En su camino hacia la definición de un marco regulador de las telecomunicaciones europeas, la Unión Europea se está encontrando con más dificultades de las previstas. Los ministros de los 15 países han aprobado por unanimidad tres directivas claves para el programa regulador.
La cuestión predominante gira en torno a las operadoras con una posición dominante en el mercado, que bajo las nuevas directivas se recogen con el término de SMP (presencia significativa de mercado), y considera SMP a toda compañía que de forma individual o conjuntamente con otras disfruta de una posición equivalente a la de predominio. De esta forma, el acuerdo supondría un apoyo a los operadores europeos de telefonía móvil que verían rebajada su condición de predominio, lo que en cierta forma les permitiría quitarse parte del control que los organismos nacionales de regulación les imponen actualmente.
Otra de las claves de la reunión ha sido la autoridad de la Comisión Europea. Si el Parlamento da el visto a las líneas directrices, podría ver limitada su posición frente a los organismos reguladores nacionales -en España la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones-, ya que no podría anular sus decisiones.
Las directrices aprobadas han de ver aún el visto bueno del Parlamento Europeo, de forma que aún podrían verse modificadas, dando paso a una definición más amplia del término de SMP o reforzando las funciones de la Comisión Europea en el sector de las telecomunicaciones, con lo que hasta la aprobación final podrían verse nuevas rectificaciones o incluso llegar a acuerdos puntuales en cada una de las áreas entre las distintas delegaciones.
