Para la consultora LEDAmc, el producto y la productividad son elementos básicos e imprescindibles para cualquier modelo de Gobierno de Desarrollo de Software. Lo importante es tener un modelo basado en lo que se produce y en la calidad de los producido. Para conocer qué está haciendo el sector de banca y seguros en esta materia, la consultora y Computing han llevado a cabo un encuentro en el que queda patente no solamente que la calidad del software es un imperativo, sino también que este colectivo está dando pasos importantes para la consecución de la gestión de la productividad en este complejo proceso de desarrollo de software.
La mejora de la productividad en la realización de las pruebas debe favorecer que se diseñe y ejecute un mayor número de pruebas en menos tiempo y que estas sean mucho más efectivas, encontrando un mayor número de defectos. Conscientes de ello, la banca y los seguros españoles ya se han puesto manos a la obra. Así lo constata Oriol Rebull, director de Arquitectura Informática de Silk, filial tecnológica de CaixaBank.“Disponemos de nuestras propias herramientas de desarrollo que nos permiten controlar la productividad durante todo el ciclo de vida del software, manteniendo los máximos estándares de seguridad y calidad”. No obstante, la entidad está en constante revisión de los parámetros de productividad. “Revisamos periódicamente el uso de nuestras herramientas para identificar mejoras que incrementen la productividad, y disponemos de métricas internas que nos indican si el rendimiento del desarrollo se ajusta a nuestras estimaciones”, afirma.
Algo muy similar ocurre en el Banco Popular. “Estamos más o menos en la misma línea. Nuestros desarrollos de software son muy voluminosos y solemos dividirlos en tres bloques: backend, distribución de canales y explotación de los datos en la plataforma informacional. En cada bloque implantamos medidas de control y calidad, tenemos tecnologías prefijadas para estos bloques y arquitecturas de referencia que siguen los equipos de desarrollo de software”, explica Francisco Pomar, director de Arquitectura y Soporte a Desarrollo de la entidad. El ejecutivo sostiene que “contamos con nuestras propias matrices de estimación de calidad y producción, y también nos es útil la comparación con otros proveedores. No hacemos proyectos asignados a un único proveedor, y la productividad también se mide con la comparación entre proveedores”. Igualmente, en Banco Popular también hay mecanismos adicionales de control de calidad, de defectos del software, vulnerabilidades de seguridad e incluso “tenemos propios estimadores del rendimiento futuro del software en función del análisis inicial”, añade.
Mientras tanto, en seguros Caser, su CIO Manuel Blanco, comenta que “nuestra arquitectura de calidad tiene diferentes niveles en función del entorno de aplicación y programación utilizado. Con las necesidades de desarrollo en entornos multicanal y multidispositivo, estamos extendiendo los controles inicialmente existentes para el canal bancaseguros al resto de tecnologías, donde la mayor complejidad y objetivo está en poder obtener métricas coherentes y comunes”. Por su parte, Faustino Pérez, director de Desarrollo de Inversis, comenta que también cuentan con un modelo en el que se aplican estándares. “Es muy importante conocer el uso que se le da al software, saber si cumple con los requisitos, detectar los defectos y el coste de los mismos, ya que lo que no hayamos sido capaces de detectar en fases tempranas hará un gran daño a posteriori en producción. Igualmente, medimos el impacto que tiene ese software en producción. La Oficina de Pruebas además de certificar el software, hace el seguimiento a posteriori. Pero también es verdad que no siempre es medible la aplicabilidad o el retorno para el negocio”, explica.
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