Cuando a finales del siglo XIX Nikola Tesla y Thomas Alva Edison se enfrascaron en una agria competición por demostrar la superioridad de sus distintos modelos energéticos (corriente alterna vs. corriente continua), nunca pudieron imaginar que (más allá de cual fuera el modelo ganador) la implantación de la electricidad sería el origen de herramientas tan revolucionarias como el microondas, los ordenadores o la televisión. Y eso, a pesar de que ambos fueron auténticos visionarios avanzados a su tiempo.
Del mismo modo que en aquel momento se hacía imposible predecir las innovaciones y el impacto que produciría la electricidad en nuestra forma de vida, actualmente se hace extremadamente difícil pronosticar el cambio que puede llegar a generar la implantación del cloud computing.
La electrificación de la sociedad fue el punto de partida para que cientos de científicos, ingenieros, empresarios y emprendedores pusieran su imaginación a volar y explorarán formas hasta entonces nunca imaginadas de concebir las comunicaciones, el trabajo, el transporte e incluso las relaciones sociales. A día de hoy, el Cloud Computing está adquiriendo este papel. La posibilidad de almacenar millones de datos en la Nube, acceder a ellos y proporcionar servicios desde cualquier lugar, en cualquier momento y a través de cualquier dispositivo, abre un abanico de posibilidades tan amplio que apenas podemos llegar a concebir cuáles serán sus repercusiones en los próximos 10 o 20 años.
Teletrabajo, IoT, Big Data, Movilidad, son sólo algunas de las tendencias tecnológicas que están despegando gracias a la popularización del Cloud. Y el fenómeno tan sólo acaba de comenzar. Estas tendencias son únicamente las consecuencias inmediatas de la aplicación práctica del Cloud Computing, como en su momento lo fue, con la electricidad, el alumbrado de las ciudades.
Los últimos informes sectoriales confirman que, independientemente de la modalidad, el cloud computing está registrando crecimientos anuales cercanos al 30% y que en muy poco tiempo el 50% de las empresas de nuestro país estarán en IaaS. Es decir, la madurez ya ha llegado al mercado. El tiempo de implantación del Cloud comienza a terminar y se abre una nueva era, la de la imaginación. Un periodo en el que desarrolladores, empresarios, y emprendedores van a empezar a explorar los límites del Cloud. Sus posibilidades más allá de las aplicaciones básicas y más evidentes comenzarán a aparecer en breve, y con ellas surgirán nuevos modelos de negocio y formulas empresariales de las que poco o nada podemos intuir.
Al igual que la electricidad fue el primer paso para abrir camino a industrias inexistentes como la energía, la electrónica, la informática, la televisión o los electrodomésticos; Cloud Computing puede ser la base para el nacimiento de sectores que a día de hoy ni tan siquiera existen.
En este nuevo mundo que se avecina, la labor de los especialistas en IT como Arsys se torna aún más fundamental. Ofrecer las últimas novedades tecnológicas y permitir que los empresarios se dediquen en cuerpo y alma al nicho en el que son realmente expertos es la mejor política comercial que cualquier proveedor de servicios Cloud Computing puede adoptar. O lo que es lo mismo: despejar el camino para que las mentes creativas con ganas de cambiar la realidad hagan posible la revolución del Cloud.