La presidenta de Microsoft España expuso las líneas maestras de la nueva economía de la innovación en una brillante disertación durante el foro España Innova que organiza El Corte Inglés y la Fundación Ramón Areces. La audiencia era la más adecuada: representantes de la Administración, directivos de grandes empresas, cámaras y asociaciones… fueron los destinatarios del mensaje que María Garaña, presidenta de Microsoft, forjó en torno a la nueva economía de la innovación, que se sustenta en la búsqueda de la competitividad y la productividad y que se ha convertido en única puerta de salida actual de la crisis.
Este entorno viene definido por nuevas reglas de juego que Garaña resume en cuatro: “el nuevo papel del consumidor, el negocio es la información, la globalización de las cadenas de valor y la necesidad de optimizar los recursos”. Y la situación de España en este ámbito deja bastante que desear. Según cifras facilitadas por el World Economic Forum, España ocupa la vigésimo novena posición en el ranking de competitividad mundial compuesto por 140 países algo que Garaña no pondera en demasía: “si bien estamos por encima del 50 por ciento, una economía como la nuestra, que fluctúa entre la octava y la novena posición en relación con su tamaño, muestra gran disparidad”.
Garaña destacó las deficiencias nacionales en requerimientos básicos: “la educación es el índice en el que mostramos más retraso, ocupando el 78 lugar de 140 países, con un énfasis especial en las materias de Ciencias y Matemáticas”. Con respecto a los factores de eficiencia, hay dos áreas especialmente tocadas como son la facilidad para crear empresas (puesto 102) y la flexibilidad de nuestro mercado de trabajo (puesto 94). En el área de innovación y adopción de tecnologías, España sigue mostrando carencias. “Existe gran diferencia entre tener TI y utilizarlas dentro de los procesos de gestión de las organizaciones”, puntualizó la presidenta de Microsoft España.
Para que España no pierda el tren de la innovación es preciso -en opinión de Garaña- llevar la tecnología a la escuela, “conseguir que la gestión de la información sea más atractiva para los niños y facilitar un nuevo modelo educativo donde exista total comunicación entre alumnos, padres y profesores”. Todo ello propiciado por herramientas como el chat, el correo electrónico o los blogs que facilitan la enseñanza personal e individualizada. “Es necesario instruir al profesorado en el arte de las redes sociales e ir más allá de la mera instalación de un PC y de una línea de banda ancha”.
La segunda receta de la directiva tiene que ver con un apoyo incondicional a los emprendedores de la misma manera que se hace en Estados Unidos (que allí llaman adventure capital). “Los emprendedores son los que crean las pymes y son los principales generadores de empleo del país. Si cae este entramado arrastrará consigo a otras grandes empresas, a las multinacional y al propio sector”, señaló en tono preocupante.
En tercer término, María Garaña tocó la llaga de la financiación de las casi 10.000 pymes de tecnología, “el gran problema es el del capital circulante no de la solvencia de las microempresas españolas. Por ello nuestra compañía ofrece planes de financiación para proyectos de hardware, software y servicios aunque las firmas incluyan aplicaciones de la competencia”. En relación con la reducción del presupuesto del Plan Avanza 2 para 2009, la directiva comentó que “se tenía que haber apretado menos el cinturón, me preocupa tener que arreglárnoslas con menos recursos”.
La cuarta área donde hay que encontrar mayor implicación es, en palabras de Garaña, la diferenciación. España es una potencia en turismo; sin embargo no lo es en tecnología aplicada al turismo. “En este país funciona la política de café para todos pero no es viable financiar con el mismo presupuesto a los 2.000 cluster tecnológicos que hay sino hay que seleccionar los mejores proyectos para conseguir crecer en competitividad”.