La industria busca un punto de conexión ante la adopción de cloud computing

Durante la Tertulia que COMPUTING ha organizado con VMware y Accenture, los CIO presentes han puesto de manifiesto que la industria aún debe madurar ciertos aspectos que hagan del cloud una realidad.

Publicado el 20 May 2011

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Atendiendo por cloud computing o “computación en nube” el suministro dinámico de capacidades de TI (hardware, software o servicios) por parte de terceros a través de una red, resulta crucial comprender cómo esta tecnología, aparejada con la virtualización y automatización de los centros de datos, modifica el entorno de trabajo y permite a los profesionales de TI concentrar mejor su actividad para aportar un mayor valor al negocio. Este es el objetivo que persigue esta Tertulia, organizada por COMPUTING en colaboración con Accenture y VMware, donde se ha analizado el proceso de modernización de infraestructuras que supone la virtualización y la construcción de clouds privadas, públicas e híbridas.

Abría la tertulia Manuel López, socio responsable de Consultoría de Infraestructuras de Accenture, dando una orientación del estado actual del cloud computing y la virtualización. “Estamos ante un proceso de evolución y transformación hacia un modelo de servicios diferente, con unos niveles de eficiencia mayores y con un mejor aprovechamiento de los recursos. Y en este camino estamos percibiendo que la mayoría de las organizaciones tienen ya un avance razonable en muchos tipos de entornos y servicios. Ahora el punto actual es extenderlo a entornos más críticos y aprovechar la ventaja de la virtualización para cambiar el servicio que dan las TI al negocio, introduciendo una mayor eficiencia en la forma de operar, y más agilidad en el despliegue de servicios. Asimismo, desde nuestro punto de vista hay un momento importante en cuanto a la posibilidad de abordar nuevos tipos de servicio como la arquitectura como servicio, buscar proveedores no tradicionales como pueden ser las telco carriers, o utilizar otros modelos de infraestructura prestados bajo otra forma distinta a la tradicional de las plataformas verticales, muy cerradas y propietarias”.

Del mismo modo, Alfonso Ramírez, director general de VMware, aportaba su visión: “la percepción inicial que tenían los clientes del cloud era de nube pública, que les daba un servicio en lugar de hacerlo internamente y que les daba facilidad de despliegue, era automático, no había que invertir en infraestructuras… El concepto de VMware claramente es poder conseguir las mismas características que se pueden conseguir en una nube pública, pero internamente y en aplicaciones críticas, es decir, que puedan compartir recursos a través de la virtualización con costes mucho más bajos, que se puedan asignar costes a las distintas áreas en el modelo de pago por uso y no por recursos físicos. El modelo que vemos en el horizonte, por tanto, es un modelo híbrido donde los clientes harán una transformación de sus infraestructuras, donde las aplicaciones críticas serán gestionadas de manera interna con las tecnologías que ya tienen pero que se utilizarán de manera diferente con la virtualización, automatización, autoprovisionamiento…, y van a tener una oferta que hasta ahora no era factible de poder hacerlo sin una inversión, utilizando recursos externos. Por tanto, las tecnologías de virtualización y automatización se van a utilizar de forma interna y externa, y va a ser decisión de los clientes cómo usarlas para aspectos de seguridad, SLA, control… Va a haber procesos de decisión que van a cambiar completamente cómo se han hecho las cosas hasta ahora”.

