En el segundo trimestre del ejercicio fiscal de 2009, cerrado el pasado 30 de junio, VMware ha conseguido mantener casi estables sus ventas, – han bajado un 0,1 por ciento-, sumando 455,7 millones de dólares, pero sus resultados se han visto afectados por unos costes altos, que han mermado su beneficio neto un 37,8 por ciento hasta los 32,5 millones de dólares.
Además, la venta de nuevas licencias ha caído un 19,8 por ciento facturando 228 millones de dólares, debido al lanzamiento de su nueva familia vSphere 4.0 en abril pero que hasta mayo no llegó al mercado. Sin embargo, gracias a la base instalada de clientes, -VMware ha facturado 189 millones de dólares en mantenimiento de software, más de un 39 por ciento que hace un año-, la compañía ha podido mantenerse. Las ventas de servicios profesionales tampoco se han comportado mal, al subir un 7,8 por ciento hasta los 38,7 millones de dólares.
Por áreas geográficas, el mercado de Estados Unidos se ha resentido un tres por ciento generando un negocio de 234 millones de dólares; mientras que las ventas internacionales se han incrementado un tres por ciento hasta los 222 millones.
Para el tercer trimestre, Mark Peek, responsable financiero de VMware, ha anunciado que esperan unas ventas en el rango de los 465 y 480 millones de dólares. Y para el total del año, prevén que las ventas crezcan entre un uno y un tres por ciento respecto a 2008, año en el que la compañía sumó unas ventas de 1.880 millones, un 42 por ciento más que en 2007.