El desafío del backup y la recuperación de los datos en el mundo virtualizado

Según IDC, los paradigmas y arquitecturas de protección de datos deben evolucionar.

Publicado el 31 Ago 2011

Las empresas suelen iniciar el proceso de virtualización de servidores sin dificultades, normalmente con las aplicaciones de TI internas. Una vez que han probado los evidentes beneficios de esta tecnología, no tardan mucho en emprender un proyecto más ambicioso: virtualizar tantos servidores y aplicaciones corporativos como sea posible. Y después se encuentran con varios obstáculos: la expansión del servidor virtual dificulta la administración de su infraestructura, se producen cuellos de botella como consecuencia de la disputa por los recursos, y ya no se pueden encontrar ventanas de backup. La solución pasa por la innovación: una mejora de la gestión y unos procesos de backup y recuperación más sólidos, específicamente diseñados para el panorama de las TI actuales.
    Según IDC, los paradigmas y arquitecturas de protección de datos, sobre todo en lo referente al backup y a la recuperación de datos, deben cambiar para adaptarse a los entornos virtuales. Fases de la virtualización La virtualización consta principalmente de tres fases. La primera se conoce como ‘infraestructura TI en producción’. El departamento de TI despliega la virtualización de las aplicaciones internas, como los servidores Web o ciertas aplicaciones. A pesar de que son importantes, estos elementos no se pueden considerar críticos para la empresa. La fase 2 se puede denominar de ‘infraestructura de negocio en producción’. En ella, el objetivo consiste en adaptar la virtualización de los recursos de TI a las metas de la empresa. En lugar de limitarse a aumentar la eficiencia de las TI, en este punto se busca ampliar dicha eficiencia a la totalidad de la organización mediante la racionalización de los procesos empresariales. La fase 3, denominada ‘TI como servicio (ITaaS)’, es donde realmente se desarrolla todo el potencial de agilidad de la organización. Es en este punto cuando obtiene el mayor beneficio posible de la virtualización gracias a la optimización de los procesos y a la eficiencia de costes de las TI.     Los obstáculos de los procesos de backup tradicionales Tarde o temprano, todas las organizaciones que se encuentran en la segunda fase llegan a la misma conclusión: un mayor nivel de virtualización conlleva una proliferación de las necesidades de protección de datos. ¿Por qué? En el antiguo paradigma del mundo físico, el backup se llevaba a cabo en una serie de servidores, cada uno de ellos relativamente mal aprovechado en cuanto a CPU, RAM y espacio en disco. En consecuencia, se disponía de abundantes recursos con los que realizar las operaciones de backup necesarias. Pero a medida que va aumentando el índice de virtualización, las aplicaciones de backup de última generación acaban llegando a un límite. La razón es sencilla: es muy habitual encontrar la consolidación de 20 máquinas virtuales (MV) en un servidor físico. Esto supone una sobrecarga de backup 20 veces superior en ese único servidor, además de cualquier sobrecarga adicional consumida por VMware.     Los recursos de CPU/memoria no son los únicos perjudicados: el ancho de banda también se ve mucho más limitado en un entorno con muchas MV. Es preciso llevar a cabo una transición hacia un enfoque proactivo del backup de MV. De hecho, es una necesidad cuando una organización quiere avanzar en las fases de virtualización y lograr agilidad empresarial. Aquellos que siguen empleando procesos de backup anticuados, inevitablemente quedan empantanados en la fase 2 y no pueden avanzar hacia la fase 3. En consecuencia, el éxito en los altamente virtualizados centros de datos actuales pasa por la resolución de varios aspectos críticos.   Corregir la disputa por los recursos. B. Limitar el aumento del almacenamiento. C. Permitir una recuperación más eficaz en caso de desastre. D. Ofrecer valor empresarial a través de una reducción de los costes de infraestructura de backup, una mejora de las operaciones y una disminución del riesgo.     El reto consiste en simplificar los backup, reduciendo el riesgo y los costes al mismo tiempo. Esto se puede lograr mediante una combinación de deduplicación y una renovación del diseño del backup y la recuperación adaptado al mundo virtual.     Backup compatible con la deduplicación y la virtualización La deduplicación se puede conseguir de distintas formas. Los sistemas de almacenamiento de deduplicación resultan especialmente eficaces limitando un crecimiento explosivo del almacenamiento y ofreciendo una recuperación ante desastres más fiable a través de la replicación. Al sustituir el disco por la cinta y trabajar con el software de backup existente, se consiguen importantes beneficios para la empresa. Pero la deduplicación tan solo es una pieza del rompecabezas. Debe ir acompañada de las últimas aplicaciones de software de backup compatibles con un entorno virtual.     En lugar de llevar a cabo procesos de backup del mismo modo que en el mundo físico, el software de backup de última generación se integra plenamente con el entorno virtual para ofrecer mayor rapidez en estos procesos y facilidad de gestión, al tiempo que minimiza el uso de los recursos. La combinación de deduplicación en tándem con un backup específico para entornos virtuales conforma un entorno de trabajo ideal para plataformas virtuales. Satisfaciendo de forma proactiva las necesidades de backup y recuperación en un entorno virtual, las empresas pueden no sólo evitar la carga de los procesos con cuellos de botella, sino también sentar las bases para una transición suave hacia la tercera fase de la virtualización, donde conseguirán la agilidad necesaria para competir en los difíciles tiempos que corren.

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Redacción Computing

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