En concreto, el 72,5 por ciento de los operadores europeos mantiene una presencia estática en la Red, de forma que recurren a Internet únicamente como un simple escaparate de sus productos y servicios, según se desprende de un informe elaborado por la consultora AMS entre 60 operadores del Viejo Continente.
El estudio incide en que son precisamente las compañías de telecomunicaciones del sur de Europa las más reacias a utilizar la Web como medio para llegar hasta sus clientes aportando servicios.
Del citado 72,5 por ciento, el 32,5 ofrece a sus usuarios únicamente información sobre la empresa a través de sus páginas web, sin ningún tipo de personalización, mientras que el 40 por ciento dispone de sitios web con una mínima interactividad, que engloba actividades como el envío de formularios, presentación de facturas, tarificación individualizada de cara a los productos o la realización de consultas.
En el lado contrario, comandado por los operadores de los países nórdicos, se cifra en un 26 por ciento las compañías que ofrecen la posibilidad de, a través de su sitio en Internet, realizar transacciones comerciales, marketing personalizado, atención automatizada o integración de back-office. A un nivel superior incluso, se encuentra un reducido grupo de operadoras (uno por ciento) que dispone de servicios altamente personalizados que suponen una interacción impulsada por el valor del cliente o la integración de asociados a la empresa.
El informe de AMS pone de manifiesto que son las antiguas operadoras estatales las que han sabido apretar el acelerador y se encuentran más avanzadas en el uso de Internet como canal de comunicación con sus clientes que sus competidoras.
El 80 por ciento de las ex PTTs incluye capacidades para realizar los pedidos on line, mientras que sólo uno de cada tres de los nuevos operadores de telefonía móvil ofrece este servicio. Es más, la mitad de las antiguas PTTs ofrece funciones de notificación de incidencias, un aspecto que los demás operadores sólo están comenzando a potenciar de cara al sector doméstico, olvidándose del mercado corporativo.