Microservicios: innovación para una cadena de suministro resiliente

Jacky Marolleau, Director de Ventas en el Sur de Europa de Manhattan Associates

Publicado el 25 Ago 2020

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La pandemia no sólo ha afectado a nuestra rutina diaria, sino que también ha cambiado considerablemente la manera en que llevamos a cabo los negocios.

Un reciente informe de Adobe indica que la madurez del ecommerce se ha acelerado hasta seis años en los últimos cinco meses, se trata de este tipo de cambios en el comportamiento de los consumidores los que están forzando a las empresas y a los organismos públicos a plantearse cosas hasta ahora, consideradas casi imposibles en los departamentos de IT.

Hoy en día, la flexibilidad, la agilidad y la experiencia de los clientes son aspectos fundamentales en el momento de gestionar la estrategia de IT. Como resultado, los responsables de sistemas informáticos y los líderes empresariales de todo el mundo están teniendo que adoptar rápidamente nuevas formas de colaboración con los clientes (y proveedores), adaptándose a nuevas formas de trabajo, invirtiendo en innovación y replanteando sus estrategias para conseguir resiliencia, agilidad empresarial y, en consecuencia, éxito a largo plazo.

Sin embargo, en la industria de la cadena de suministro, este es un cambio que podemos percibir con mucha más facilidad debido a la adopción de la arquitectura de microservicios como respuesta inmediata a muchos de los retos de esta nueva normalidad.

No obstante, antes de analizar los microservicios en el contexto de la cadena de suministro, hay que definir primero qué son y desmentir los mitos sobre lo que no son.

Los microservicios son esencialmente la última generación del modelo de DevOps ágil del que tanto hemos oído hablar en los últimos cinco años (incluyendo los desarrollos de Kubernetes y Docker). Constituyen un concepto de packaging y distribución que, tiene como objetivo conseguir una agilidad técnica mediante la reducción del tamaño y las dependencias de distribución entre los componentes de un software.

Incluir los microservicios supone un cambio hacia la inversión en agilidad empresarial y, como hemos podido observar durante los últimos cinco meses, esta es una de las principales características que las organizaciones (privadas y públicas) han tenido que adoptar durante la pandemia, no solo en términos de IT sino también en los sistemas de cadenas de suministro.

Sin embargo, como en cualquier inversión en tecnología (quizás más que nunca durante una pandemia mundial) es clave analizar los beneficios y los riesgos, midiendo si estos se ajustan a los objetivos generales de la organización.

Una estructura de microservicios efectiva es más compleja que las estructuras de softwares tradicionales y, por lo tanto, exige más esfuerzo y disciplina en el diseño, la implementación y la gestión, pero también conlleva un potencial de aceleración de los ciclos de vida del desarrollo y de apoyo a la escalabilidad, ya sea para cargas de trabajo variables basadas en la nube, períodos de mayor venta, picos de venta en ecommerce, planificación del transporte y la entrega o, simplemente, los retos que supone para el personal del almacén, todos elementos clave para la resistencia de la cadena de suministro.

Desde siempre, los entornos de IT más tradicionales implicaban que las organizaciones (especialmente los retailers que dependen de la continuidad y la agilidad de la cadena de suministro para atender a los clientes finales) a menudo dudaban en realizar cambios en una única fase de su software, por miedo a que el fallo en uno de los sistemas supusiera un fallo completo en el resto del software. Sin embargo, cuando se utilizan microservicios, en lugar de implementar el cambio en todo el sistema, en el momento en el que cada módulo está listo, los departamentos de IT pueden implementar sus respectivos servicios de forma independiente sin esperar a que el resto del equipo de DevOps termine sus módulos individuales.

Esto significa que un retailer o un equipo (de la cadena de suministro) dentro de la organización adquiere la capacidad de cambiar y decidir la tecnología que apoya la necesidad operativa específica de una cadena de suministro en ese momento exacto, un factor crucial como hemos visto con la naturaleza impredecible del comportamiento de los consumidores durante el curso de la pandemia.

Para muchas empresas, una cadena de suministro dinámica, ágil y flexible que pueda transformar el feedback del mercado en un rápido cambio operacional sigue siendo una aspiración. Sin embargo, los beneficios que pueden aportar los microservicios y el desarrollo de soluciones nativas de la nube, como Manhattan Active® Warehouse Management, desarrolladas totalmente a partir de microservicios, supone que una cadena de suministro más ágil y con mayor capacidad de respuesta está al alcance de un mayor número de organizaciones.

La COVID-19 ha evidenciado muchas deficiencias: desde comunidades, pasando por empresas, hasta economías globales. Y aunque quedan muchos retos por delante, también se han producido avances positivos en los últimos cinco meses, sobre todo en el espacio de la cadena de suministro.

Los cambios en el panorama de los consumidores y las empresas tras la COVID-19 han subrayado las múltiples ventajas de la infraestructura modular y escalable que ofrecen los microservicios, especialmente en lo que respecta al dinamismo y la agilidad de la cadena de suministro. Ahora debemos esperar que los directivos y los responsables de la cadena de suministro de todo el mundo reconozcan y apoyen los múltiples beneficios de los microservicios para sus sistemas de cadenas de suministro, así como este enfoque más innovador y ágil de los servicios de IT.

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Redacción

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