El potencial del mercado de la mHealth es mucho mayor que el alcanzado hasta ahora por los modelos de gestión sanitaria actuales. Los dispositivos y aplicaciones disponibles ayudan, pero no solucionan del todo el cuidado y seguimiento de los pacientes crónicos ni permiten reducir la costosa factura del sistema público de salud. Todavía hay mucho margen de mejora y la tecnología actual permitiría reducir sustancialmente esta carga. Sin embargo, el mercado de la mHealth será sólo de 5.700 millones en 2017, frente billón de euros que suponen los costes sanitarios totales en Europa, según datos de la International Diabetes Federation (IDF).
“Cambiar la gestión de los recursos pasando del modelo actual, basado en el pago por enfermedad y tratamiento, a un modelo que apuesta por la salud y la prevención de complicaciones reduciría a la mitad los costes para el sistema sanitario”. Ésta es la principal conclusión que ha trasladado Lars Kalfhaus, director general y presidente de Roche Diabetes Care Spain y de Emminens Healthcare Services, durante su conferencia “Re-structuring the healthcare delivery”, celebrada hoy en el marco del Mobile World Congress 2016.
En este sentido, la OMS afirma que el 80% de las complicaciones de la Diabetes tipo 2 podrían llegar a prevenirse si se cambiaran las políticas públicas hacia un modelo más enfocado a la prevención, modelo en el que la mHealth podría contribuir de forma muy activa. Además, según IDF, el cambio de modelo también ayudaría a disminuir en entre un 30% y un 50% los costes indirectos derivados de la enfermedad; absentismo laboral, reducción de la productividad, discapacidad y desempleo entre otros.
Sólo la utilización de las soluciones que ofrece la Digital health permitiría ahorrar 50.000 millones de dólares, casi 45.500 millones de euros al sistema sanitario en USA, según datos del U.S. Department of Health & Human Services. En España, la atención personalizada del paciente crónico a través de plataformas tecnológicas permitiría reducir el coste del tratamiento hasta un 12%, según el informe Emminens sobre el impacto de la eSalud en la Atención del Paciente Crónico, presentado en el Congreso Nacional de Atención al paciente crónico en el 2015. A nivel europeo, ello supondría un ahorro de 5,7 millones de euros en costes directos, en el caso de la diabetes.
Por otro lado, para obtener mejores resultados de salud, también es clave el apoyo a los pacientes a través de la tecnología, tanto a nivel de control de sus parámetros diarios como a través de la adquisición de mayores conocimientos sobre su enfermedad.
“Actualmente está aumentando el número de pacientes, con el consecuente incremento de costes que ello supone para el sistema sanitario. Además, al mismo tiempo, está disminuyendo el número de profesionales médicos. Por tanto, podemos decir que el sistema sanitario hoy no está preparado para atender a la demanda de pacientes crónicos”, ha afirmado Kalfhaus.
Según la misma organización, a nivel mundial, la incidencia de la diabetes crecerá un 40% durante los próximos 25 años, alcanzando proporciones epidémicas, lo que significa en 2040 habrá 625 millones de personas diabéticas en todo el mundo.
Ante esta situación, “se hace necesaria una mejora inmediata de la forma en que los pacientes crónicos y, especialmente, los diabéticos, se enfrentan a su propia enfermedad, para que manejarla de manera adecuada en su día a día permita no sólo un mayor autocontrol y, por tanto, una mejor calidad de vida, sino una reducción de costes económicos para el sistema sanitario”, según Lars Kalfhaus.
En ese sentido, “las posibilidades que ofrecen las herramientas tecnológicas que la Digital health pone a nuestro alcance son clave para dar respuesta a los retos de la diabetes y las enfermedades crónicas asociadas y conseguir reducir considerablemente los costes indirectos y los asociados al 80% de complicaciones que, en la actualidad, son evitables”, ha destacado Kalfhaus.
El uso de soluciones digitales permite, incluso, modificar los patrones de conducta de los pacientes para conseguir que, de esta forma, sean mucho más eficientes en el manejo de su enfermedad y que su comportamiento contribuya, en consecuencia, a reducir la carga económica que la patología supone para el sistema sanitario.
Y para modificar la conducta también es imprescindible la educación terapéutica, que gracias a las posibilidades que ofrece la tecnología puede realizarse de forma online. De este modo, se facilita que los pacientes puedan adquirir un mayor conocimiento de su enfermedad, lo que repercute en un mejor control y una disminución de las complicaciones.