Lola Sánchez. Computing
Nacida a partir de la fusión en 1990 de la Caja de Pensiones y la Caja de Barcelona, la Caixa es a día de hoy la primera caja de ahorros de España y la tercera entidad financiera del país. Con una red de más 5.300 oficinas y casi 8.000 cajeros y una plantilla que supera los 27.000 empleados, la Caixa presta actualmente servicio a más de 10,5 millones de clientes.
Desde sus orígenes, la inversión en TIC viene siendo un factor estratégico de primera magnitud para la Caixa que, siguiendo una tendencia cada más generalizada en el sector financiero, ha creado la empresa cien por cien de su propiedad, SILK (Serveis Informàtics la Caixa), delegando en ésta la prestación de los servicios TIC.
En ese escenario y hace ya tres años, la Caixa se planteó un proyecto de estandarización que, como indica Carles Campaña, subdirector general de SILK, tenía un doble objetivo: “primero, reducir la complejidad y, segundo, reducir los costes”.   En esencia, se trataba de poner orden en el entorno de los sistemas medios. Y es que, como explica Campaña, “la evolución histórica de la caja nos había llevado a crecer de una forma desordenada en entornos medios y disponíamos de todos los sabores de los tres grandes fabricantes: AIX, Solaris, HP-UX y HP con Intel, así como algunos sistemas menores en x86 con Linux”.
  En esa tesitura, la Caixa apostó por establecer un estándar con el punto de mira puesto en mantener esa línea en la mayor parte de sus entornos medios de forma que “lo que se apartara del estándar fueran excepciones”. Hasta ese momento, la gran mayoría de los sistemas de la Caixa en entornos medios corrían en Solaris, con aplicaciones como tesorería o control del autoservicio; en tanto que los servicios de banca on line -Línea Abierta- descansaban en equipos Itanium con HP-UX mientras que el terminal financiero, la intranet y el data warehouse se soportaban en AIX. Esta heterogeneidad no sólo había complicado la gestión, sino que además elevaba el riesgo de sufrir problemas.   Finalmente y con el punto de mira puesto en “convertir el hardware en una commodity”, la Caixa tomó la decisión de apostar por Linux Red Hat como estándar de S.O -si bien todavía Windows está presente en ciertos entornos- y VMware como tecnología de virtualización. Esta selección venía a sumarse a la previa de Bea WebLogic como framework y estándar de servidor de aplicaciones y Oracle como BBDD para entornos medios.
Adicionalmente, la Caixa llevó a cabo una selección de proveedores hardware, estableciendo en 2007 un acuerdo a dos años con Unisys. “Era el único proveedor con equipos grandes x86 que fueran particionables”, argumenta Campaña. Posteriormente, la Caixa también incorporó como proveedor de equipos x86 a HP firmando el pasado año un acuerdo que se prolonga hasta 2011. A día de hoy y como apunta el directivo, “utilizamos el ES7000 de Unisys, que escala hasta los 64 cores, y las máquinas ProLiant DL580 de HP de 24 procesadores y 192 Gb de RAM”.
  Con ese estándar, la Caixa realizó un primero piloto en el entorno de oficinas, es decir, la capa media anterior a la entrega de la petición de la transacción al mainframe -su terminal financiero TF7 de desarrollo propio-, un proceso que hasta ese momento descansaba en equipos IBM con procesadores Power corriendo AIX.
El resultado de la migración de este entornos a equipos x86 con Linux Red Hat fue cuanto menos revelador. “Obtenemos igual o mejor rendimiento y hemos comprobado que, en base a una comparación core a core, la arquitectura x86 en ningún caso ofrece un rendimiento menor al proporcionado por los Power de IBM”, subraya Campaña.   A raíz del éxito conseguido, la Caixa ha continuado avanzado en la estandarización de otros entornos, confirmándose siempre la premisa de a igualdad de cores, mayor rendimiento, incluso con paquetes estándares. Campaña pone como ejemplo al respecto la migración a finales de 2007 desde AIX al estándar fijado del paquete Tivoli Access Manager (TAM). Y el descubrimiento de equivalencia de rendimiento es doble puesto que “no sólo sucede con los Power, sino también con los Intel Itanium de HP”.
  Así y tras dicho primer piloto en el entorno transaccional de oficinas, la Caixa llevó la estandarización al entorno de banca on line, en cuyo crecimiento volvió a apostar por el estándar de forma que actualmente el 60 por ciento de la carga descansa en Linux sobre x86 y el 40 por ciento en equipos HP Itanium. El avance alcanzó a continuación a los cajeros donde “el 100 por ciento ya está en equipos x86 en un entorno virtualizado con VMware y S.O. Windows”. Asimismo y a la vista de los positivos resultados obtenidos, todos los nuevos entornos de la Caixa ya nacen en el tándem estándar Linux/x86. “En todos los entornos, ya sea cajeros, home-banking o terminal financiero, la arquitectura x86 bate a la tradicional”.   En este sentido, la Caixa ya tiene prevista la migración al estándar x86/Linux de su intranet, que por el momento todavía descansa en AIX con Power.
Reducción de costes
Además de ganar en simplificación, este proyecto de estandarización ha permitido a la Caixa reducir costes. “Si comparamos el coste de un core Power o Itanium con un core x86, a igual rendimiento, el retorno de la inversión es evidente y, de hecho, al menos se le puede quitar un cero”, indica Campaña, para añadir que “es posible dividir el coste de infraestructura por órdenes de magnitud con la garantía de que si necesitas 10 cores Itanium o Power, en ningún caso se requieren más al pasarlo al estándar x86”.