Efectivamente, nos encontramos en los inicios del cloud computing. Muchas son las organizaciones que afirman estar en la nube, pero en la nube privada, en procesos de estandarización y automatización para satisfacer las necesidades de la empresa y gestionar los recursos subyacentes de la forma más eficaz posible. Aún es pronto para aventurarse en un entorno más abierto, de cloud público o híbrido, aunque el futuro se perfila en esa dirección. El grupo empresarial Bergé, por ejemplo, comparte esta situación. Tal y como explicaba su director de Informática, Rafael Abreu, “desde hace dos años decidimos abordar una iniciativa singular orientada a provechar una renovación de infraestructuras para introducir conceptos como la virtualización del puesto de trabajo o consolidación del datacenter, utilizando recursos internos y externos. En realidad, se trata de un concepto de nube privada, no tan híbrida de momento, que nos permite trasladar los costes en pago por uso. Nos queda un año y medio para finalizar este proceso de transformación y poder generar las TI en régimen permanente de servicio. Lo cierto es que son proyectos complejos desde el punto de vista de la transformación cultural de la compañía. Los usuarios empresariales afrontan un proceso de transformación que va más allá de la complejidad tecnológica; es una cuestión más cultural que tecnológica”.

Además de esta barrera cultural para migrar a la nube pública o híbrida, los asistentes a la mesa redonda apuntaron otra cuestión, más relacionada con los fabricantes que con sus propias organizaciones, y que se encuentra relacionada con las restricciones de ciertos proveedores a virtualizar determinados entornos. Joaquín Reyes, director de Sistemas de Información de Cepsa, apuntaba lo siguiente: “nosotros hemos trabajado en dos líneas de ataque: eficiencia en la gestión de los servicios que prestamos internamente, y otra, la continuidad del negocio con planes de contingencia. En la primera el tema de la eficiencia ha sido más sencillo porque hemos comoditizado toda la infraestructura en una sola plataforma blade virtualizada con open source. Se ha conseguido que el ERP y los sistemas departamentales funcionen en un entorno virtualizado, -aunque en algunos casos no se ha podido virtualizar por restricciones de los propios fabricantes-, produciendo un ahorro brutal en coste inicial sobre todo. El coste de mantenimiento del ERP se ha reducido un 80%. Y desde el punto de vista del servicio, el tiempo de provisión de los recursos antes era de dos semanas y ahora la media son dos días. Igualmente, en disponibilidad hemos conseguido eficiencia; el modelo de contingencia que teníamos antes basado en cluster geográfico vemos que es más fácil tenerlo con imágenes virtualizadas, aparte de que antes había mucha redundancia de hardware. No obstante, como todo no se ha podido virtualizar, la nube va a estar basada en elementos físicos no virtualizables y en elementos virtualizados. Esto plantea una situación extraña en el futuro, por no hablar de los temas de seguridad, que en entornos virtualizados teóricamente tiene que dar un servicio más a ras de la aplicación y eso está muy lejos todavía de poder utilizarse; y de ciertos fabricantes, que ponen trabas a virtualizar sus entornos o bien se observa que estos no son compatibles con otros”.

Independientemente de estas cuestiones, lo cierto es que los directivos reunidos coincidían en elogiar las ventajas y virtudes de haber emprendido un proceso de virtualización, con el que han ganado tiempo para respaldar proyectos empresariales estratégicos. En líneas generales, la mayoría ha obtenido tiempos de respuesta más breves, costes más bajos, y reducción de la complejidad de la infraestructura, que ahora puede ser autogestionada según demanda. “En nuestro caso, la virtualización y el cloud han servido de palanca para un proceso de optimización de costes”, afirmaba Fernando Lucero, director de Organización y Sistemas de Isolux Corsán. “Hemos tenido que reducir costes y mejorar la infraestructura que teníamos; y tanto la virtualización como el modelo cloud a nivel privado, -porque a nivel público aún hay aspectos a los que adaptarse-, nos ha servido para cumplir objetivos de reducción de costes y mejorar aspectos de eficiencia y alta disponibilidad. Antes, montar una infraestructura que soportase la disponibilidad que queríamos con unos tiempos de provisión adecuados era complejo; pero ahora mismo, sin ser un paradigma y sin decir que el cloud es la panacea, es una tecnología que nos está ayudando desde el enfoque de reducción de costes, que es lo que en estos tiempos se espera de nosotros: intentar hacer más con menos”, añade.

