Cómo desarrollar prácticas de Big Data de una forma ética

Matt Wolken es Vice President & General Manager, Information Management Products, de Dell Software.

Publicado el 27 Jun 2014

Matt Wolken

Big Data se está convirtiendo, cada vez más, en un gran reto para las empresas, y gran parte de la discusión gira en torno a dos temas principales: la necesidad de encontrar formas más efectivas para gestionar las grandes cantidades de datos, y la necesidad de aprovechar la oportunidad que ofrece esta proliferación de datos para tomar mejores decisiones. Además existe otro aspecto muy importante que a menudo se pasa por alto, la necesidad de construir prácticas de Big Data éticas, que tengan en cuenta la privacidad de los clientes.

La ética en Big Data es un tema complicado, ya que, ¿qué es exactamente lo que consideramos como privacidad?, y ¿cuál es el derecho de un individuo a la privacidad? Los límites de la privacidad pueden diferir entre culturas, y además ¿quién tiene la responsabilidad de proteger dicha privacidad?

Este problema se vuelve aún más complicado cuando hablamos de ciertas informaciones que se intercambian entre clientes y empresas. En algunos casos, por ejemplo con los datos que un paciente o cliente da a su médico o abogado, está claro que la responsabilidad de proteger la privacidad debe recaer siempre en el receptor de la misma. Hubo una época en la que este concepto tenía sentido, sin embargo en la era del Big Data ha dejado de tenerlo.
Ahora la información digital fluye fácilmente, su intercambio es algo sencillo, y su distribución es instantánea y global. Además es cada vez más importante para las empresas conocer la identidad y los patrones de consumo del cliente final. En otras palabras, las empresas no sólo están recibiendo información, sino que la están usando, con un propósito determinado.

El cambio en las necesidades de las empresas de beneficiarse de la información personal supone que ahora la responsabilidad de asegurar la privacidad ha pasado definitivamente al que usa la información, y eso significa que las empresas deberían tomar de forma inmediata las medidas necesarias para garantizar que sus programas de Big Data sean implementados con la idea de la privacidad en mente.

1 – Conocer y entender los factores de riesgo
Es fundamental que todos los que están involucrados en una iniciativa de Big Data entiendan los riesgos asociados con el uso de información de los clientes. Tal vez el mayor riesgo radica en la fusión que en ocasiones se produce entre datos que han sido adquiridos, con otros datos que se desprenden por ejemplo e patrones de compra, búsquedas en Internet o similares, que no han sido expresamente comentados por el cliente, pero que pueden servir para inferir o detectar información no divulgada, y que puede ser considerada como privada a los ojos del cliente.
Así para asegurar que se está desarrollando una práctica ética, sólo se debería contactar a los clientes basándose en la información revelada directamente por los mismos.

2 – Educar a los usuarios
Los empleados deben asumir la responsabilidad de lo que hacen con los datos de los clientes, por lo que es necesario que la empresa eduque a su personal sobre qué nivel de uso de los datos es aceptable, y a la inversa, cuáles son las áreas que pueden ser potencialmente dañinas tanto para el cliente como para la empresa. Por ejemplo, si los datos aportados por un cliente en una encuesta, muestran que dicho cliente tiene un riesgo elevado
de padecer una enfermedad, ¿debería una empresa tratarlo como si ya estuviera enfermo, con sus materiales
de promoción y ofertas de productos, a pesar de que el mismo pueda estar perfectamente sano actualmente?

3 – Diseñar y utilizar herramientas con la privacidad en mente

Las tecnologías de análisis de Big Data actuales son sin duda muy potentes y cada vez mejores, lo que permite a los profesionales que tratan la información llegar más lejos que nunca. Por tanto, sin una cuidadosa consideración tanto por parte del diseñador como del usuario de un sistema de análisis, puede que se produzcan excesos en los límites aceptables.

4 – El ejemplo debe venir desde la dirección
Los empleados siguen el ejemplo de los mandos superiores en las empresas, y en el caso de Big Data esto no es una excepción. Los ejecutivos de alto nivel y los líderes de proyecto deben dejar bien claro a los empleados que no es aceptable alcanzar los objetivos de negocio a costa de la privacidad de los clientes. La necesidad de obtener información de valor a través de Big Data es importante, pero la responsabilidad para exigir a los empleados que sigan un camino ético está en los líderes de las empresas.

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Redacción

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