El CESGA ha puesto sobre el tapete las grandes posibilidades que cloud computing ofrece para mitigar las limitaciones de la enseñanza en comunidades rurales dispersas como es frecuente en Galicia. La Xunta ha presentado el proyecto piloto, denominado ‘Comunidades Rurales virtuales para la educación en la nube’, que se ha implantado en el Colegio Rural Agrupado (CRA) de Boqueixón Vedra -formado por siete escuelas y un total de 91 alumnos- ideado y puesto en marcha por el centro de supercomputación gallego.
El proyecto ha conseguido importantes credenciales y ha sido capaz de atraer la inversión de Silicon Valley, como confirma el consellero de Educación, Xesús Vázquez Abad: “la iniciativa tiene tal calidad que, fue escogido por la división de I+D de Hewlett Packard en Palo Alto (California), para ser uno de los únicos tres centros del mundo que fueron financiados para desarrollar sus proyectos piloto en este campo, igual que una universidad norteamericana de Idaho y una universidad de Taiwán”.
Gracias a la tecnología de computación en la nube, los profesores y alumnos de las siete escuelas de educación primaria e infantil pueden comunicarse entre sí, y trabajar y hacer actividades escolares de forma conjunta sin tener que desplazarse, a través de la red. La tecnología cloud permite acceder a una serie de servicios informáticos y responder a las necesidades del usuario de forma flexible y personalizada, a través de Internet y sin necesidad de la ayuda de expertos informáticos.
Con una solución de software libre y código abierto los usuarios trabajan en una plataforma sencilla que es acomodada tanto para el profesorado como para los estudiantes y sus familias, gracias al que no es necesario contar con los recursos y programas instalados en cada ordenador, sino que se puede contar con los materiales didácticos y recursos de aula en un espacio común, disponible desde cualquier ordenador o incluso móvil, conectado a Internet, para todos los miembros de la comunidad educativa.
“Es decir, que no son necesarios emails, ni memorias USB, ni la instalación de software en cada ordenador, sino que todo el material para el trabajo colaborativo está en red para todo el que precise emplearlo”, explicó el conselleiro de Educación. De este modo además se reducen al mínimo las dificultades técnicas, se limitan los costes de licencias de software, y se crea un entorno de trabajo virtual a través de una única aplicación ligera, estructurada en varios niveles de acceso, según el perfil del usuario final.
