“He vuelto, he vuelto”, remarcó Mark Hurd, el flamante presidente de Oracle, ante las casi 3.000 personas que abarrotaban el auditorio principal de OpenWorld 2010. Y lo hacía para poner fin a la incertidumbre de muchos, que se han preguntado en las últimas semanas si realmente se iba a poner alguna vez su nuevo mono de trabajo, sobre todo cuando pesa sobre él una denuncia de su ex compañía, HP, que quiere evitar que Hurd desvele secretos industriales a su nuevo empleador.
Hurd habló de la nueva versión de la máquina de almacenamiento Exadata, que fue la protagonista el año pasado y que abrió una nueva línea de actuación en la compañía: la de configurar sistemas muy acabados, casi plug and play, combinando el software tradicional de Oracle y el hardware de Sun.  
La nueva Exadata Database Machine X2-8, que estará disponible en cuatro configuraciones, puede cargar dos servidores con un total de 128 procesadores de Intel y 2 terabytes de memoria; además de 14 servidores Exadata que permiten almacenar 336 terbaytes. La conectividad exterior la hace el sistema a través de tecnología 10 Gigabit. Por otra parte, Oracle dejará que sean los clientes los que elijan el software que gobierna la máquina, aunque tendrán sólo dos opciones: Linux y Solaris.
Asimismo, Oracle ha anunciado que ya trabaja en la versión 2011 de Solaris. Se trata de Solaris 11 Express, que saldrá al mercado durante el año que viene. La compañía quiere mejorar aspectos como el rendimiento de aplicaciones o la seguridad del sistema. También ha declarado su propósito de reducir los costes de mantenimiento bajando los “reinicios” del sistema hasta en un 50%. El sistema está pensado para soportar tanto Exadata como Exalogic, la máquina presentada ayer en este mismo foro y que está destinada a entornos de cloud computing.
