Según datos de IBM, cada año, alrededor de 60 millones de personas se trasladan a residir a ciudades y zonas urbanas, lo que representa casi un millón cada semana, y esto significa que la mayor parte de la población mundial reside en ciudades.
Ante este ritmo exponencialmente creciente de los niveles de urbanización, IBM ha realizado un estudio cuyas conclusiones revelan que la utilización de las tecnologías permitirá que las ciudades cuenten con mecanismos de defensa ante las enfermedades permitiendo a los organismos públicos saber exactamente cuándo, dónde y cómo evolucionan las enfermedades que afectan a la población.
Asimismo, los edificios funcionarán como el organismo de un ser vivo y tendrán capacidad para reaccionar, gracias a la implantación de sensores que permiten hacer, de forma automática, ajustes en las instalaciones (agua, electricidad, climatización), así como realizar reparaciones antes de que se produzcan las incidencias.
Otras áreas de innovación son que los coches y autobuses podrán circular con el depósito de carburante vacío, ya que utilizarán baterías eléctricas con una autonomía de días e incluso meses; las ciudades contarán con sistemas inteligentes de distribución de agua y energía que, por ejemplo, reducirán las fugas en un 50 por ciento; y los centros urbanos harán frente a situaciones críticas, incluso antes de que se reciba la primera llamada al servicio de emergencias.