año pasado y ahora cumplimos con ese reto en el área de Business Automation.
¿Cómo están respondiendo los clientes a esta propuesta?
La Universidad de Bryant, por ejemplo, ha sido pionera en reducción energética y en colaboración con IBM -con las capacidades de Tivoli y con su hardware- estima haber reducido su consumo en un 30 por ciento. En España estamos empezando ahora a captar clientes y aunque todavía no hay una concienciación como la que existe en otras partes del mundo, está despegando de una forma muy fuerte.