En el momento actual que estamos viviendo, las empresas están dispuestas a invertir en soluciones, pero siempre y cuando las implantaciones no sean costosas en esfuerzo, tiempo y dinero, y haya una obtención de beneficios a corto plazo que justifique esa inversión.
La mayoría de las compañías tienen la necesidad de obtener mejores resultados con menos recursos, ya sean materiales, humanos e incluso económicos, sin que esto afecte a la satisfacción del cliente. Dentro de esta estrategia los departamentos de Tecnologías de la Información tienen un papel clave, y los directores de TI tienen una gran responsabilidad. Ese objetivo sólo puede alcanzarse si se dispone de una herramienta de software que proporcione a la Dirección información exacta, fiable y en tiempo real, que le facilite el análisis y la toma de decisiones, para optimizar sus procesos y efectuar los cambios oportunos. Pero esa herramienta no sólo debe ayudar a la dirección, también debe ofrecer al usuario la facilidad de uso, usabilidad, necesaria para ayudarle a ser más productivo y adaptarse al cambio.
En un estudio realizado por IFS a más de 1.010 profesionales de todo el mundo, un 60 por ciento manifestó que sus herramientas actuales son difíciles de utilizar y un 91 por ciento requería formación adicional a la hora de utilizar funcionalidades más avanzadas. Por otro lado, un 19 por ciento dijo que le resultaba difícil encontrar la información dentro del sistema. Para todos ellos, esos obstáculos les suponían una pérdida de tiempo que afectaba a su productividad.
En líneas generales, el ERP debe ser el soporte y ayuda dentro de las empresas para adaptarse a la tendencia del mercado y consecución de los objetivos del negocio.
Las organizaciones deben ver este momento como una oportunidad para pararse a pensar, definir una estrategia a seguir y ver qué áreas de negocio optimizar, de cara a salir reforzados y encontrar una posición en el futuro, aún mejor de la que tenían anteriormente.