La reciente decisión tomada por la Comisión de Estudio Especial sobre la IMT-2000 de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) en la que se establecía para finales del año 2002 la definición total de aspectos básicos de la citada tecnología inalámbrica de tercera generación podría retrasar sus procesos de estandarización.
Las operadoras, que desean impacientemente la puesta en marcha de la tecnología de tercera generación para desplegar sus servicios y comenzar a enjugar los gastos derivados del pago de licencias, esperaban que la decisión de la UIT se adelantara para facilitar y acelerar sus planes.
Sin embargo, el calendario de la Unión Internacional de Telecomunicaciones ha considerado demasiado pronto el año 2002, en el que se ha especificado el desarrollo de las principales especificaciones, para el lanzamiento comercial de los servicios corporativos UMTS.
Asimismo, hay quien considera que el posible retraso en el despliegue de la tercera generación facilitará la consolidación de los servicios GPRS, recientemente lanzados por Telefónica Móviles.
Con una opinión similar se pronuncia John Visser cuando afirma que, por el momento, los operadores están ahora inmersos en el proceso de despliegue de los servicios de segunda generación, que combina la infraestructura GSM con GPRS para ofrecer mejoras en la transmisión de datos. En este sentido, GPRS permite una velocidad de transmisión de 50 Kbps frente a los 9,6 Kbps de GSM. Por su parte, en un futuro UMTS estará preparada para soportar hasta dos Mbps de capacidad.
Visser añadió que 2003 sería lo más temprano, en plazos de tiempo, que cualquier aplicación de servicios UTMS podría ser lanzada comercialmente por los operadores, si ellos desean respetar los estándares internacionales, un factor clave a la hora de hablar de itinerancia móvil.
Ignacio Aller, consejero delegado de Telefónica Móviles, que recientemente manifestó que aunque la operadora celular esperaba disponer de la red UMTS desplegada y preparada para entrar en servicio en agosto del presente año, fecha señalada por el Gobierno para la puesta en práctica de esta tecnología en España, el mercado no estaría lo suficientemente maduro hasta el año 2003.
