En la Cumbre del G-20, celebrada en Londres, los líderes y responsables financieros de los 20 países más grandes del mundo, que contabilizan el 85 por ciento del PIB mundial, han llegado a un consenso en materia de regulación financiera, crecimiento económico, fortalecimiento de la arquitectura bancaria global y ayuda a los países más pobres. De las medidas puestas encima de la mesa, -la mayoría regulatorias y de estímulo-, también se han mencionado las Tecnologías de la Información, aunque cierto es que han pasado desapercibidas. Y básicamente se ha tratado de Green Computing.
No obstante, hay que destacar que los países del G-20 tienen pensado apartar 400.000 millones de dólares, de los paquetes de estímulo combinados que suman en total 2,6 billones de dólares, para proyectos de “tecnologías limpias”, esto es productos y servicios basados en el conocimiento que mejoran el rendimiento operacional, la productividad y la eficiencia, a la vez que reducen costes, consumo energético, residuos y emisión de carbono.
Paul Otellini, consejero delegado de Intel, y una de las pocas representaciones del sector TIC en la Cumbre, mantuvo en este punto una reunión con los ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del grupo de los 20, en la que les instaba a implementar políticas que animen las inversiones en tecnologías favorables al medioambiente, y a que firmen el tratado establecido por el Copenhagen Climate Council. Más información en la edición en papel