¿CLOUD PÚBLICO O PRIVADO?

Cierto es que hoy en día los departamentos de TI están enfrentados a un descenso de los recursos y a un aumento de las necesidades empresariales. Decantarse por el cloud computing para proporcionar un modelo más eficaz, flexible y rentable para proporcionar a la empresa las TI como un servicio, se presenta como una de las mejores opciones. Sin embargo, ¿qué elegir?, ¿nube pública, privada o híbrida? El debate estaba servido.

Juan Francisco Griñán, responsable de Virtualización y CPD de Vodafone, concretaba en este punto que el cloud tiene dos caras, “una parte pública y otra privada. En Vodafone, por ejemplo, estamos integrando todos los CPD que tenemos en el mundo en una nube privada, una integración que nos va a permitir una mayor flexibilidad y compartir recursos. Es un tema de eficiencia pero también de velocidad en la provisión del servicio. Sin embargo, la tecnología aún tiene barreras. Hay sistemas que están en infraestructuras que no son virtualizables, pero que tenemos que seguir manteniendo. En la parte pública, nosotros ofrecemos servicios en la nube. Hemos apostado porque las centralitas de las empresas estuvieran en la nube, y además este servicio lo extendemos con comunicaciones integradas y un portal de soluciones. Todo este portfolio nosotros lo consumimos internamente, pero también lo ofrecemos externamente para nuestros clientes. Por supuesto ambas nubes están separadas”.

Para José Fernández, director de Explotación y Sistemas de Banco Popular, el factor que inclinaría la balanza hacia uno u otro modelo se encuentra principalmente en la seguridad. “Hay mucho boom alrededor del cloud. Larry Ellison decía que la industria de las TI se mueve más por modas que la moda de la mujer. Posiblemente sea verdad. Es cierto que muchos conceptos del cloud ya los hacemos, por ejemplo, tenemos una intranet privada donde ponemos las aplicaciones. Yo creo que la nube se desarrollará desde el modelo de servicios privados. Por ejemplo, en aplicaciones por servicio. Lo que pagamos en licencias por programas que una persona usa una vez al día o al mes es una montaña de costes, pero si fuéramos capaces de moverlos al modelo de servicio, nos ahorraríamos muchísimo. Luego vendría la extensión al coud híbrido. El problema aquí sería el concepto de seguridad e interoperabilidad, cómo intercambiamos los datos entre nuestra infraestructura y la del proveedor que tengamos contratado, y cómo asegurar esa interoperabilidad. Se ha mencionado también el dilema cultural, y yo creo que hay un gran reparo en poner la información en la nube porque tiene un valor estratégico que puede ser aprovechado por otro que quiera acceder a información de nuestros clientes. En el tema del cloud privado, público o híbrido, se tienen que resolver muchos problemas técnicos, de seguridad y culturales”, según declaraba.

SIN OLVIDAR A LA PYME

Miguel Ángel Victoria, Business Innovation Manager de Orange, introducía en este punto de la conversación una nueva derivada a comentar: la pyme. “Está claro que el cloud privado es el primer paso lógico al estar asociado a las grandes compañías,su capacidad TI, reducción de costes y el ROI, pero no tenemos que olvidar la parte del cloud público por la gran masa empresarial que mueve este país, que son las pymes. Si queremos que esto llegue a ser un nuevo concepto que introduzca de forma masiva dos parámetros básicos, rapidez en el despliegue y compartición de recursos, tenemos que pensar en la pyme. En este sentido no podemos olvidar cuál es la relación que tiene una pyme con el mundo de los grandes proveedores de infraestructuras. Realmente aquí las operadoras estamos a la cabeza, ya que este tipo de compañías suele tener como proveedor de servicios a su empresa de telecomunicaciones. Nuestra figura como broker es importante para conseguir llevar el concepto del cloud a la pyme, que insisto es el segmento empresarial más importante de nuestro país. Para ello hay que pensar en dar una solución lo más estándar posible a la vez que flexible, ya que cada cliente o país tiene sus particularidades, sin olvidarnos de ofrecer un entorno de comunicación seguro”, apuntaba.

