¡Feliz cumpleaños, Mainframe!

Pedro Soldado es General Manager for Iberia & LATAM de Micro Focus.

Publicado el 11 Nov 2014

mainframe

El 7 de abril de 1964 IBM presentaba su System 360, el primer mainframe que marcaba un antes y un después y cuya filosofía sigue vigente hoy, cincuenta años después. Amados por su capacidad y fiabilidad y denostados por su complejidad y costes, los mainframe se han reinventado una y otra vez y siguen siendo una pieza clave e insustituible en las grandes organizaciones, siempre de la mano de otro superviviente de éxito, el lenguaje Cobol, que le ha acompañado desde el primer día.

Los mainframes abandonaron hace años su ‘torre de cristal’ y hoy conviven con todo tipo de sistemas y en cualquier escenario. Están detrás de operaciones cotidianas como leer un código de barras, sacar efectivo de un cajero o reservar un billete de avión. Han pasado de las posiciones defensivas: eran los ‘guardianes del tesoro’ de las grandes aplicaciones corporativas sobre las que pivotaban los negocios, a ‘compartir ese tesoro’, a través de un móvil o en la nube, abriéndose a otros sistemas operativos y lenguajes.

Por qué el mainframe

La capacidad de un mainframe se define tanto por la velocidad de su CPU como por su gran memoria interna, su alta y gran capacidad de almacenamiento externo, la alta velocidad de sus dispositivos E/S, la gran calidad de su ingeniería interna, altamente fiable, con soporte técnico caro pero excelente. Un mainframe puede funcionar durante años sin problemas ni interrupciones y se puede reparar sin dejar de funcionar o haciéndolo, temporalmente, sobre otras máquinas. Su independencia interna es tan grande que en una ocasión los técnicos pudieron cambiar las computadoras centrales de sitio, desmontándolas pieza a pieza y montándolas en otro lugar, sin que dejaran de funcionar. A menudo, los mainframes soportan miles de usuarios simultáneos que se conectan mediante falsos terminales. Además, algunos sistemas pueden ejecutar o dar cobijo a muchos sistemas operativos y por lo tanto, no funcionan como una computadora sola, sino como varias computadoras virtuales. De esta manera, un solo mainframe puede remplazar docenas o cientos de pequeñas computadoras personales, reduciendo los costes administrativos y de gestión al tiempo y ofreciendo una escalabilidad y fiabilidad mucho mejor.

Sin embargo, las empresas descubrieron que los servidores basados en diseños de microcomputadoras se podían instalar con un coste mucho menor y ofrecer a los usuarios locales un mayor control de sus propios sistemas. La demanda cayó en picado y las instalaciones de mainframes se restringieron sobre todo a las instituciones financieras con necesidades de procesamiento de grandes cantidades de datos. Durante un tiempo, los analistas afirmaron que el mercado de mainframes estaba terminado y que sería sustituido por redes de ordenadores personales. Pero no fue así.

Nueva vida

En los noventa se identifican nuevos usos para los mainframe, que ahora podían ofrecer servidores web con una potencia similar a la de cientos de pequeñas computadoras personales, pero con mucha menos electricidad y costes administrativos. En paralelo, la aparición de GNU/Linux, capaz de ejecutarse en muchos sistemas mainframe diferentes, directamente o a través de una máquina virtual, permitía aprovecharse de la experiencia en programación y de las comunidades del mercado de las computadoras personales. Con el paso del tiempo el mainframe ha ido evolucionando hasta el punto de que el 55% de las aplicaciones móviles necesitan esta tecnología. Hoy, el System Z se ha convertido en la plataforma tecnológica de referencia. La evolución del mainframe no se detiene y tiene numerosas aplicaciones, desde sistemas cognitivos, capacidades híbridas y de gestión de la nube, circuitos ópticos, almacenamiento atómico, interfaces intuitivas, hasta la virtualización avanzada. El mainframe moderno quiere seguir liderando la transformación digital en la que se precisan motores analíticos que presenten resultados en tiempo real. Y es que estos sistemas son perfectos para la adopción cloud. Además, el 80% de los datos corporativos que existen en el mundo se almacenan o se originan en mainframe.

Esta aventura no hubiera sido posible sin el concurso de Cobol y de compañías que, como Micro Focus, no perdieron la fe en este lenguaje, manteniéndole y dotándole de modernas herramientas de programación. Así, la modernización y migración de las aplicaciones críticas de negocio y la extensión del Cobol a entornos de última generación como el Big Data, el cloud computing o la movilidad han sido decisivos en el éxito y vitalidad del mainframe, apoyado en un Cobol que vive su segunda juventud.

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Redacción Computing

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