Cierto es que los resultados que Intel acaba de publicar de su cuarto trimestre correspondiente al ejercicio fiscal de 2008 no han sorprendido, ya que la compañía ha estado avisando de un fuerte descenso de la demanda de sus tecnologías, sobre todo, en el negocio de los PCs.
En general, ha visto descender sus ventas un 23 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior facturando un total de 8.230 millones de dólares. Y el beneficio neto ha sufrido una caída en picado del 90 por ciento hasta los 234 millones de dólares, debido al deterioro que han acusado sus arcas por un cargo relacionado con unas inversiones de la compañía en el operador de red Clearwire y por la disminución de las ventas consecuencia de la débil economía mundial.
Para el total del ejercicio de 2008, Intel ha visto contraer su beneficio neto un 24 por ciento hasta los 5.300 millones de dólares tras registrar un deslizamiento de sus ventas del dos por ciento hasta los 37.600 millones. Cifras que han satisfecho las estimaciones de los analistas.
Los resultados de Intel, que funcionan como indicadores de la inversión en tecnología que realizan consumidores y empresas, inauguran lo que los inversores esperan sea un desfile de resultados deprimentes este año en el sector TIC. De hecho, citando las inciertas condiciones económicas, Intel se ha negado a facilitar una previsión de la facturación que podría registrar, incluso en este primer trimestre de año, pero internamente planea obtener unas ventas de 7.000 millones de dólares, un 28 por ciento más bajo que los ingresos que alcanzó en 2008, aunque están en línea con las previsiones de los analistas que las sitúan en 7.300 millones.