LA INDUSTRIA DEBE CAMBIAR

Si bien el cloud computing proporciona el enfoque, y los proveedores facilitan una vía pragmática y soluciones que permiten proteger las inversiones en tecnología y conseguir habilitarlas como un servicio, José María Tavera, director de Tecnologías de la Información de Acciona, ponía sobre la mesa otras cuestiones, más delicadas si cabe, y relacionadas con la inmadurez de la oferta.“Más bien, yo haría incidencia en la diferenciación entre virtualización y cloud. La virtualización es un conjunto de técnicas aparecidas hace años que ha facilitado el trabajo a los responsables de TI pero que también ha contribuido a mejorar la eficiencia, los costes y la calidad del servicio. Es como otros avances tecnológicos que hemos tenido desde hace 20 o 30 años. Ha habido un movimiento de la industria hacia un concepto cuya idea ya existía en los albores, aunque hasta ahora no se ha podido concretar tecnológicamente. Luego aparece el concepto de cloud, donde coincido en que estamos en un entorno donde la industria hace un marketing extensivo de una idea o palabra, y unas veces se concreta en algo, y otras veces se ve difuminado. Pero, ¿qué hace que esta palabra cuaje y otras no? Pues precisamente que detrás del concepto exista algo concreto. Personalmente creo que estamos en un momento en que detrás de la palabra va a haber algo. Confío en que haya un cambio de paradigma, aunque los distintos jugadores de la industria ven esto con cierto recelo. Por ejemplo, cuando hablamos de fabricantes de software, una vez que se reflexione sobre el coste de las licencias y el cloud llegue a alcanzar un cierto posicionamiento, resolveríamos esto. Si hablamos de fabricantes de hardware y lo que puede significar el servicio de infraestructura, servidores o almacenamiento, que no está tan preparado, de alguna manera no tiene la misma respuesta a este concepto que otros. Todo eso se mezcla, cada uno tiene intereses diferentes, introducimos apellidos a los nombres como híbrida, pública o privada… pero en cualquier caso yo sí que creo que tenemos un nivel de madurez en la tecnología que va a permitir que estos conceptos alrededor de la palabra cloud -como la provisión automática, pago por uso, diferenciación de los costes en base al uso, analítica de los costes de TI…- se pongan más en el formato del nuevo modelo de provisión de estos servicios. Ahora, aún estamos en una situación donde esto todavía no se ha concretado porque hay muchas fuerzas, pero para que suceda alguno de los jugadores de la industria va a tener que canibalizar de alguna manera parte de sus ingresos o de sus ofertas”, manifestaba.

Asentía Antonio Oriol, director de Outsourcing de Infraestructuras Tecnológicas de Telefónica, en que realmente el mercado se encuentra en un punto de inflexión y en plena metamorfosis. “Desde Telefónica, pensamos que estamos ante una transformación de la industria, un cambio inexorable. Por ejemplo, en el mundo de las comunicaciones hemos visto cambios parecidos, cuando los clientes tenían que construirse sus propias redes de datos. Coincido en que en esta industria jugamos con palabras como cloud, que está de moda, y ahora cualquier proyecto de virtualización se convierte en nube privada. Es verdad que los clientes están haciendo masivamente proyectos de virtualización, aunque no en todos los entornos donde quisieran, porque en algunos se requieren ciertas especificaciones o porque hay proveedores que no se lo permiten. Pero cada vez más los servicios cloud van a ser una pieza más de esa infraestructura. Antes, se tomaban decisiones de hacer algo in-house o llevarlo al proveedor de hosting, y ahora los clientes deciden si gestionar con la misma herramienta sus servidores y CPD o contratar a un proveedor para ello con unos niveles de disponibilidad altísimos”, ratificaba.

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Redacción

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