El consorcio europeo PRACE (Partnership for Advanced Computing in Europe) se ha presentado esta semana en Barcelona. Con una inversión comprometida cercana a la los 500 millones de euros, PRACE persigue la creación de una infraestructura europea de supercomputación que garantice la competitividad del Viejo Continente en el escenario global.
La ceremonia, en la que se procedió a la elección de Achim Bachem como presidente del PRACE, contó con la participación de la vicepresidenta de la Comisión Europea para la Agenda Digital, Neelie Kroes, y representantes de 19 países. Kroes celebró la iniciativa PRACE puesto que “la supercomputación científica es un factor clave para el desarrollo de la ciencia moderna y la tecnología, así como para afrontar los grandes retos de nuestro tiempo, como el cambio climático, el ahorro energético y el envejecimiento de la población”.   Por el momento, los cinco países anfitriones del PRACE (Francia, Alemania, Italia, España y Holanda) han acordado la aportación de 400 millones de euros para la implementación a lo largo de los próximos cinco años de una red formada por cinco superordenadorescuya capacidad conjunta de cálculo superará la barrera de los multi-petaflops. A este fondo de 400 millones de euros hay que sumar 70 millones adicionales con los que contribuye la CE. En el caso de España, se ha establecido un acuerdo de cofinanciación entre el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Generalitat de Cataluña ya que el Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación albergará uno de estos superordenadores.
PRACE tiene el objetivo de desarrollar un catálogo de servicios paneuropeos de HPC (High Performance Computing) soportado en la puesta en marcha escalonada de estos superordenadores que se espera lleguen a configurar conjuntamente uno de los más potentes del mundo. De acuerdo con las previsiones del PRACE, cada sistema proporcionará a medio plazo una capacidad de proceso superior a varios petaflops con el objetivo de superar la barrera Exaflop en el horizonte de 2019.
Se trata, en última instancia, de que la comunidad científica e investigadora del Viejo Continente pueda mantener su competitividad en el contexto global. “Contar con capacidad de cálculo suficiente es un activo decisivo para el desarrollo científico y tecnológico de un país”, indicó durante el acto inaugural el secretario de estado de Investigación, Felipe Pétriz.
De hecho, PRACE Research Infrastructure (RI) ya ha empezado a operar. El primer sistema en producción es un superordenador IBM Blue Gene, bautizado como Jugene e instalado en el Forschungszenturm Jülich (FZJ) en Alemania. Con una capacidad de cálculo de 825,5 Tflops, este superordenador aparece en la quinta posición de la más reciente edición de la lista Top500.
Actualmente en la asociación PRACE Research Infrastructure (RI), localizada en Bruselas, participan 19 miembros representantes de Austria, Bulgaria, Chipre, República Checa, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Holanda, Polonia, Portugal, Serbia, España, Suecia, Suiza, Turquía y Reino Único, estando prevista la incorporación de Noruega a finales de este mes de junio.